Mario Uribe Escobar es uno de los grandes aliados y hombres de confianza del presidente Álvaro Uribe en el Senado. Fue coordinador de ponentes en la reforma pensional y cumplió un papel activo en la aprobación final del texto. Jorge Enrique Robledo pertenece al Movimiento Obrero y Revolucionario MOIR. Es uno de los más profundos detractores del modelo económico del actual gobierno, y se mostró en total desacuerdo con la reforma pensional. A los senadores se les preguntó sobre la mesada 14, el tope a las pensiones y otros temas neurálgicos de la normatividad.

1- ¿Cuáles fueron las motivaciones para esta nueva reforma pensional?

Mario Uribe: El propósito general consiste en garantizar la sostenibilidad financiera del todo el sistema pensional, sin desmedro de los derechos adquiridos por los trabajadores. Ese propósito traduce un esfuerzo por introducir equidad y solidaridad, y una estrategia para garantizar la asistencia pensional a las generaciones futuras. Digámoslo así: se trata de asegurar a los pensionados actuales el pago de sus mesadas; y de asegurar recursos para los futuros jubilados, así como dar estabilidad macroeconómica al país.

Jorge Enrique Robledo: El gobierno alega que tiene que ver con problemas fiscales y que ese es el principal problema del país. Sin embargo en estos días un doctorado en economía del doctor Álvaro Montenegro, señalaba un par de aspectos a los que yo le agregaría otro. Primero la llamada bomba pensional está inflada, inflada por los funcionarios del Banco Mundial que la calculan como lo que costarán las pensiones en los próximos 50 años, cosa que es un despropósito porque yo no puedo decir que como yo en los próximos 30 años voy a tener unos gastos determinados significa que debo esa plata. Uno entonces se pregunta porqué no calculan sobre 40, 30, 20 o 10 años.

Lo segundo es que el problema principal del país no es la carga pensional sino la deuda externa y esto es muy sencillo de demostrar con absoluta claridad. Lo tercero es que una parte muy grande de lo que podrían ser las pensiones de los colombianos están en los fondos privados de pensiones. Cerca de 25 billones de pesos por el cambio del modelo que si se estuvieran utilizando para atender este problema otra sería la situación.

2- ¿A quiénes beneficia la reforma pensional como fue aprobada?

Mario Uribe: Diría que nos beneficia a todos en la medida en que no sólo favorece la estabilidad del sistema sino que toma en cuenta a las generaciones futuras. Tenemos una gran responsabilidad con nuestros hijos y nietos, que están llegando hipotecados a este mundo. Es muy grave pretender sufragar nuestro pan de cada día con el esfuerzo de los que aún no nacen. Pero también cabe decir que la reforma beneficia a los actuales pensionados, en la medida en que se despejan los riesgos de una crisis del sistema pensional.

Jorge Enrique Robledo: Se beneficia principalmente a ese capital financiero al que le montaron el negocio con el cambio de sistema de 1993. Ese cambio fue diseñado no como una ley de pensiones sino como una ley financiera. Esa ley no se hizo pensando en la gente que se iba a pensionar. Se hizo pensando en el grupito del sector financiero nacional e internacional que se interesa en esto. Entonces en la medida en que la reforma tenga como propósito principal sostener ese modelo, que de por sí es insostenible, pues beneficia a ese sector de la especulación financiera y por supuesto golpea al conjunto de los colombianos porque la norma de muchas maneras continua envileciendo los derechos pensionales de los colombianos.

3- ¿Cómo se logró consenso entre las bancadas en puntos como la mesada 14 y el tope de 25 salarios mínimos?

Mario Uribe: Simplemente se consideró, en el caso de la mesada 14, que era preciso introducir un elemento de justicia para quienes devengan pensiones muy bajas, que para el criterio imperante son aquellas inferiores a 3 salarios mínimos. Y en efecto, quienes devengan menos de tres mínimos están llamados a sufrir un impacto mayor con la supresión de la mesada 14, razón por la cual se decidió que quienes llegaren a percibir una pensión igual o inferior a tres salarios mínimos, si la misma se causa antes del 31 de julio de 2011, podrán recibir catorce mesadas pensionales al año. Entretanto, quienes causen pensiones de más de tres mínimos, a partir de la vigencia la reforma, no podrán recibir más de trece mesadas pensionales al año. No sobra aclarar que estas reglas no afectan las mesadas 14 ya adquiridas, que no pierden vigor en ningún tiempo.

