El más importante diario de la oposición de Bahrein, Akhbar al Khaleej, citó recientemente una fuente –anónima, por desgracia– del parlamento iraquí según la cual grandes compañías petroleras estadounidenses ofrecieron 5 millones de dólares a cada parlamentario iraquí a cambio de su voto a favor de la ley «iraquí» sobre los hidrocarburos. Con tal de garantizar los 138 votos favorables para garantizar la privatización del petróleo iraquí, el ya desesperado ocupante no vacilaría, al parecer, en recurrir a la corrupción y la intimidación.

Aunque la información es difícilmente verificable, su publicación en un diario que se ha destacado por su hostilidad hacia la invasión de Irak por los anglosajones da una idea sobre el tipo de sospechas que alberga una parte de la opinión pública de los países del Golfo sobre los verdaderos objetivos y proyectos de la coalición ocupante en Irak.

Luego de haber garantizado la colaboración de la minoría kurda iraquí, la coalición ocupante está tratando, desde hace un año, de imponer la adopción de una ley que los iraquíes rechazan ya que los privaría definitivamente de los recursos disponibles en su propio país.