Para un número cada vez mayor de empresas y para sus asalariados, Europa se ha convertido en el espacio donde se definen sus estrategias y donde está en juego su futuro. La globalización no es un fenómeno homogéneo y Europa sigue siendo el mercado principal. Es por ello que esas empresas, que constituyen la osamenta de nuestra economía, se preocupan por el rumbo que ha tomado el debate sobre el referéndum constitucional y han decidido expresarse al respecto. De hecho, esas empresas necesitan una Europa unificada, una Europa fuerte y una Francia influyente en Europa.
Francia atraviesa sin dudas una crisis de identidad. Debe modernizar sus sistemas públicos e intensificar sus esfuerzos de lucha contra el desempleo y la exclusión. Al mismo tiempo, quiere seguir contando con un sistema social de alto rendimiento. El sentido de solidaridad y el amor por las iniciativas son los dos pilares de la prosperidad pasada, presente y futura de nuestro país. El Proyecto Europeo, que no es ultraliberal ni colectivista, es el mejor proyecto para nuestro futuro. Francia cometería un grave error al oponerse a la construcción europea debido a una angustia existencial o a dificultades coyunturales. Gracias a Europa es que Francia ha llegado a ser un país próspero.
La integración gradual del espacio económico europeo es lo que ha permitido crear grupos franceses de estatura mundial, ya que éstos han contado con la existencia de un mercado interno equivalente al que desde hace largo tiempo sirve de apoyo a las empresas norteamericanas. La existencia de este mercado es lo que permitirá a las empresas, actualmente de nivel medio, alcanzar una dimensión mundial. La propia Europa debe ser fuerte en el plano internacional para obtener acuerdos económicos favorables. Las empresas francesas saben que deben seguir siendo competitivas, pero saben también que, para lograrlo, deben contribuir a preservar el modelo social francés del cual dependen sus asalariados. Una Francia debilitada por un «no» al referéndum perdería fuerza en su deseo de hacer prevalecer un modelo europeo que integre los valores esenciales que constituyen el fundamento de nuestra sociedad. Por último, Francia cuenta con cartas de triunfo decisivas para enfrentar a sus competidores, pero Europa le es necesaria para desarrollar plenamente sus posibilidades.
Es probable que un «no» al referéndum constitucional no provoque consecuencias negativas visibles en lo inmediato. No obstante, romperá la dinámica que nos ha beneficiado tanto colectivamente desde hace 40 años.

Fuente
Le Figaro (Francia)
Difusión: 350 000 ejemplares. Propiedad de la Socpresse (creada por Robert Hersant, hoy es propiedad del constructor de aviones Serge Dassault). Es el diario de referencia de la derecha francesa.

«L’appel des cent», un colectivo de 100 jefes de empresas francesas del Instituto de la Empresa, Le Figaro, 20 de mayo de 2005.