«Nosotros no podemos decir que los delitos de la guerrilla son buenos y los de los paramilitares son malos, que ha sido una tendencia muy de nuestro país. Allá en el pasado se indultaron atrocidades de la guerrilla. El M-19 quemó el Palacio de Justicia en asociación con el narcotráfico, y están indultados. Colombia no puede repetir esos errores ni a favor de los paramilitares, ni a favor de guerrilleros. El delito atroz es delito atroz, cométalo el paramilitar o el guerrillero. Ahora, si hay un proceso de paz, hay que buscar beneficios jurídicos pero es igual para todos: es lo que estamos haciendo en estos dificilísimos procesos.» Después de las anteriores declaraciones hechas por el presidente Álvaro Uribe Vélez durante su intervención en una reunión con ciudadanos colombianos residentes en Miami, el primero de octubre, han generado una fuerte polémica que todavía no ha concluido.

La bancada independiente realizó un debate en la Cámara de Representantes el pasado 27 de octubre, donde participaron cerca de 80 desmovilizados del M-19, representantes del actual gobierno y algunos ex funcionarios del gobierno de Belisario Betancur, en el momento de la toma del Palacio de Justicia, y un Miembro del Tribunal Especial que investigó los hechos del Palacio. El representante Gustavo Petro hizo una reconstrucción pormenorizada de la toma del Palacio de Justicia, ocurrida el 6 y 7 de noviembre de 1985, y después intervinieron los personajes vinculados al hecho. Por último, los desmovilizados del M-19 plantearon la necesidad de crear una comisión de la verdad, sin embargo, la propuesta quedó en el limbo porque no ha habido ninguna respuesta por parte del gobierno Uribe y los medios de comunicación no volvieron a mencionar el asunto.

El senador y ex militante del M-19, Antonio Navarro Wolff, habló con Actualidad Colombiana y estas son sus impresiones sobre los hechos descritos anteriormente.

1. ¿Qué pretendió el presidente Uribe con sus declaraciones realizadas en Miami en relación con los indultos del M-19 y su supuesto asocio con el narcotráfico?

Yo creo que pretendió varias cosas. Primero, quiso enviarle un mensaje a las autodefensas para que no esperaran indultos como los que se habían hecho en los procesos de paz anteriores. Pero, el mensaje le salió un poco confuso porque, tal como hizo la crítica al proceso de paz del M-19 y a su indulto, terminó diciendo que se revisarían decisiones de procesos de paz, años después de tomadas. Lo anterior, es sumamente complicado porque si se pueden cambiar las reglas de juego a los actores que negociaron un proceso de paz, años atrás, no habrá estabilidad, certeza y tranquilidad para quienes firmen acuerdos de paz en el futuro.

Segundo, expresó lo que él pensaba sobre los hechos del Palacio de Justicia, se le salió lo que tiene por dentro como resultado de las versiones que circulan sobre el tema, versiones que no han sido confirmadas ni por los jueces ni por ninguna investigación. Al contrario, los procesos judiciales concluyeron otra cosa distinta de lo que dijo Uribe.

Tercero, de una vez, aprovechó para pegarle un garrotazo a los que le estamos haciendo oposición, a Gustavo Petro y a mí, esencialmente, que fuimos del M-19.

Y cuarto, yo creo que el Presidente se dijo: si Navarro va a ser candidato presidencial, pues empecemos a bajarle los humos. Pienso que estas dos últimas intenciones le salieron medio chuecas porque él terminó ante la opinión pública haciendo unas agresiones injustificadas contra nosotros. Al fin y al cabo nosotros tenemos el derecho y estamos en la obligación de hacer oposición al gobierno. Tenemos una mirada diferente de los actos de gobierno, necesaria en toda democracia. Creo que el Presidente abusó de su posición de un modo injusto e innecesario.

2. ¿En qué se han fundamentado esas asociaciones del M-19 y el narcotráfico al momento de la toma del Palacio de justicia? y ¿Qué se ha respondido desde el M-19 frente a ellas?

