El ex director de programas de TV Martí, José M. Miranda, se acaba de declarar culpable de recibir 112 mil dólares en sobornos por parte de una productora a la cual le contrató servicios durante tres años, destaca el diario El Nuevo Herald, de Miami, en reciente edición.

Según la publicación, la Fiscalía federal estadounidense dio a conocer que Miranda, alias "Chema", de 51 años de edad, recibió 73 cheques procedentes de la productora Perfect Image, entre noviembre de 2001 y diciembre de 2004, luego de que aprobara pedidos para servicios destinados a la televisora que, por demás, no se ve en Cuba.

Las pruebas revelan que el funcionario al servicio de las transmisiones ilegales contra Cuba se beneficiaba personalmente de hasta el 50 por ciento del dinero que entregaba a la productora, lo que evidencia una de las aristas de la llamada Industria de la Contrarrevolución.

En junio de 2006 el gobierno del presidente George W. Bush destinó 80 millones de dólares al plan subversivo para buscar un cambio de sistema político económico y social en la Isla Caribeña.

Ese año los gastos para las transmisiones radiales y televisivas superaron los 37 millones de dólares, de los cuales se beneficiaron numerosos funcionarios y redactores recientemente vinculados a las comunicaciones y a la desinformación, como quedó demostrado recientemente.

A finales de 2006, 10 periodistas pertenecientes a El Nuevo Herald violaron principios éticos de este órgano al ofrecer sus colaboraciones tarifadas a TV y Radio Martí, órganos oficiales.

Cifras conservadoras estiman en más de 550 millones los dólares estafados al pueblo estadounidense para pagar las transmisiones ilegales contra Cuba en 22 años.

Fundamentalmente ese dinero ha ido a parar a privilegiados bolsillos de buscadores de votos y traficantes de influencias a favor de quienes propician la enorme erogación.

Para el año fiscal 2007 el Congreso de USA aprobó un presupuesto de 36 millones 100 mil dólares de fondos federales para las citadas emisiones radiotelevisadas que violan los acuerdos internacionales y el reglamento de la Unión Internacional de Telecomunicaciones.

Radio Martí fue inaugurada en 1985 y su similar televisiva diez años después, pero prácticamente todos los analistas serios, incluso los que no simpatizan con la Revolución cubana, reconocen que se trata de una forma grosera de retribuir favores a amigos y a quienes cobran sin trabajar.

Por ejemplo, Salvador Lew, ex directivo de TV Martí, se ufanaba de pagar salarios de hasta 80 mil dólares anuales a socios sin preocuparse por saber lo que realmente hacían. Tal es el caso de la Sra. Connor, quien gana en Radio Martí 440 dólares por hora y nadie sabe a qué se dedica realmente.

El nuevo invento de los beneficiarios de la estafa es profundizar la tecnología para intentar que la imagen pirata de TV se cuele en los televisores cubanos a través de transmisiones desde un avión militar rentado a la firma Phonix Air.

Al respecto, Fabio Leite, director de la Oficina de Radiocomunicaciones de la Unión Internacional de Telecomunicaciones, acaba de declarar en La Habana la inadmisibilidad de las transmisiones ilegales de EE.UU., destinadas a fomentar la subversión interna en Cuba.

Actualmente las difusiones del gobierno de W. Bush contra Cuba suman dos mil 425 horas semanales, emitidas en 30 frecuencias de radio y televisión, y Leite afirmó a la prensa mundial que denunciará personalmente esa situación, violatoria de la legislación internacional.

Agencia Cubana de Noticias