Pero el inspector general criticó al investigador del Ejército por extraviar una pieza crítica de evidencia: el video de un camarógrafo de Reuters que iba en el auto, quien capturó los eventos previos y el momento del tiroteo.

Las acciones del investigador del Ejército llevaron a Reuters a creer que la investigación no fue exhaustiva o independiente, dijo el reporte del inspector general, según una crónica de Kristin Roberts, de la agencia británica.

“Descubrimos que, aunque la persona que hizo la investigación no siguió algunas acciones lógicas, concluyó apropiadamente que durante un ataque enemigo los soldados creyeron que una cámara y un micrófono dentro del vehículo eran un lanzador de granadas”, dijo el inspector general.

“Los soldados creyeron razonablemente que ese acto constituía una amenaza para las fuerzas estadounidenses y por tanto se vieron obligados a actuar, y lo hicieron de acuerdo (con las reglas de combate)”, agregó.

El inspector general también responsabilizó a Reuters y a sus prácticas de seguridad. El auto que transportaba a Khaled y al camarógrafo Haider Kadhem no tenía la marca de “PRENSA”, por ejemplo, y Kadhem equivocadamente sacó la cámara por la ventana del auto, de acuerdo a los militares.

Eso hizo difícil que los soldados distinguieran a los periodistas de los combatientes, indicó el inspector general.

Reuters dijo que no estaba de acuerdo con los hallazgos de la agencia del Pentágono, pero que apreciaba su recomendación de que el Ejército de Estados Unidos trabaje con las organizaciones periodísticas para evitar incidentes similares.

Nota publicada por la FELAP (www.felap.info)