Las sanciones aprobadas este domingo por la Liga Árabe contra Siria, bajo la presión de Estados Unidos y Occidente, son un paso más en la escalada internacional geoestratégica que sólo pretende que ese país caiga. Como resultado se produciría una guerra y una desestabilización de todo Oriente Próximo, para en mediano y largo plazo poder atacar a Irán, sostienen los analistas.
El analista para asuntos de Oriente Medio, Francisco Sánchez Muñoz, supone que las potencias de la Liga Árabe, sobre todo Qatar y Arabia Saudita, “pretenden establecer una zona sunita en toda la región, un poder ideológico que llevará a controlar toda la zona, a cambio de eso, las potencias que los apoyen recibirían petróleo en buenas condiciones de precio. Por otra parte EE. UU. podría tener otra nueva entrada a Oriente Próximo tras la retirada de Irak”.
Por su parte, el ministro sirio de Exteriores, Walid al Mualem, calificó de “una declaración de guerra económica” estas medidas. “La Liga Árabe cerró todas las puertas con Siria con las resoluciones adoptadas ayer”, contra el régimen de Damasco, aseguraron las autoridades sirias e indicaron que solo “unirán al pueblo y no frenarán las reformas en el país”.
En tanto, este lunes masivas protestas se desarrollaron en las principales ciudades de ese país, contra la “decisión ilegítima de la Liga tomada en detrimento del interés del pueblo sirio”. Incluso los propios líderes de la oposición siria dicen que las medidas afectarán en primer lugar al pueblo.
“Las potencias árabes y occidentales que llevan adelante estas medidas son conscientes que el pueblo sirio no va a dejar de apoyar a su presidente y que no quedará otra salida que llevar a cabo lo que ya ha determinado Qatar: en caso de no funcionar estas sanciones económicas, vulnerarían directamente la carta de la Naciones Unidas, y han amenazado que podría producirse una intervención militar, violando los principios de no intervención y la soberanía nacional de Siria”, opina Sánchez.
Nuevas sanciones
Mientras tanto, este lunes la Unión Europea impuso sanciones económicas adicionales contra el régimen de Al-Assad, en el sector financiero y bancario así como la asistencia financiera en el ámbito comercial, excepto en las áreas relacionadas con la medicina y la alimentación.
Acusaciones de la ONU
Por otro lado, la ONU acusó al Gobierno y al Ejército sirio de haber cometido crímenes contra la humanidad en la represión de las manifestaciones pacíficas en esa nación, que comenzaron en marzo pasado y han dejado hasta el momento unos 3.500 muertos.
Según una comisión investigadora sobre Siria, establecida por el máximo organismo internacional, “los crímenes contra la humanidad se cometieron con la aprobación de las máximas instancias del Gobierno y sin importar si las víctimas eran niños o adultos”.
Fuente: RT, 28 de nov. 2011.
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