A través de una selección de 16 grabados es posible hacer un recorrido por tres diferentes etapas gráficas de Rengifo. La primera etapa, de 1946 a 1950, influido por los artistas-grabadores mexicanos del Taller de Gráfica Popular, realizó litografías con un carácter documental y narrativo, de un realismo social preocupado más por el contenido que por la experimentación formal.

En una segunda etapa (1950-1960) Rengifo se dedica a trabajar exclusivamente en grabado con el objetivo de lograr la revalorización de éste como un arte autónomo. En este sentido logra dos grandes avances: Reabrió la cátedra de grabado y litografía en la Facultad de Artes de la Universidad Nacional de Colombia (1951) y ganó el primer premio de grabado en el XI Salón Anual de Artistas Colombianos (1958) con el monotipo Hambre. Este premio fue muy significativo, ya que desde la iniciación de los Salones Nacionales (1940), era la primera vez que tanto el dibujo como el grabado se consideraban como medios de valor artístico propio.

En la tercera etapa (década de 1960) consolida su obra y su labor docente. Participa en varias bienales internacionales como la Bienal de Grabado de Tokio (1960), Bienal de Greenthen, Suiza (1961), Bienal de Sao Paulo (1961), Bienal de México (1962), Bienal de Grabado en Chile (1963) y Bienal de Grabado en Córdoba, Argentina (1965). Entre 1964 y 1968 fue director de la Escuela de Bellas Artes de la Universidad Nacional.

En 1964 presenta la serie Violencia que consta de 13 grabados en donde despliega todos sus conocimientos técnicos para ilustrar su visión del fenómeno de la violencia. A medio camino entre lo narrativo y lo fantástico, Rengifo presenta imágenes desgarradoras de violencia física: un hombre desollado, cuerpos mutilados, cabezas decapitadas y al mismo tiempo, caracteriza la violencia con un monstruo de dos o de tres cabezas, que aplasta con sus garras a hombres, mujeres y niños. Es posible que estas imágenes fueran trabajadas a partir del estudio sociológico La violencia en Colombia de Orlando Fals Borda, Eduardo Umaña Luna y Germán Guzmán Campos (1962). Esta serie es su obra más significativa y constituyó un punto de partida para una nueva generación de grabadores que trabajaron la gráfica testimonial durante las décadas siguientes.

*Asistente de la curaduría de arte e historia del Museo Nacional de Colombia

**Estas obras hacen parte de la donación realizada por la esposa del maestro Luis Ángel Rengifo, Carmen Tulia Sánchez de Rengifo, por solicitud del Museo Nacional de Colombia en 2004.