Aunque desde que se reveló al público y se anunció su inoperancia ha sido repudiada en todo el mundo por su trasfondo oscuro e injerencista, ello no significa el fin de las conspiraciones orquestadas por el imperio para acabar con la Revolución.

Esta práctica no se va a detener y los pronósticos no apuntan a que se reduzca, aseveró a la Agencia de Información Nacional (AIN) la doctora Leyda Carrillo, especialista del Centro de Investigaciones de Política Internacional.

El propósito es erosionar la tranquilidad ciudadana, expandir la ideología dominante en esa nación y subvertir el avance de la Revolución cubana.

La subversión se especializa en el decursar del pensamiento y en cómo modificarlo a favor de los intereses y dogmas de los países dominantes, de ahí que busquen los espacios ocupados por los jóvenes, generalmente protagonistas en los movimientos insurgentes y de rebeldía. Ellos son el foco en las naciones donde el imperio quiere concretar un cambio de sistema político, precisó Carrillo.

La práctica de los polos de poder -integrados por Estados Unidos, Israel, la Unión Europea y la Organización del Tratado del Atlántico Norte-, apunta a considerar a la ciberguerra como el peligro mayor de la actualidad, agregó.

Dentro del enfoque de la seguridad nacional de estas potencias existe una direccionalidad para que lo acontecido en el mundo sea previsto, programado y desarrollado en aras de evitar el terrorismo en sus respectivos territorios.

Pero también con vistas a movilizar, según sus intereses, a la comunidad de países emergentes o subdesarrollados – la mayoría- considerados enemigos. Por lo tanto estamos en el bando contrario.

La esencia es controlar lo que sucede mundialmente en el ciberespacio, incluidos la telefonía móvil, la radiofonía y las telecomunicaciones, insistió la entrevistada, quien a su vez pertenece a la Sociedad de Derecho Internacional de la Unión Nacional de Juristas de Cuba.

El ciberterrorismo ha promovido muchos alzamientos, y actualmente se aplica en Ucrania, en tanto se repite en Venezuela y en otros países de Latinoamérica como una práctica extremadamente peligrosa, advirtió Carrillo.

Forma parte de los golpes de Estado, llamados hoy “golpes suaves, golpes blandos o guerras de cuarta generación”, con los cuales el principal beneficiado resulta el Consorcio Militar Industrial.

EE.UU. ha aplicado contra la Isla todas las formas de subversión, desde el terrorismo de Estado a ultranza hasta la violación de los derechos humanos y del Derecho Internacional Humanitario, concluyó la especialista.

Hoy se sabe que el imperio dirige las mayores atenciones y recursos hacia los jóvenes, más familiarizados con las nuevas tecnologías, la Internet y las redes sociales.

ZunZuneo, bajo la apariencia de una red social inocente, que proveía “información y mensajería gratuita” mediante la telefonía móvil a los cubanos, encubrió una operación secreta de desestabilización dirigida a provocar cambios en el ordenamiento político en el país.

Datos publicados tras el escándalo mediático suscitado por esta red subversiva revelan que se presentó por primera vez a los cubanos en febrero de 2010, y entonces comenzó la campaña de mercadotecnia.

En seis meses consiguió 25 mil suscriptores y crecía rápidamente, al punto que sobrepasó la atención que el equipo de USAID podía controlar.

Les pagaban para su funcionamiento a jóvenes expertos en las nuevas tecnologías, porque claro, quien mejor que un coetáneo para conocer y manipular el pensamiento de otro.

En marzo de 2011, ZunZuneo ya tenía casi 40 mil suscriptores y decidió trabajar con un tope de 50 mil para mantener un perfil bajo, abandonando así sus objetivos previos de llegar a 200 mil usuarios. Entonces decidieron limitar los mensajes al uno por ciento del tráfico total en Cuba, en aras de que las autoridades nacionales no los detectaran.

A mediados de 2012, los de la Isla comenzaron a quejarse de que el servicio sólo funcionaba esporádicamente, y después no. Simplemente ¿se evaporó?.

Pero ojo, porque en diciembre de 2009 fue apresado en La Habana al contratista norteamericano Alan Gross, uno de los expertos líderes del montaje de ZunZuneo en Cuba, a cuyo territorio ya había ingresado fuera de las leyes un grupo de equipos de alta tecnología.

Todo que ver con la progresiva desaparición de una red que pretendía complementar un “golpe blando” y aniquilador de la Revolución. Y ya sabemos que hace falta mucho más que eso para tan siquiera soñar con derribarla.

Una vez expuesta la trampa se dispararon las alertas en aras de que nadie se llame a engaño, porque el enemigo sofistica sus mañas al apostar por la red de redes para cambiar el rumbo revolucionario de la sociedad antillana.

Esta vez, con vistas a engañar y manipular el pensamiento de las nuevas generaciones con el también llamado Twitter cubano, quiso imitar el aleteo –fallido- de un cándido Zunzún.

Más el ambicioso imperio nunca renunciará a su esencia de camaleón, y adaptará sus hegemónicos colores a cualquier oportunidad o circunstancia que les permita apoderarse de Cuba.

Pero ya lo dijo el Titán de Bronce, Antonio Maceo, en alusión a quienes intento hacerlo: “perecerán en la contienda”.