Es preciso aclarar algo: La mesada 14 fue una prerrogativa de nivelación pensional diseñada en el pasado; pero nadie cotizó nunca para recibir esa mesada, de modo que cuando se paga, se hace contra el presupuesto nacional, y esta situación plantea un desequilibro grave. Hoy en día prevalece el sistema de los reajustes anuales que actualizan la pensión periódica.

Jorge Enrique Robledo: No se logró consenso, esto lo aprobó el Partido Liberal, el uribismo y creo que sectores del Polo Democrático. Junto con Alternativa Democrática votamos en contra y en bloque porque cómo puede estar uno de acuerdo en que desde el año 2.011 se acabe la mesada 14. Eso es empobrecer de manera gravísima a los compatriotas que van a ser afectados por esa norma porque todos sabemos que el grueso de los pensionados gana muy poco y que eliminar la mesada 14 significa sacarles del bolsillo cerca del 8% del total de sus ingresos anuales. Y tampoco puede estar uno de acuerdo en que a partir de la vigencia del acto se les quite la mesada14 a quienes ganen más de tres salarios mínimos que es una suma muy pequeña. Ahora el uribismo y sus amigos se inventaron la mañosa o astuta idea que cualquiera que en Colombia gane más de tres salarios mínimos es una especie de oligarca al que hay que caerle y quitarle la plata de su comida y la de sus hijos. Por todo esto votamos junto con Alternativa Democrática y algunos liberales en contra de estos puntos.

El hecho de que el Partido Liberal se prestó para salvarle la reforma al presidente Uribe, lo considero como la primera decisión de ese partido bajo la dirección de César Gaviria. No podemos olvidar que Gaviria como presidente y el ahora presidente Uribe, en ese entonces como senador, fueron los que metieron a Colombia en la desgracia de la ley 100. Luego no me sorprende que empiecen esos acercamientos concretos y gravísimos propios de neoliberalismo, salvándole al presidente una reforma que debió hundir.

4- ¿Qué puede decir usted sobre el parágrafo transitorio que habilita a algunas personas a pensionarse por encima de los 25 salarios mínimos hasta el 2010 y cuánto le cuestan a la nación esas excepciones?

Mario Uribe: Creo que la pregunta debe reenfocarse. Quien esté al tanto de la discusión pensional en Colombia sabe que la Corte Constitucional ha declarado inconstitucionales leyes que pretendieron modificar el régimen de transición pensional, es decir, la situación de aquellos que tenían expectativas de pensión en aplicación de la Ley 100 de 1993.

Concretamente se cayeron normas de las leyes 797 y 860 que disponían en ese sentido. Dicho más concretamente: la Corte estimó que aquellos que están a cinco años de causar su pensión se encuentran ante una expectativa legítima protegida por el sistema jurídico. De modo que en el Congreso no teníamos muchas opciones, porque no era el caso desafiar nuestra jurisprudencia. De modo que la reforma constitucional consideró que era prudente respetar expectativas para los próximos cinco años. Es por eso que el año 2010 es el punto de referencia de todas las disposiciones de la reforma, y es por eso que es impropio hablar de “excepciones”.

Jorge Enrique Robledo: Es repudiable. El mantener las pensiones de más de 25 salarios mínimos hasta el 2010 es fue una cosa calculada para aceitar la votación en el Congreso beneficiando a unos cuantos congresistas. Eso se hundió en la penúltima votación y lo que resucitaron en la última votación a mi juicio es básicamente lo mismo, solo que con una redacción astuta que le hace difícil entender al elector qué fue lo que se respaldó. Yo en dos ocasiones le exigí al Ministro de Protección Social que me dijera cuántos congresistas se favorecían con la norma que se hundió y cuántos con esta que se aprobó. El ministro no me pudo contestar porque se desenmascaraba la trampa que le hicieron de venderle a la gente con una redacción distinta la misma cosa.