Todas esas versiones empezaron con la constancia que dejó el Consejo de Ministros el primer día de la toma, donde dice exactamente lo mismo que las declaraciones hechas 19 años después. ¿Cuál es mi tesis sobre todo esto? El Gobierno no quiso negociar con los que se tomaron el Palacio y decidió la victoria a cualquier costo, pero esa decisión no fue de los militares. Después de leer lo que dijo el ex Ministro de Gobierno, Jaime Castro, llego a la conclusión de que el gobierno civil fue quien decidió conseguir la derrota del M-19 en el Palacio de Justicia y tuvo que justificar los hechos. La justificación que primero apareció, fue la de los nexos entre el narcotráfico y el M-19 para la toma del Palacio, que más que nexos lo que se dijo fue que el M-19 estaba al servicio del narcotráfico y que se lo tomó para quemar los expedientes y matar a los magistrados.

Luego, han surgido recalentados de lo mismo. Yo diría que las versiones recientes de los que dijeron: es que fueron al cuarto piso donde estaban los magistrados, que estaban en la sede de solicitudes de extradición, que iban a discutir la exequibilidad del tratado de extradición y que por eso se metieron son argumentos que están en la constancia del Consejo de Ministros, origen de todos esos rumores. Después aparecen unos indicios que son solamente indicios: que en la cárcel alguien le dijo al señor Cebollero, que en el libro de Castaño dice que vio a Pizarro con Pablo Escobar, lo cual es imposible porque Pizarro era el comandante de la fuerza guerrillera del M-19 y no iba a salir a pasear, a realizar reuniones con nadie, entre otras cosas, porque el que se movía en reuniones era Fayad, quien estaba en la función política y Pizarro en la estrictamente militar.

¿Qué hemos dicho nosotros de eso? Hemos desmentido los argumentos y hemos dado todas las explicaciones del caso y sobre todo, nos hemos sustentado en las investigaciones que hicieron los mismos jueces. Hubo un Tribunal Especial de Instrucción Criminal, un tribunal de investigación, nombrado por la Corte Suprema de Justicia con dos conjueces de los sobrevivientes de la toma, los doctores Upegui y Serrano, quienes encabezaron dicho Tribunal Especial, que estudió durante seis meses todos los detalles del Palacio con la colaboración, de tiempo completo, de nueve juzgados de instrucción criminal y concluyó que no hubo ningún nexo entre el narcotráfico y el M-19 para la toma del Palacio de Justicia.

Entonces, si los jueces que acababan de sufrir el holocausto dijeron que no hubo vinculación entre el M-19 y el narcotráfico yo me pregunto por qué muchas personas siguen insistiendo en esa tesis o ¿esperaban que los jueces fueran indulgentes con el M-19? Uno puede esperar de los jueces cualquier cosa menos eso, debido a que estaban dolidos después de lo sucedido. Lo que pasó fue que no encontraron nada que los llevaran a confirmar esa constancia de los Ministros. De manera que hay que saber quién redactó esa constancia porque todavía hace falta que nos lo aclaren, allí empieza toda esta confusión de 19 años.

3. El día del debate en el Congreso se planteó la necesidad de crear una comisión de la verdad para esclarecer los hechos de la toma del Palacio de Justicia y aclarar la verdad sobre los responsables de la muerte de Carlos Pizarro, ¿Quiénes integrarán dicha comisión?

Hay una verdad jurídica establecida, además hubo un juez que llamó a juicio al M-19 por los hechos del Palacio de Justicia y no hubo ningún vínculo entre el narcotráfico y el M-19. Sin embargo, varios familiares de los magistrados muertos y otras personas no quieren aceptar esa verdad jurídica. Entonces, nosotros dijimos: si no se quiere aceptar la verdad jurídica y si ya no se confía en Carlos Upegui Zapata y Jaime Serrano hay que conformar una comisión de altísimo nivel que vuelva a estudiar los hechos del Palacio y concluya con una verdad aceptada por todos los colombianos, que no sea objeto de discusión porque ese es el tema de fondo. La verdad jurídica no es aceptada ni por los medios de comunicación, ni por algunas personas y ni siquiera por el Presidente de la República. Por lo anterior, propusimos otro tribunal de la verdad para que esclarezca definitivamente lo que pasó en la toma del Palacio en relación con esos aspectos, pero también para que nos diga la verdad sobre cuál fue la responsabilidad del gobierno de aquella época con respecto a los hechos del Palacio y además, que nos diga quién mató a Carlos Pizarro.

