En un momento en el cual las negociaciones con Irán están de nuevo en pleno ocaso, es esencial comprender bien a Mahmud Ahmadineyad.
Después de su discurso ante la Asamblea General de la ONU, declaró que ese día había sido iluminado por una luz divina y que los dirigentes mundiales habían tenido que escuchar el mensaje de la República Islámica. Esa interpretación podría causar risa, si no fuera porque cuando se compara con otras, sugiere que el presidente tiene una visión mesiánica de su misión. Ello refuerza las preocupaciones en torno a la voluntad de Irán de dotarse de armas nucleares y en cuanto a los discursos de Ahmadineyad como un llamado a «borrar a Israel del mapa» y a destruir a los Estados Unidos.
El 16 de noviembre pasado, Ahmadineyad declaró que su gobierno tenía por misión facilitar la vía para el retorno del imán Mehdi, el mítico doceavo imán de los chiítas. Según algunos rumores, el presidente iraní, cuando era alcalde de Teherán, quería transformar la ciudad para la llegada del imán Mehdi, y habría deseado que su gobierno redactara un pacto de lealtad al imán y solicitado una suma de 17 millones de dólares para restaurar una mezquita dedicada a él. Según algunas fuentes, Ahmadineyad cree que el imán volverá dentro de dos años. Forma parte de una secta radical, la sociedad Hojatieh, un grupo que hasta el ayatolá Jomeini encontraba demasiado extremista, pero que es influyente en el actual gobierno iraní.
No se puede tolerar que esos zelotes religiosos tengan el arma atómica.

Fuente
Daily Star (Líbano)

«Is Iran’s Ahmadinejad a messianic medium?», por Kenneth R. Timmerman, Daily Star, 30 de diciembre de 2005.