Según los documentos hallados, los ministros de Defensa de Sudáfrica e Israel de aquel entonces acordaron la entrega de varios misiles Jericó (de fabricación israelí) con el fin de neutralizar a las naciones vecinas del país africano durante el régimen del apartheid. En la foto arriba el Primer ministro israelí de la época Shimon Peres, Premio Nobel de la Paz implicado en este tráfico de bombas nucleares con un régimen racista.

Documentos secretos provenientes de Sudáfrica revelaron que Israel le propuso en los años 70 al régimen del apartheid la venta cabezas nucleares a este país. De ser cierto esta se convertiría en la primera prueba oficial de que el Estado israelí tiene y comercializa con armamento nuclear.

Las pruebas muestran que el ministro de Defensa sudafricano, PW Botha, preguntó por las cabezas nucleares al entonces ministro de Defensa israelí Simon Peres, actual presidente de Israel, a lo que le contestó ofreciéndole "tres tamaños diferentes", expresa el documento.

Ambos hombres firmaron también un acuerdo de amplio alcance sobre las relaciones militares entre Sudáfrica e Israel que incluía una cláusula donde se especificaba "que la existencia de este acuerdo debe permanecer en secreto".

El diario británico The Guardian, que dio a conocer las pruebas, indicó que éstas fueron descubiertas por el académico estadounidense, Sasha Polakow - Suransky, cuando recogía información para una investigación sobre la estrecha relación entre ambos países.

Esto demostraría que Israel posee armas nucleares a pesar de su política de ambigüedad de no confirmar ni negar su existencia.

Los papeles hallados por Polakow - Suransky reflejan que el régimen militar de la era del apartheid quería utilizar los misiles nucleares como un medio de disuasión y para poder conquistar a los Estados vecinos.

De acuerdo con las pruebas, la reunión entre ambos ministros se efectuó el 31 de marzo de 1975.

Polakow - Suransky escribe en su libro La Alianza Innombrable, publicado en Estados Unidos esta semana, que en las conversaciones por el pacto secreto de Israel con el régimen del apartheid de Sudáfrica "se ofreció formalmente a Sudáfrica la venta de misiles Jericó con capacidad nuclear en su arsenal".

El apartheid fue un fenómeno de marginación racial en Sudáfrica, impulsado por colonizadores ingleses como un reflejo de discriminación política, económica, social y cultura.

En este movimiento se hacía una clasificación racial de acuerdo a la apariencia, a la aceptación social o a la ascendencia. Este nuevo sistema produjo revoluciones y resistencias por parte de los ciudadanos negros del país.

Israel rechaza acusaciones

El presidente israelí, Shimon Peres, rechazó este lunes la acusación de haber propuesto a Sudáfrica un intercambio de armas nucleares.

"No hay ningún fundamento real a las alegaciones publicadas esta mañana por The Guardian según las cuales Israel negoció en 1975 un intercambio de armas nucleares con Sudáfrica", dijo Peres en un comunicado.

"Israel jamás ha negociado un intercambio de armas nucleares con Sudáfrica. No existe ningún documento o firma israelí que pruebe que tales negociaciones han tenido lugar", añadió.

El artículo escrito por The Guardian estuvo basado en "una interpretación selectiva de documentos sudafricanos y no en base a hechos reales", dice Peres en el comunicado.

La política de ambigüedad de Israel fue creada para disuadir a sus adversarios, al mismo tiempo que fue pensada para evitar diversos tipos de provocaciones públicas que pueda generar su carrera armamentista.

Tel Aviv tiene un acuerdo desde 1969 con Estados Unidos según el cual los dirigentes israelíes no hacen ninguna declaración pública sobre el potencial nuclear de su país y no llevan a cabo ningún ensayo nuclear.

A cambio, Washington se comprometió a evitar ejercer presiones sobre este tema.

Según expertos extranjeros, Israel tiene entre 100 y 300 ojivas nucleares. Pero el Estado hebreo, que no firmó el TNP, nunca confirmó ni desmintió esta capacidad, siguiendo una doctrina llamada de ambigüedad deliberada.

La reserva podría incluir de manera cierta a cabezas móviles para misiles Jericó - 1 y Jericó - 2, así como bombas para los cazas israelíes e incluso cualquier otro tipo de armas nucleares tácticas.

Algunas publicaciones calculan incluso que Israel podría poseer más de 400 armas nucleares para finales de 1990.

Fuente
TeleSUR (America latina)