La consulta realizada por la firma Sensus para la Confederación Nacional del Transporte y difundida la víspera de cumplirse cuatro meses de una crisis política que aumenta por día, indica que la popularidad de Lula bajó del 59.9% en julio al 50% ahora.

Otras dos encuestadoras también señalaron anteriormente esas tendencias a la baja.

El primer mandatario, sin embargo, ganaría a todos los 10 potenciales candidatos presidenciales en octubre del 2006 señalados por los encuestadores, aunque sin la mayoría suficiente para imponerse en el primer turno.

En la segunda vuelta también se impondría a todos, excepto al alcalde de Sao Paulo José Serra, con el cual quedaría en empate técnico, aunque ligeramente a su favor, 37.9% a 37.5%.

En cuanto al gobierno, la evaluación positiva bajó del 40.3% al 35.8%, la regular subió del 37.1% al 38.2% y la negativa pasó del 20% al 24%.

Más que la disminución del apoyo al mandatario y su gobierno, lo que llamó la atención es que estos se mantengan altos y que siga siendo favorito para las Presidenciales.

Desde el 14 de mayo los partidos opositores y la prensa derechista han venido amplificando día a día las denuncias de casos de corrupción y de uso de fondos ilícitos en campañas electorales, en una campaña dirigida a debilitar a Lula, al gobierno y al Partido de los Trabajadores (PT).

Inclusive no han ocultado, ni han abandonado del todo, la pretensión de promover un proceso de destitución del jefe de Estado, aunque admiten que no pueden avanzar en esa dirección, porque no cuentan con respaldo popular para ello.

Un reflejo de esa campaña lo trae la encuesta divulgada, en que el 48.9% de las dos mil personas consultadas en 195 municipios del país considera que la corrupción en este gobierno es mayor que en el anterior, mientras que el 27.6% la evalúa igual y el 16.8% estima que es menor.