El gobierno norteamericano ha tratado de manera agresiva de impedir cualquier resultado positivo de la Cumbre del Milenio. Los objetivos del milenio fueron confirmados; esto es algo de extrema importancia. Los demás países han doblegado a Estados Unidos. El objetivo de eliminar la pobreza extrema y el hambre para 2025 seguirá formando parte de la agenda internacional.
Necesitamos muchos medios; el aumento del volumen de la ayuda para el desarrollo aprobado por la Comunidad Europea es algo bueno pero no suficiente. Estados Unidos produce anualmente 12 mil millardos de dólares pero sólo dedica tres millardos a África.
Vivimos una experiencia semejante con el protocolo de Kyoto. La idea de que Estados Unidos lo decide todo ha sido superada. Existen demasiadas riquezas y conocimientos prácticos fuera de este país para ello. En otras partes también hay personas, el 95% de los habitantes del planeta no vive en Estados Unidos.
Los pobres se han hecho más visibles en Estados Unidos y existe esta increíble historia del gobierno que no invirtió lo suficiente en los diques. Estados Unidos aprende, si el gobierno hubiera invertido algunas decenas de millones en estas obras se habría ahorrado los 200 millardos que hacen falta para acabar con las inundaciones. Lo mismo ocurre con la pobreza. Si no le dedicamos 50 millardos cada año gastaremos mucho más en guerras, represión y catástrofes naturales.
El gobierno norteamericano piensa que cualquier tratado internacional le impedirá hacer lo que es preciso. ¡Qué dramático malentendido! Ni siquiera tiene el poder de imponer su voluntad en algunos kilómetros cuadrados en Bagdad. Necesita una asociación global, pero esto es algo que los neoconservadores no quieren entender. Además, la sociedad norteamericana teme horriblemente a los pobres que se extiende hasta lo más profundo de las capas asalariadas. No quieren ocuparse de los pobres por miedo a que su propio bienestar disminuya.
Los países pobres no piden una revolución, sino simplemente una ínfima fracción de nuestros ingresos. Si fuera neoconservador saltaría de alegría ante la idea de poder salvar el orden mundial a tan bajo precio.
Le echo en cara a los organismos de desarrollo su falta de éxito. ¿A dónde van a parar los millones? A los burócratas, al pago de honorarios y a la ayuda humanitaria de emergencia. La USAID no realiza inversiones que podrían resultar útiles a los africanos. La ayuda no resuelve en realidad el problema.

Fuente
Die Tageszeitung (Alemania)

«"Die USA mussten sich beugen"», por Jeffrey Sachs, Die Tageszeitung, 15 de septiembre de 2005. Texto adaptado de una entrevista.