Y el comienzo de la Campaña de los 16 Días de activismo por la defensa de sus derechos. La elección de la fecha no es casual. En un día similar, pero de 1960, la población de República Dominicana despertó con una terrible noticia, agentes del ex dictador Rafael Trujillo habían asesinado violentamente a las hermanas Patricia, Minerva y María Teresa Mirbal. Habiendo participado activamente de la resistencia contra el régimen, los brutales asesinatos se convirtieron en el comienzo del fin de la dictadura, y a partir de principios de los años 80 en un símbolo para las organizaciones feministas.

Agresiones domésticas, abuso sexual, violencia de Estado, tortura, pobreza y marginación laboral y social, son algunos de los claros indicadores de violación de los Derechos Humanos de las cuales son víctimas muchas mujeres en el mundo.

En el año 1991, el Centro para el Liderazgo Global de las Mujeres (CWGL) comenzó a coordinar la Campaña de los 16 Días con el claro objetivo de hacer visible lo que siempre se intenta ocultar.

Los 16 Días incluyen, además del 25 de noviembre, el 1 de diciembre, Día Mundial del VIH/SIDA; el 6 de diciembre, aniversario de la Masacre de Montreal (día en que Marc Lepine mató a tiros a 14 mujeres de la Facultad de Ingeniería de esa ciudad), y el 10 diciembre, Día Internacional de los Derechos Humanos.

El eje de abordaje de la Campaña varía anualmente. Los Derechos Humanos en la Violencia hacia las Mujeres es el que cobra fuerza este año en el que se cumplen veinticinco desde la primera campaña y donde siempre se espera que sea el último.

La violencia y la discriminación contra la mujer son temas que abarcan a la globalidad del planeta, siendo la agresión física infligida por sus parejas la más común. Según un informe de Naciones Unidas, una de cada tres mujeres padecen este tipo de violación de sus derechos.

Pero la violencia reviste diferentes formas y manifestaciones. En el Seminario con perspectiva de Género “Objetadas” que organizó el Observatorio de Medios-UTPBA el 15 de septiembre pasado, se subrayaban en la apertura, algunos datos que es bueno recordar en esta oportunidad:

“Quizá habría que señalar, las disparidades entre hombres y mujeres que se dan en términos de participación social, vivienda, acceso a la salud, a la educación, a la información, al agua potable, o a la protección social, la alimentación y al saneamiento básico, por nombrar solo algunos.

“Quizá hablar de la situación de la mujer hoy en el mundo, no deba obviar que el 99% de la tierra cultivada del planeta pertenece a los hombres, mientras que las mujeres producen 70% de las cosechas, al mismo tiempo de constituir el 70% de la población mundial más pobre.

“Quizá, deberíamos mencionar que, según un informe de CEPAL, cerca de la mitad de los 180 millones de migrantes internacionales son mujeres que van en busca de mejores condiciones de trabajo.

“Quizá nos cause conmoción saber que entre 113 y 200 millones de mujeres de todo el mundo están desaparecidas demográficamente y que cada año entre 1.5 y 3 millones de mujeres y niñas pierden la vida como resultado de la violencia de género.

“Quizá se impone recordar que todos los años mueren de parto alrededor de 600.000 mujeres, que 6000 niñas de poca edad sufren mutilación genital y que una mujer cada cinco probablemente sea víctima de una violación.

“Quizá tendríamos que mencionar las cifras del feminicidio, y decirnos que desde el año 1993 a la fecha, 500 han sido las mujeres asesinadas o que se encuentran desaparecidas en Ciudad Juárez – México, o que en Guatemala se han asesinado 665 mujeres durante el año 2005 y 93 en los primeros meses de este año, solo por tomar dos ejemplos.

“Quizá no debería quedar afuera la diferencia de género que forma parte también de la brecha digital y la imprescindible inclusión de la mujer en el proceso de definición de políticas públicas que se entiendan con el desarrollo y despliegue de las Tecnologías de información y Comunicación –TIC-.

“Quizá se imponga señalar que en Latinoamérica una de cada tres muertes maternas son por aborto inducido en forma clandestina y reafirmarnos en lo expresado en la campaña hoy vigente ‘Educación sexual para decidir, anticonceptivo para no abortar, y aborto legal para no morir’.

“Quizá, tendríamos que referirnos a los circuitos de prostitución, la trata de blancas y el tráfico de mujeres a nivel mundial. Porque no incluir los asesinatos en serie que se producen en países como India o Pakistán o la alta tasa de mortalidad materna en el África Negra.

“Quizá, y hablando un poco de nuestro país, vale decirnos que si bien la participación de las mujeres en la actividad laboral ha crecido fundamentalmente en la década del noventa, producto de la aplicación de las políticas neoliberales y la consecuente crisis de empleo de los jefes de hogar, de los 4 millones de trabajo informal existente, el 52% corresponde a las mujeres. Es decir, menores posibilidades de ingreso al sector formal, menores salarios y mayor trabajo precarizado.

“Quizá no estaría nada mal mencionar que en el gremio de prensa del universo total de trabajo efectivo afiliado, sólo el 30% corresponde a las mujeres. Y que a las patologías relacionadas con la profesión se suman las específicas de género como cánceres de mama o útero, enfermedades cardiovasculares por utilización de anticonceptivos hormonales, bulimia, anorexia, anemia, trastornos menstruales o menopausia”.

Hacer oír las voces de las mujeres a través de los medios de comunicación, es lo que se planteó esta Campaña; que hombres y mujeres tomen real conciencia de las disparidades existentes para terminar con las inequidades de género, el gran objetivo (ANC-UTPBA).

(*) Periodista, integrante del Observatorio de Medios de la UTPBA.