A través de un simple correo electrónico remitido a la dirección de la Radio-Televisión de la República Islámica de Irán (IRIB), el Buró alemán de Regulación de los Medios (BLM), con sede en Munich, ha notificado la prohibición de la difusión del canal iraní anglófono de televisión Press TV en Alemania.

La autoridad alemana de control de los medios de difusión afirma que ese canal internacional de información no dispone de las autorizaciones necesarias para la difusión de su programación en Europa.

Press TV ya había sido objeto de una medida similar en Gran Bretaña, donde la alta autoridad británica de regulación de los medios audiovisuales (Ofcom) prohibió la difusión del canal internacional de televisión iraní en enero de 2012 [1].

El canal internacional Press TV estima que estas decisiones forman parte de la estrategia de las potencias occidentales tendiente a acallar una voz que les molesta.

Press TV se hizo notar ante el gran público anglosajón a través de su cobertura sobre las protestas del movimiento Occupy en Estados Unidos y Gran Bretaña y al proporcionar a los telespectadores una visión diferente sobre las ofensivas contra Libia y Siria.

La Red Voltaire recuerda, por su parte, que la libertad de expresión constituye una condición sine qua non de todo sistema democrático, sin más límites que los que reconozca la ley. En este caso, sin embargo, la censura no proviene de una decisión judicial adoptada como resultado de crímenes o delitos cometidos por la parte castigada sino de una simple decisión administrativa de carácter claramente político.

Ese mismo procedimiento ya fue utilizado anteriormente para prohibir la difusión del canal informativo de televisión libanés Al-Manar, primeramente en Francia y posteriormente en todos los países occidentales [2]. Al-Manar fue acusado de haber transmitido un programa antisemita, pero el juez de instrucción nunca logró demostrar que el canal libanés había cometido el delito que se le imputaba y ni siquiera pudo presentar el caso ante el tribunal competente.

En aquel caso no fue un juez penal sino una autoridad administrativa (el Consejo de Estado de Francia) quien acabo prohibiendo las transmisiones de Al-Manar so pretexto del problema de orden público que había causado la polémica alrededor de la acusación de antisemitismo, a pesar del carácter infundado de dicha acusación.

Las sucesivas órdenes administrativas de censura dictadas en Europa en los 10 últimos años contra canales informativos libaneses, palestinos, libios, sirios e iraníes demuestran la incapacidad de la Unión Europea para responder a la contradicción de otra manera que no sea recurriendo a la censura y la propaganda así como la renuncia de la UE a los principios fundamentales de la democracia.

Las órdenes administrativas de censura europea contra canales de televisión del Medio Oriente tratan de impedir que los europeos entren en contacto con una visión diferente de los conflictos de esa región, precisamente en momentos en que se plantea el debate sobre posibles guerras con participación europea. En ese sentido, estas órdenes administrativas de censura violan las resoluciones 381 [3] y 819 [4] de la Asamblea General de la ONU, que obligan a los Estados miembros a «eliminar los obstáculos que impiden a los pueblos proceder al libre intercambio de noticias e ideas, condición esencial para la comprensión y la paz internacionales».