Por Causa Popular.- Entre la infinidad de instrumentos que Estados Unidos posee para controlar América Latina, están sus servicios secretos. Pero hay uno que ha sido fundamental para las políticas imperiales al sur del Río Grande: la DEA, la agencia antidrogas de EEUU. Muy pocas veces ponderada como uno de los organismos más poderosos en América Latina (junto a la CIA), la DEA conoce y construye la promiscua relación entre narcotráfico y política en todo el continente. Quizás por eso el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, la acusó de "apoyar al narcotráfico" en su país y de "hacer inteligencia contra el gobierno", por lo que Caracas decidió "hacer un claro rompimiento" con los acuerdos que mantiene con la agencia y -según anunció el mandatario- en breve dará a conocer detalles sobre los cambios que introducirá.

La acusación fue rechazada de inmediato por el Departamento de Estado que acusó a Caracas de utilizar a la DEA como un pretexto para ocultar su "deficiente cooperación" en la lucha contra el narcotráfico y señaló que Washington informará el próximo 15 de septiembre si Venezuela está colaborando con la lucha contra la droga en su informe anual que certifica a países en la materia, "y sin duda tomará en cuenta todas las cosas que acabamos de nombrar", dijo.

Sin embargo las desmentidas provenientes de la Casa Blanca dejaron un espacio para que hasta el mayor de los escépticos se tome el tiempo suficiente para analizar la seriedad de la decisión del gobierno chavista.

Un funcionario nortemericano defendió a la DEA de las acusaciones de espionaje del gobierno venezolano, aunque reconoció que la agencia estadounidense "se ha excedido en su entusiasmo en la lucha contra las drogas. La DEA tiene sólo la misión de ir contra la droga ilícita y en ningún momento ha recibido críticas de cualquiera de los países del mundo en los que tiene presencia. Sólo se ha excedido en su entusiasmo en la lucha contra las drogas, pero jamás ha recibido críticas como las de ahora", subrayó.
Pero tras estas confusas explicaciones, EEUU redobló la apuesta y se puso a jugar el juego que más le gusta: acusó a Chávez de colaborar con la guerrila colombiana:
“Estados Unidos está preocupado por las acciones llevadas a cabo por Venezuela que no contribuyen a la estabilidad en la región. Estas acciones incluyen apoyo a grupos rebeldes en Colombia y medidas que (dicho Gobierno) no toma en el área de la lucha contra el narcotráfico", aseguró un vocero del Departamento de Estado, sin especificar a qué grupo guerrillero se refería pero acusando a Venezuela de haber tomado iniciativas que "son contrarias a un compromiso con soluciones pacíficas a conflictos o la lucha contra el terrorismo".

Sin embargo del lado del Caribe las acusaciones van más allá de los excesos por “entusiasmo” de los agentes antidrogas norteamericanos.

"El asunto con la DEA, dijo el vicepresidente José Vicente Rangel, es de soberanía nacional", afirmó el mandatario en alusión a una declaración hecha el 3 de agosto por el alto funcionario en el sentido de que Venezuela busca "reubicar" la relación con la entidad estadunidense "en el plano de la soberanía", por lo que "nos liberamos de la DEA por ahora".

En su más clara acusación contra la DEA, la Agencia Federal de Investigaciones (FBI) y la Agencia Central de Inteligencia (CIA), desde que asumió el poder en 1999, Chávez precisó que "veníamos haciéndole seguimiento y resulta que la DEA estaba usando como máscara la lucha contra las drogas para, incluso, apoyar al narcotráfico y hacer inteligencia contra el gobierno.

"La DEA no es absolutamente necesaria para la lucha en contra del tráfico de drogas", dijo el mandatario, luego de señalar que "hemos detectado infiltración de inteligencia que amenazó la seguridad nacional y la defensa".

Chávez reconoció que Venezuela es un punto de tránsito para el traslado de cocaína desde Colombia hacia Estados Unidos y Europa, pero destacó que en las labores de intercepción de traficantes que usan territorio venezolano, el ejército ha logrado avances. Sobre la CIA y la FBI, el gobernante dijo que no hacen nada para atrapar a los grandes capos del comercio de drogas en Estados Unidos y comentó: "¡Qué extraño que ellos no los puedan encontrar!".

A finales de julio la fiscalía venezolana inició una investigación sobre las actividades de la DEA en el país, a raíz de una denuncia de dos ciudadanos sobre operaciones ilegales de sus agentes en este país.

El 28 de julio el inspector general de la fuerza armada, general de división Melvin López Hidalgo, anunció además que el gobierno venezolano se entenderá directamente con los países vecinos para combatir el tráfico de estupefacientes.

Según se anunció en esa misma fecha, la fuerza armada entregó al presidente un informe sobre el combate al narcotráfico en territorio venezolano, a partir del cual Chávez tomaría una decisión en torno al futuro de la relación con la DEA.

El anuncio fue horas después los comicios para elegir 2 mil 389 concejales, 3 mil 207 miembros de juntas parroquiales, los alcaldes de Miranda -estado de Carabobo- y Achaguas -estado de Apure-, así como al gobernador del estado Amazonas, en el sur del país, en un proceso marcado por la abstención, pero también por la victoria de los candidatos partidarios del presidente Chávez.

Esta es la novena ocasión en que los venezolanos acuden a las urnas desde que Chávez llegó al poder en 1999. Estos procesos incluyen el referéndum revocatorio convocado por la oposición en 2004, en el cual fue ratificado el mandato del presidente, a pesar de la intensa campaña de las fuerzas políticas tradicionales que buscaron su salida.

Para las elecciones de este domingo hubo un registro de 14 millones 363 mil 690 ciudadanos.

Los resultados del referéndum fueron validados por la Organización de Estados Americanos (OEA) y organismos no guernamentales como el Centro Carter de Estados Unidos. Bajo la custodia de unos 100 mil soldados, los 25 mil centros de votación tuvieron escasa asistencia de electores, que eligieron a 5 mil 596 funcionarios municipales, cuya función es complementaria a la labor de los alcaldes.

En la jornada anterior, en diciembre de 2000, la abstención llegó a 76 por ciento.
Analistas y políticos dijeron a medios venezolanos que el proceso electoral no suscitó mayor participación de los votantes porque los ciudadanos no le atribuyen suficiente importancia a los órganos municipales, porque no conocen a los candidatos y porque, a nivel internacional, es común que las municipales tengan escasa participación ciudadana.

Pero además, en las semanas precedentes a la jornada electoral, el dirigente opositor Antonio Ledezma encabezó una campaña en favor de la abstención.

El llamado a la abstención fue criticado por el escritor portugués José Saramago, premio Nobel de Literatura, quien dijo que los opositores recurrieron a "una falsa analogía entre el voto en blanco del que se habla en mi novela Ensayo sobre la lucidez y la abstención en las elecciones del 7 de agosto".

Saramago recordó que, en su novela, los hombres y las mujeres votaron en blanco como protesta contra la degradación de la democracia, "pero la oposición venezolana llama a la abstención precisamente cuando en Venezuela se está poniendo en pie una democracia con la participación directa del pueblo".