La provocación empresaria se concretó mediante una nota firmada por el gerente de Recursos Humanos Ricardo Amenedo, que falsamente responsabiliza a la UTPBA, y a su secretario Gremial Jorge Muracciole, de impedir que se logre el acuerdo, cuando fue la propia patronal que nuevamente colocó trabas inaceptables para los trabajadores.

La maniobra se completó con la actitud violatoria a la libertad sindical, al impedir el ingreso de los representante de la UTPBA a una asamblea de los trabajadores de prensa del diario, la que repudió por unanimidad la postura de la patronal.

En un comunicado, la UTPBA remarcó que “la lucha del conjunto de los periodistas-trabajadores de prensa de La Nación ha acumulado el tiempo suficiente en relación al actual planteo salarial y la experiencia necesaria a lo largo de estos últimos años como para saber -y defender- cuales son los objetivos que se buscan respecto del aumento de sueldos que se plantea y el alcance que este tiene, es decir sobre todos los trabajadores de prensa nucleados en el Convenio Colectivo”.

“Que la UTPBA, los delegados y el personal periodístico y administrativo del diario defiendan, como siempre, la vigencia del Convenio y que, por lo tanto, no se muevan del criterio que el aumento a alcanzarse comprende a todas las categorías del mismo está muy lejos de ser ‘una novedad’ y mucho menos un acto de injusticia o distractivo, sobre todo cuando decenas de trabajadores de distintas categorías laborales han sufrido una exclusión indebida del acuerdo de diciembre de 2006, situación que fue denunciada por la UTPBA ante el Ministerio de Trabajo y rechazada por el personal en asamblea”, agregó.

La ilegalidad que denuncia la empresa es la que ella está proponiendo que asuman tanto los trabajadores como la UTPBA y que contó con el rechazo generalizado. De modo que esa repudiable conducta empresaria coloca en seria dificultad el futuro de una negociación en la que intervinieron hasta aquí las más altas autoridades del Ministerio de Trabajo.