La dirigencia del MNR, en su desesperación por recuperar el espacio político que va perdiendo en esta ciudad, intentó primero sobornar a periodistas como en el caso denunciado por colegas de Los Tiempos y que derivó, por la abierta presión pública efectuada por La Voz, en la destitución del intermediario movimientista, Marcelo Piérola, quien era el encargado de efectuar los sobornos.

Luego, todavía más desesperado ante el evidente ascenso del MAS en las encuestas (lo cual dejará a Carlos Sánchez Berzaín fuera del Senado para dar paso al asesor de los cocaleros Filemón Escóbar) el MNR comenzó a ejercer presión sobre los medios que reciben publicidad pagada de este partido, para que eviten informar sobre el ascenso del MAS y oculten la derrota anunciada (por las encuestas de todos los medios independientes) de Sánchez Berzaín.

La Voz no entró en el juego movimientista. Pese a que este naciente vespertino apoyó decididamente las denuncias de Gonzalo Hermosa sobre los intentos de extorsión y chantaje de la conductora eneferista Marianela Montenegro cuyo canal 2 (financiado por Reyes Villa) usó la imagen de una niña para desprestigiar al candidato movimientista de Los Kjarkas, La Voz actuó con la misma ecuanimidad para dar cuenta del descenso del MNR y el acenso del MAS en titulares de primera plana.

El periodista Marco Carrillo, redactor de Los Tiempos y La Voz, en su condición de dirigente de la Federación de Trabajadores de la Prensa de Bolivia (FTPB), tomó partido en el conflicto Hermosa - Montenegro denunciando las manipulaciones antiéticas del Canal 2. A raiz de esa postura, el MNR intentó comprometer a Carrillo con la campaña rosada mediante invitaciones privadas y otras argucias que no funcionaron, ya que el periodista fue rechazando sistemáticamente esas tentaciones.

Por diversos medios, el MNR hizo saber a los periodistas de La Voz que si persistían en destacar la caída de Sánchez Berzaín ante el ascenso de Filemón Escóbar, se les retiraría el apoyo publicitario. Otro aspecto que enfureció a los emenerristas fueron las denuncias del reportero de La Voz, Walter Gonzáles ValdiVia, contra el candidato a uninominal del MNR por Quillacollo Jaime Iriarte, dueño de canal 13 de esta ciudad (que forma la red Unitel), y cuya industria de cerámicas utiliza arcillas arqueológicas de los alrededores de Quillacollo destruyendo ruinas incaicas y contaminando el medioambiente. En esa misma línea de defensa de los intereses públicos, el periodista Gonzales también dio curso a reclamos de la Iglesia Católica y del Comité Cívico sobre el uso de la imagen del Cristo de la Concordia en la campaña de Iriarte, quien se autoatribuye ser el «autor» y «padrino» de ese monumento exigiendo en virtud a ello el voto de los cochabambinos. Ante esas críticas y denuncias, Jaime Iriarte exigió a sus correligionarios del MNR suspender la publicidad electoral de este partido en La Voz.

Por otra parte, el pasado 28 de mayo, La Voz denunció que Sánchez Berzaín pretendía utilizar sus vínculos estrechos con la Iglesia Católica para revertir el debilitamiento emenerrista en este proceso electoral. Al día siguiente de esa publicación, el MNR oficializó la suspensión de su publicidad en La Voz como un «escarmiento» a los periodistas del vespertino. La decisión del MNR es que La Voz debe desaparecer de la circulación, al menos durante este periodo electoral. Curiosamente, coinciden con ese criterio partidos como la NFR, ADN y el MIR.