5- Algunos sectores manifiestan que en el tema de las convenciones colectivas no se están respetando los acuerdos internacionales de la Organización Internacional del Trabajo. ¿Qué piensa usted al respecto?

Mario Uribe: En el Congreso guardamos altísima consideración por los criterios de la OIT. Los sectores a que usted alude deben ponderar con mayor detenimiento lo que estamos haciendo. Hay que recordar que en la propuesta del referendo del Presidente Uribe se propuso, en el punto 8, regular el alcance de las convenciones colectivas para temas pensionales. Recordemos que ese numeral 8 trataba sobre el límite al monto máximo de pensiones, la eliminación de los regímenes pensionales especiales, la edad mínima de jubilación, la posibilidad de revisar las pensiones decretadas sin el cumplimiento de los requisitos legales, o con abuso del derecho a congelación temporal de las pensiones superiores a 25 salarios mínimos y exclusión de la Fuerza Pública de todos esos mandatos. La Corte consideró que era constitucional la aprobación de una nueva regulación sistemática de las pensiones, que el Congreso tenía la posibilidad de plantear.

De modo que el Congreso no ha improvisado, como no lo están haciendo los parlamentos de Europa y del mundo, que están en proceso de ajustar sus esquemas financieros pensionales a las necesidades futuras. En realidad, es equivocado creer que estamos afectando el derecho a la negociación colectiva. Simplemente el Estado debe garantizar la sostenibilidad del sistema.

Jorge Enrique Robledo: Yo creo que eso es cierto. Esto tiene la siguiente explicación que a mi juicio es muy grave, yo la denuncié mucho: es abrir la puerta para eliminar derechos adquiridos. La reforma tiene un artículo que dice “se respetarán los derechos adquiridos”, y más adelante empieza a arrebatarlos. Esto es muy grave, repito. Porque hoy se despojan esos derechos de los trabajadores ganados en las convenciones colectivas, muchos dirán “a mí no me importa porque yo no estoy en esto”, pero lo nuevo es que por primer vez se abre la puerta en Colombia para en una reforma pensional arrebatar derechos efectivamente adquiridos, que están en ejercicio.

Igualmente golpea uno de los criterios de la democracia del capitalismo que dice que los trabajadores tienen derecho a hacer contratación colectiva, que tiene como propósito superar la ley. Y en esta reforma se estableció que nunca podrá haber más pensiones en Colombia por encima de los mínimos de ley que son los máximos legales.

A mí no me sorprendería que en la OIT haya un verdadero escándalo porque repito que lo que se hizo en el congreso viola de manera flagrante compromisos internacionales de Colombia y concepciones filosóficas de la esencia del capitalismo.

6- ¿Cree usted que se necesitará más adelante una nueva reforma pensional?

Mario Uribe: Si se entiende por reforma pensional la reglamentación vía ley de la reforma constitucional, entonces la respuesta es sí. Pero obviamente esa regulación legal deberá moverse dentro del marco ya establecido en la reforma; en ese sentido, no tiene por qué haber sorpresas, ni condicionamientos pensionales nuevos, ni requisitos adicionales, etc. Pero no puede interpretarse que será necesaria una próxima reforma constitucional, eso no.

Para puntualizar diría que en mi opinión es una buena noticia para Colombia acabar con los privilegios; es una buena noticia asegurar pensiones mínimas y es una excelente noticia poner un límite a las pensiones más altas. Y pienso que el concepto de sostenibilidad del sistema general de pensiones debe ser prioritario.

Jorge Enrique Robledo: Ya en estos días en el periódico El Tiempo el doctor Echeverri, que fue jefe de Planeación Nacional, advirtió que vendría una nueva reforma pensional porque esta iba a ser insuficiente y más si en algo se les dañó la conspiración que tenían, pues con más razón van a impulsar una nueva reforma y cuantas sean necesarias para intentar mantener andando un modelo pensional que no puede caminar.

Acá hay un problema de fondo, ese modelo de los fondos es insostenible y para sostenerlo tendrán que convertir la pensión de jubilación en una especie de farsa que más que eso se convierta en un seguro de entierro para sepultar a los ancianos que sean capaces de llegar a los casos de longevidad que se proponen cada vez más altos.