Las bacterias, una amenaza para la humanidad

Los antibióticos, que han salvado millones de vidas desde su invención, están perdiendo su efectividad”, ha asegurado el doctor Otto Cars, coordinador global de ReAct, desde la ciudad de Uppsala. Esto constituye una grave amenaza para la salud mundial, puesto que según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), las enfermedades infecciosas, segaron la vida de casi 12 millones de personas en el 2002.

Para destruir o inhibir a las bacterias, responsables de enfermedades como la malaria, la diarrea, la neumonía o la tuberculosis, se usan los antibióticos. El problema surge porque las bacterias desarrollan sistemas defensivos para resistir la acción de los antibióticos, explica el doctor Telmo Galindo, microbiólogo de la FCCMM y miembro del equipo local de investigación. Es lo que se conoce como resistencia bacteriana. Una vez adquirida la resistencia, ésta puede pasarse verticalmente a una célula hija u horizontalmente a otras bacterias.

Desde hace una década aproximadamente, los laboratorios farmacéuticos dejaron de crear nuevos antibióticos, a pesar de que paradójicamente, la resistencia sigue en aumento. “El peligro es llegar a un punto en que los agentes patógenos sean todos resistentes a los antibióticos y no haya de qué echar mano”, advierte la doctora Eulalia Freire, docente de la FCCMM y miembro del equipo investigador.

¿Cómo están las cosas en América Latina y Ecuador?

En América Latina, por ejemplo, existen cepas de tuberculosis, cólera, diarrea y neumonía, resistentes a los antibióticos. Y como sabemos, la diarrea y la neumonía son las principales causas de muerte entre los niños menores de 5 años. En nuestro país, cuando se diseminó la epidemia del cólera en 1998, se descubrieron cepas multiresistentes a la acción de los antibióticos de uso común, refiere la doctora Muñoz.

¿Cuáles son las causas de la resistencia bacteriana?

Este fenómeno se ha incrementado alarmantemente debido al uso indiscriminado de antibióticos por parte de los profesionales de la salud y de la población en general, sostiene Galindo. El uso indiscriminado puede ir desde la prescripción sin exámenes de laboratorio que la sustenten, hasta la automedicación, pasando por la mala administración.

Como resultado de todo esto y del fracaso de las terapias, las personas permanecen enfermas por períodos de tiempo más largos, con mayor riesgo de morir y contaminar a los demás. Los costos siempre se multiplican. Pero quizá lo más dramático sea que estas terapias fracasadas invalidan antibióticos reservados para enfermedades peligrosas como la meningitis.

“Las situaciones descritas acontecen en un contexto de denegación del derecho a la salud y a la atención de salud para todos y todas”, subraya la doctora Georgina Muñoz, coordinadora del equipo local de investigación. Por eso, ReAct trabaja también para que este derecho humano fundamental sea respetado. Es que la vía más efectiva para combatir la resistencia bacteriana es la prevención de las enfermedades infecciosas, mediante el acceso universal a servicios de salud de alta calidad.

Las transnacionales farmacéuticas, por su parte, sólo han contribuido a empeorar la situación, puesto que, abusando de la falta de regulaciones legales y controles estatales en nuestros países, ha promovido la venta, prescripción y consumo libre de antibióticos. Por ejemplo, acota la doctora Muñoz, “a pesar de que la resistencia es igualmente grave tanto en el norte como el sur, las normas de comercialización y etiquetado son diferentes”.

¿Cuáles son los objetivos de ReAct?

Ante esto, ReAct trabaja para que los antibióticos sean usados con propiedad y mesura por parte de los profesionales de la salud. Trabajamos también en el desarrollo de nuevos antibacterianos para que las actuales y futuras generaciones puedan acceder a tratamientos efectivos contra las infecciones, apunta el doctor Cars.

Objetivos de ReAct en la región y el país

Como equipo local, analizaremos el consumo de antibióticos, mediante la determinación de los conocimientos, actitudes y prácticas de la población, así como la disponibilidad y acceso a los antibióticos a nivel del país, manifiesta la doctora Freire. “Por ejemplo, queremos conocer qué hacen las mamás cuando sus pequeños enfrentan infecciones respiratorias agudas como la neumonía.”

En otro plano de la investigación, el doctor Galindo y su equipo de microbiólogos evaluarán en el laboratorio práctico las cepas bacterianas más frecuentes en los centros hospitalarios y en las comunidades, sean urbanas o rurales. “Vamos a medir el nivel de sensibilidad y resistencia de las bacterias”, aclara. Para la prescripción es muy importante definir la sensibilidad y la resistencia de las bacterias a los antibióticos.

De acuerdo con la información vertida por la doctora Muñoz, el tercer componente de ReAct tiene que ver con los programas educativos orientados a la comunidad y a los profesionales de la salud, a fin de fomentar el uso adecuado de antibióticos. Dentro de esto, parte fundamental será el “I Congreso Mundial de Enfermedades Infecciosas y Resistencia Bacteriana, que preparamos para fines del 2007 en la FCCMM y al que desde ya invitamos a todos y todas a participar”.