Carece de cualquier vuelo intelectual. Tampoco lo pretende. Su denominada inteligencia se reduce a la maroma verbal condimentada con gestos distorsionadores de un rostro congénitamente poco atractivo. Sus compinches pretenden lucirlo como héroe y no es más que un vulgar dador y recibidor de favores según la conveniencia. Tiene coraza de tortuga y es mitómano in extremis, McM (Mono con Metralleta) Olivera es el patético caso de un político criollo sin verguenza, sin humildad y sin futuro inmediato o mediato.

Su ambición desmedida, como todas las megalomanías, no tiene más límite que su vanidad inmensa, hipertrofiada, gigantesca como los dinosaurios, pero torpe, cansina, profundamente vil. Recuérdese que en lugar de unir fuerzas con Lourdes Flores, años atrás, dividió al electorado y consiguió que los finalistas fueran Alejandro Toledo y Alan García. Por curioso que parezca, aunque innegable, McM Olivera casi posibilitó que su odiado máximo llegara por segunda vez a la presidencia.

¿Cómo así que se le perdona y excluye de mil y un asuntos poco claros? No es tan difícil suponerlo: la merienda de favores que ha hecho McM Olivera ha convertido en sus deudores a múltiples políticos. Entonces, antes que éste comience a vomitar sus odios, es mejor acompañarle y perdonarle algunas de sus trapacerías. El delincuente Almeyda se retractó de sus iniciales afirmaciones y hay otros que no hacen nada por echarle de la embajada en España porque McM Olivera sabe demasiado y es el prototipo del extorsionador profesional.

¿Decir que no tiene siquiera una pizca de dignidad es algo atrevido o insolente? ¡De ninguna manera! McM Olivera, en lugar de renunciar a representaciones que no merece, se parapeta en versiones que nadie cree. ¡Ni él! Pero los prestidigitadores juegan con la bondad de las gentes y abusan de su posición de dominio. Aunque, día que pasa, día que pierde cobertura amable en los medios de comunicación.

¡Muy bien! McM Olivera ya es casi un cadáver. ¿Qué esperan los de su partido en alejarse de entuertos y pasadizos que huelen mal y apestan por donde se les mire? ¡Hay terquedades que también son reprobables. Heriberto Benítez anunció varias veces que se iba del FIM, pero ¡no lo hace! Chamorro tuvo el gesto y ahora vive tranquilo. Sin embargo sabe muy bien que estuvo al lado de McM Olivera en muchas maniobras de pocos meses pasados.

En realidad casi el 90% de los que actúan en política en el Perú son parte del cuerpo putrefacto de la república. No sintonizan con el pueblo porque simplemente ya se esclerosaron y forman parte de la costra enriquecida y que vive bien. No tienen porvenir porque viven el presente por inercia. Bien decía González Prada que hasta el caballo de Calígula se avergonzaría de pertenecer a esa corporación llamada Congreso.

¡Fuera McM Olivera!

¡Atentos a la historia; las tribunas aplauden lo que suena bien!

¡Ataquemos al poder; el gobierno lo tiene cualquiera!

Hay que romper el pacto infame y tácito de hablar a media voz.