Ya se sabía –por un informe de la asociación ambientalista estadounidense Natural Resources Defense Council [1]– que Estados Unidos mantienen 90 bombas nucleares en Italia: 50 en Aviano (Pordenone) y 40 en Ghedi Torre (Brescia). Hay 400 más desplegadas en Alemania, en el Reino Unido, en Bélgica y en Holanda. Se trata de bombas tácticas del tipo B-61, en tres versiones cuyas potencias van de los 45 a los 170 kilotones (13 veces la bomba de Hiroshima).

Esas bombas se guardan en hangares especiales con aviones de caza listos para el ataque nuclear. Entre esos aviones se encuentran los Tornado italianos, equipados con 40 bombas nucleares (las de Ghedi Torre). El informe revela que varios pilotos italianos han sido entrenados en el uso de bombas atómicas en los polígonos de Capo Frasca (Oristano) y de Maniago II (Pordenone).

Lo anterior acaba ser confirmado oficialmente, por vez primera, en la Nuclear Posture Review 2010 [2]. Este texto [del Pentágono] señala que «los miembros no nucleares de la OTAN poseen aviones especialmente configurados, capaces de transportar armas nucleares». ¿Lo confirmará también el gobierno italiano, admitiendo así que está violando el Tratado de No Proliferación? ¿O declarará que el Pentágono miente al respecto?

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[1] U.S. Nuclear Weapons in Europe. A review of post-Cold War policy, force levels, and war planning, NRDC, 2005. Documento disponible aquí para su descarga..

[2] Nuclear Posture Review 2010, US Department of Defense, abril de 2010. Documento disponible aquí para su descarga..

Redactado a partir de un artículo de Manlio Dinucci, publicado en Il Manifesto y traducido al francés por Marie-Ange Patrizio.