Hablando de los riesgos, amenazas y dificultades que enfrentan las naciones del Tercer Mundo en este período histórico, el canciller de Cuba destacó que el NOAL es hoy "más necesario que nunca" y por eso la urgencia de lograr un compromiso que revitalice la organización, para enfrentar en conjunto los proyectos imperiales que avanzan sin pausa en estos tiempos.

Algunos países latinoamericanos no se han jugado a una presencia de mandatarios, que sería un mensaje muy claro a los que se declaran dueños de las decisiones del mundo.

El bloque, que representa a casi 900 millones de habitantes, debe hacer frente en cada uno de los países a la tragedia social que dejó la imposición de los planes neoliberales, dentro de las estrategias de dominación imperial en las últimas décadas.

Todos los proyectos destinados a enfrentar estas situaciones sólo tienen viabilidad mediante planes que consideren a los pueblos por sobre las visiones catastróficas de un libre mercado, que de libre sólo tiene el nombre.

Por lo tanto los pasos necesarios para cambiar la situación del Tercer Mundo, defender el principio de autodeterminación, soberanía independencia y otros derechos básicos, se estrellan indefectiblemente contra los esquemas de dominio y control del gobierno mundial.

Por todo esto la nueva Cumbre del NOAL es un gran desafío para el Tercer Mundo, ante los sucesos de la realidad, invasión y ocupación de países por Estados Unidos y sus aliados de turno, amenazas específicas de avanzar hacia lo que bien puede llamarse la militarización de la globalización que es de lo que trata el proyecto de guerras preventivas, infinitas y sin fronteras trazadas en todos los últimos documentos de seguridad del Imperio.

La reunión se realiza sobre los aún humeantes restos de lo que quedó de los bombardeos israelíes sobre Líbano y cuando aún no está claro si las fuerzas multilaterales de paz podrán controlar la mano, siempre detrás del gatillo, de Israel bajo un gobierno de ultraderecha, espejo desbordado de la actual administración de George W.Bush.

Ninguna paz puede asegurar el Oriente Medio mientras cada día el ejército de Israel practique sus doctrinas de seguridad fascistas sobre el pueblo palestino.

Menos aún puede haber paz en zonas bajo intervención y ocupación militar, donde se está produciendo un genocidio como Afganistán a Irak. No son pacificadoras las amenazas contra los países “del eje del mal” en la concepción de la administración Bush, cuyo centro es en estos momentos Irán, pero que se desplaza activamente desde un punto a otro del planeta.

En esta reunión de La Habana, adonde asisten por primera vez los recién incorporados Antigua y Barbudas y Dominica, el Movimiento creció a 118 miembros, al adherirse Haití y St Kitts y Nevis. De esta manera ya conforma casi los dos tercios de los Estados que integran la Asamblea General de la ONU.

Ante las amenazas de extensión de la guerra por parte de Estados Unidos, una buena parte de los gobiernos impulsa una acción decisiva para alentar una reforma de la ONU imprescindible a ojos vista, así como una democratización del Consejo de Seguridad.

La ONU ha sido desbordada y desnaturalizada y en estos momentos se está asistiendo a la acción de Washington tratando de impedir, con amenazas y presiones, que Venezuela llegue a ocupar su lugar temporario en el Consejo de Seguridad.

Los temas de la agenda en La Habana son precisos: como enfrentar el injusto orden económico internacional que impera, las nuevas políticas de seguridad diseñadas en Washington que afectan a todos los pueblos del mundo, las invasiones y ocupaciones, las guerras preventivas, la virtual anulación de los derechos sociales, humanos y de los pueblos o el desconocimiento de la legalidad internacional en los planes diseñados en la Casa Blanca.

También defender el derecho iraní y de otros países a un desarrollo nuclear pacífico, la necesidad de terminar con la ocupación de Palestina, la cada día más agresiva política del gobierno sionista de Israel, el bloqueo a Cuba. Y en ese punto la ocupación ilegal de la base militar de Guantánamo, convertida en un centro clandestino de torturas e internación de prisioneros. Y también dar pasos adelante en la cooperación sur-sur.

Los retos son infinitos, pero especialmente existe la necesidad de dar un paso político de envergadura para poner de acuerdo a los miembros sobre puntos básicos que permitan instalarse con fuerza en el mapa del mundo.

De hecho esta reunión en Cuba es un golpe contra la política estadounidense que intenta mostrar aislada a la isla y declara públicamente su proyecto de recolonización de la misma.

En momentos en que Washington desató una nueva ofensiva, desafiando al mundo, al nombrar un equipo en su propio gobierno para preparar la “transición” de un tercer país, como es Cuba, la administración revolucionaria que encabeza Fidel Castro, alejado temporariamente del poder, le ha dado una respuesta magnífica. Por una parte quedó definida la continuidad de la revolución en la figura del general Raúl Castro y el equipo que lo acompaña y por la otra es evidente el decisivo apoyo de una cantidad de gobiernos del mundo al derecho cubano a la autodeterminación.

Es un mensaje claro para la administración Bush, que en los últimos tiempos parece leer cada vez menos las expresiones de la realidad.

De esta Cumbre saldrá una posición que podría expresarse con fuerza durante la próxima reunión de la Asamblea General de la ONU (9 de octubre), a la que asistirán todos los mandatarios del NOAL. Por eso el boicot de Estados Unidos a esta reunión ha estado presente todo el tiempo y fue denunciado en diversos países de la región.

Desde su creación en Bandung, Indonesia (1955), y con una serie de acciones que marcaron hitos en algunos momentos de la historia, el MNOAL sobrevivió a numerosos intentos de hacerlo desaparecer de la escena mundial. Pero mirando este momento histórico, nunca ha tenido mayor vigencia y nunca ha sido tan necesario su fortalecimiento. El trabajo de Cuba para lograr esta reunión es un homenaje a la resistencia de todos los tiempos.