¿Quiénes la conformarían? Yo he propuesto algunos nombres con la idea de que sean los colombianos menos presionables y de más importancia en este momento: Gabriel García Márquez, aunque siempre recurrimos a Gabo cada vez que tenemos un lío que nadie puede resolver y yo lo hago otra vez; la iglesia porque es una institución respetable y el más alto jerarca de la iglesia vivo es Monseñor Castrillón. La idea es que haya una comisión de la verdad, cuya autoridad, transparencia y eticidad no se puedan discutir y termine por decir esa verdad que aceptemos todos.

4. ¿Cuáles serían los mecanismos para su funcionamiento?

Lo primero es que nadie más quiere aceptar la comisión de la verdad, nosotros la propusimos y nadie dijo que sí o casi nadie. El Gobierno se quedó callado, los medios de comunicación se quedaron callados, ninguna institución dijo que sí y los nombres que yo había mencionado como posibles miembros de la comisión tampoco dijeron ni pío. De manera que antes de ponernos a ver como funcionaria es preguntar si hay alguien más distinto de nosotros que acepte la comisión de la verdad. Yo veo solo dos caminos: o aceptan la comisión de la verdad o aceptan la verdad jurídica ya establecida, de lo contrario, significaría quedarnos en el limbo y considero que ese no es un camino correcto.

5. ¿Qué se requiere para impulsar la comisión de la verdad?

Se requiere que la opinión pública la apoye y la impulse o que digan que no se necesita esa comisión de la verdad porque es suficiente la verdad establecida por los tribunales. En todo caso el tema de la verdad está sin resolver. Nosotros tenemos nuestra verdad, la hemos dicho, repetido y sustentado, pero sigue ahí como si no existiera. ¿A quién le creen? Es necesario que alguien más responda porque nadie más lo ha hecho. Nosotros hicimos la propuesta y cayó en el vacío, nadie dijo nada, simplemente la ignoraron.

Después del debate en el Congreso, el gobierno se echó para atrás y desató toda una tormenta que aún no termina. De manera pues que el Gobierno, como lo decimos en Colombia, se mamó del tema porque al gobierno no le conviene una comisión de la verdad. La responsabilidad del Estado colombiano es muy grande, incluso, hay condenas civiles que lo obligaron a indemnizar a las familias de los magistrados por la muerte de ellos, debido a que fueron culpables o por omisión o porque usaron excesivamente la fuerza para recuperar el Palacio, que es una forma de acción.

Considero que el Estado termina perdiendo más de lo que gana en la búsqueda de la verdad y que por eso el Estado se echó para atrás y no respondió, y no va a responder. En un momento determinado, yo dije dejemos la verdad, pero por lo menos pidan perdón como lo hemos pedido nosotros y tampoco. Jaime Castro dijo en un periódico de Bogotá: si yo tuviera que hacer lo mismo lo volvería a hacer. Es aterrador, ¿cómo así? Volvería a hacer esa barbaridad otra vez. Entonces, yo veo a este Estado como son la mayoría de los Estados en el mundo, quieren pasar olímpicamente por los hechos sin ni siquiera despeinarse y eso no puede ser así. Es decir, nosotros somos los malos y el Estado nada. Cuando el Estado es tan responsable o más que nosotros de lo que pasó ahí.

6. ¿De qué depende para que los colombianos sepan la verdad sobre los hechos del Palacio de Justicia?

Pues que oigan a unos y oigan a otros y se formen su propio criterio porque no veo que haya contraparte que acepte la comisión de la verdad.

Noviembre de 2004.