El registro de CIAP significa
o confirma que, como es ya tradicional,
Latinoamérica contribuye
con más del 25% a la trágica nómina
de profesionales de la prensa
caídos en la dura tarea de reflejar
las realidades en diversas
latitudes. El 2005 fue un año plagado
de atentados físicos en contra
de las personas de los periodistas
y de los órganos de difusión,
conformándose así violaciones
permanentes a las libertades
de prensa y de expresión.

Aparte de la región latinoamericana
y caribeña, en 2005 hubo
eliminación sustancial de informadores
en Filipinas, otros
países asiáticos como Bangladesh
y Pakistán; en Rusia y otros.
En Irak, con 22 muertos en el año
recién concluido, aumentó a 80
la pérdida de vidas desde la invasión
británico-estadounidense en
ese país, número superior a todos
los periodistas que cayeron en la
guerra de Vietnam.

Lista de la ignominia

El siguiente es el recuento de los que
mataron en América Latina y el Caribe:
 Brasil: Ricardo Gonzalvez Rocha y
José Amorim Pinto.
 Colombia: Julio Palacios Sánchez,
Hernardo Marne Sánchez, Elbert Ramírez,
Guillermo Cabrera Medina y Martín
Alirio Viña.
 Ecuador: Julio García Romero.
 Haití: Abdias Jean, Laraque Robenson
y Jacques Roche.
 México: Raúl Gibb Guerrero, Guadalupe
García Escamilla, Alfredo Jiménez
Mota y Gregorio Rodríguez.
 Nicaragua: Rony Adolfo Olivas.
 Venezuela: Gustavo Acevedo.

Atentados

En marzo de 2005, la Asociación de
Periodistas de Guatemala (APG) denunció
la agresión física en contra de varios reporteros
a cargo de ex miembros de la entidad
Patrullas de Autodefensa Civil
(PAC). En agosto, la agencia Cerigua denunció
que al menos 31 periodistas guatemaltecos
fueron víctimas de hechos de
violencia en varios departamentos (provincias)
del país. Tres reporteros fueron
agredidos con machetes por ex patrulleros
de PAC y además les robaron cámaras de
videos y fotográficas.

En Perú, la ANP informó que en 2005 prosiguieron
las agresiones físicas en
contra de reporteros cuando ya se
habían registrado 61 violaciones a
la libertad de prensa.

En Colombia continuaron
persistentes amenazas contra la
vida de los periodistas, situación
que obligó a varios al camino
del exilio forzado, como
es el caso de Alfredo Serrano
Villegas, de Barrancabermeja,
quien abandonó su país en
agosto pasado para preservar la
vida de su familia.

En México, la casa del periodista
Jorge Cardona Villegas
(Televisa, Monterrey) fue ametrallada.
El diario “Noticias”,
de Oaxaca, fue ocupado a la
fuerza y durante un mes se impidió
el trabajo de los periodistas.
Para diciembre, fue prácticamente
secuestrada, la periodista
Lydia Cacho Ribeiro,
Presidenta del Centro Integral
de Atención a las Mujeres
(CIAM) que asesora a víctimas
de la violencia. En fin, hasta
julio de 2005 la Comisión Nacional de
Derechos Humanos había recibido 54 quejas
por agresiones a periodistas.

En Irak han perecido mas informadores que en la guerra de Vietnam

“Cincuenta y seis periodistas iraquíes han muerto en acción profesional en los casi
tres años transcurridos desde la invasión, pero el número de 80 informadores caídos
se completa con otras nacionalidades. Cuatro procedían del propio Estados Unidos,
tres del Reino Unido, dos de España (Julio Anguita y José Couso), dos de Argentina,
igual número de Australia y Japón. Informadores de Argelia, Alemania,
Irán, Italia, Jordania, Polonia y Ucrania completan la nómina.

Mientras algunos fueron víctimas del fuego cruzado, la mayoría de ellos fue víctima
de la metralla operada por soldados estadounidenses o por la policía iraquí
creada por los invasores”. Así comienza su nota “Irak, el cementerio”, el compañero
Hernán Uribe, presidente de la Comisión de Investigación de Atentados a Periodistas
(CIAP-FELAP).

El texto completo se puede leer en Argenpress.Info. Aquí destacamos otros párrafo:
“A comienzos de septiembre de 2005 el ejército de Estados Unidos confirmó que
sus soldados mataron en Irak a un periodista de Reuters, pero agregó un vocero que
su acción fue ‘adecuada’ (sic). La víctima fue Salid Jaled, técnico de sonido de Reuters
cuyo automóvil fue ametrallado en Bagdad. En respuesta a la declaración del
general Rick Lynch, el editor internacional de la agencia, David Schlesinger, declaró:
‘La idea de que la muerte de un periodista profesional que hace su trabajo pueda
ser justificada es repugnante para mí’”.