Los métodos del gobierno de Gordon Brown no se diferencian mucho de los de su antecesor Tony Blair: cualquier tipo de mentira es permisible con tal de «vender» una guerra. Juzgue usted por sí mismo.

El 2 de mayo de 2008, el grupo que la prensa sigue llamando «Grupo de los Seis» a pesar de contar en realidad 7 miembros (Alemania, China, Estados Unidos, Francia, Reino Unido, Rusia y la Unión Europea), se reunía en Londres bajo la presidencia del ministro británico de Relaciones Exteriores, David Milliband. Al término del encuentro, siguiendo la costumbre, los participantes encargaron a Milliband de la publicación de un comunicado dirigido a la prensa Que apareció en el sitio web de su ministerio.

Según Milliband, el objetivo de la reunión era «conversar sobre las próximas etapas de nuestro enfoque sobre el grave problema que vemos en cuanto al programa nuclear iraní». Al parecer, los participantes estuvieron de acuerdo, en primer lugar, en afirmar que «estamos unidos en nuestra creencia de que la amenaza que representa el programa de enriquecimiento [de uranio] para la estabilidad [internacional] es muy seria».

Sin embargo, se sabe que esa no es la posición rusa. Valentín Slobodev, secretario interino del Consejo ruso de Seguridad expresó dicha posición durante una conferencia de prensa, en Teherán, este fin de semana:
«La posición de Rusia se resume a lo siguiente:
1- Irán tiene derecho a poseer el ciclo de combustible nuclear, en toda su extensión, con una excepción: Irán debe respetar el Tratado de Non Proliferación de armas nucleares, en otras palabras, no debe utilizarlo para fabricar el arma nuclear.
2- Estimamos que Irán no está realizando actualmente ningún estudio militar nuclear, pero estamos seguros que ese punto de vista debe ser compartido no sólo por Rusia sino también por todos los países que están participando en el arreglo de esta cuestión».

En Londres, el ministro ruso de Relaciones Exteriores, Serguei Lavrov, trató por tanto de explicar a sus homólogos que, como participante en el programa nuclear iraní, Rusia tiene la certeza de que dicho programa es de carácter puramente civil, aunque comprende que –por no tener el mismo grado de acceso al programa– las demás potencias exijan garantías, como lo haría la propia Rusia de encontrarse en el lugar de estas.

Así que cuando Lavrov, ya de regreso en Moscú, leyó el comunicado de Milliband, se le revolvió la sangre. Convocó entonces a una conferencia de prensa para subrayar claramente que no existen ni «amenaza» ni «grave problema» iraní.
Muy molesto, agregó: «Algunos de nuestros colegas participantes en las negociaciones de Londres trataron hoy, en contra de lo que yo esperaba, durante las reuniones desarrolladas en el contexto del futuro examen del Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP), de hacer creer en Londres que nos pusimos de acuerdo sobre cierto endurecimiento de la actitud hacia Irán. Ya les señalamos que eso fue una alteración de lo que realmente sucedió en Londres (…) Nos sorprendió el comunicado del secretario [británico] de Relaciones Exteriores David Milliband que apareció en el sitio oficial del ministerio y que se redactó a nombre de las seis naciones que participaron en la reunión del 2 de mayo en Londres (…) Este comportamiento de parte de aquellos con quienes se decidió elaborar un paquete de medidas positivas de estimulación es totalmente incorrecto».
Un comunicado sobre el tema apareció en el sitio del ministerio ruso.