La presencia permanente de fuerzas de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en países fronterizos con Rusia constituye una amenaza para el Kremlin, la que no existió ni en los peores tiempos de la llamada Guerra Fría.

El golpe de Estado del 22 de febrero de 2014 en Ucrania y la vertical oposición de Moscú sirvieron de pretexto al bloque occidental para desplegar miles de efectivos y poderosos medios navales y aéreos en las repúblicas exsoviéticas de Estonia, Letonia y Lituania, en el Mar Báltico.

La nueva amenaza contra la seguridad del gigante euroasiático se suma a los destacamentos emplazados en los últimos años en otros territorios cercanos que fueron parte del Tratado de Varsovia, como Polonia, Rumania, Bulgaria y la República Checa, más al Sur.

En el Este, la vecina Ucrania mediante un decreto firmado por su actual presidente, Petró Poroshenko, desechó la condición de país no alineado que asumió en 2010, y mediante una ley proclamó la decisión de iniciar el camino hacia el bloque noratlántico.

Ante esta nueva amenaza, la reacción de Rusia no se hizo esperar. El viceministro de Defensa, Anatoli Antónov, advirtió que la adhesión de Ucrania a la OTAN podrá provocar la ruptura total de relaciones entre Rusia y la alianza castrense occidental.

Al referirse a la derogación por Kiev de la condición de país no alineado con la aprobación de un proyecto de ley propuesto por el presidente Poroshenko, el vicetitular aclaró que por ahora esa decisión no amenaza a la seguridad rusa.

Citado por el portal multimedia Sputnik, Antónov explicó que por el momento la decisión es política, pero afirmó que si la incorporación al bloque llega a producirse, ese paso adquirirá carácter militar y entonces supondrá la ruptura completa con la Alianza.

Tras el golpe de Estado en Ucrania

La ruptura constitucional en Kiev llevó a la república autónoma de Crimea y a la ciudad de Sebastopol, sede de la Flota de Rusia en el Mar Negro, a realizar un referendo el 16 de marzo, en el cual el 96.77 por ciento de los votantes (83 por ciento de todo el padrón) respaldó la reunificación con el Estado eurasiático.

Crimea fue parte de Rusia entre 1783 y 1954, cuando por decisión del Partido Comunista de la Unión Soviética fue colocada bajo la jurisdicción de la República Socialista Soviética de Ucrania.

El respaldo de Moscú a la decisión de los crimeos provocó un mayor deterioro de los nexos entre Moscú y la OTAN, ya afectados por la creciente presencia de fuerzas y medios bélicos de Washington en Europa del Este.

Infructuosamente, Moscú ha exigido desde 2007 garantías jurídicas de cumplimiento obligatorio de que el sistema de defensa antimisiles (DAM) del Pentágono en el llamado viejo continente no apunta contra el sistema de disuasión nuclear del Kremlin.

Hasta el momento, sólo ha recibido vanas promesas verbales.

En este contexto, el viceministro de Defensa Yuri Borisov reiteró que Rusia avanza en trabajos de investigación y desarrollo para poner en disposición combativa una respuesta al programa estratégico estadunidense denominado Rápido Ataque Global (PGS, por su sigla en inglés).

Borisov sostuvo en entrevista con la radio rusa que esas tareas transcurren en el contexto de las amenazas potenciales asociadas a las labores del PGS con el empleo de tecnologías hipersónicas por parte del Pentágono.

Fuentes militares rusas confirmaron que desarrollan un misil pesado hipersónico al que denominan Zircon, del cual sólo se conoce que está diseñado para ser instalado en submarinos multifuncionales y buques de superficie.

Jerarcas del sistema defensivo ruso mencionan este cohete pesado como un arma única de la que no dispone Washington, pero mantienen en secreto su velocidad y otras características.

Los trabajos de creación de este nuevo proyectil pesado se desarrollan en estricta conformidad con el plan establecido, mientras continúa el suministro activo de cohetes estratégicos basados en plataformas terrestres del tipo Yars y los emplazados en submarinos, que se pueden disparar sin detener la navegación, nombrados Bulava.

El proyecto estadunidense PGS tiene como objetivo crear un sistema de armas ofensivas capaz de atacar a cualquier punto de la Tierra en un margen de 30 minutos después de la toma de esa decisión.

Los especialistas rusos señalan que este programa incluye la fabricación de cohetes balísticos intercontinentales modificados, cruceros hipersónicos y, en general, arsenales basados en nuevos principios físicos.

Durante 2014, de manera reiterada, Rusia ensayó exitosamente diversos tipos de misiles intercontinentales de emplazamiento terrestre y naval, que batieron objetivos a cerca de 10 mil metros, y dio muestras del poderío de su aviación estratégica de alcance remoto.

Igualmente mantuvo la práctica de la realización de maniobras con distintas agrupaciones de tropas de manera casi permanente convocadas por sorpresa.

El presidente Vladimir Putin reiteró que los efectivos estratégicos nucleares seguirán teniendo respaldo prioritario en el futuro para ser capaces de superar cualquier sistema de defensa antimisiles, tanto actual como perspectivo.

En consonancia con esta indicación, el ministro de Finanzas de Rusia, Antón Siluanov, presentó en el Senado un anteproyecto de presupuesto que para 2014 y el bienio 2015-2016 previó incrementar los gastos de defensa en más del 18 por ciento.

Para 2014, el acápite defensivo comprendió un gasto en rublos equivalente a 40 mil 113 millones de dólares, 18.4 puntos porcentuales más que en 2013, según un informe del Comité de Defensa de la Duma estatal (cámara de diputados).

La propuesta para 2014 en materia de gastos de defensa representó el 17.8 por ciento respecto a todo el presupuesto, y pese a las dificultades económicas del país debe crecer a 19.7 puntos porcentuales en 2015 y llegar hasta 20.6 puntos sobre 100 en 2016, se informó.

Para preservar la paridad disuasoria nuclear con Estados Unidos y sus aliados de la OTAN, Moscú destinará un incremento del 58 por ciento en el trienio.

Esta escalada se corresponde con el programa esbozado por el presidente Putin en la Reunión Internacional de Seguridad de Munich, Alemania, en 2007, donde advirtió que Rusia iniciaría un rearme ante la expansión de la OTAN hacia las proximidades de sus fronteras.

Alertó entonces el mandatario contra el peligro que Rusia veía en el sistema de defensa antimisiles de Estados Unidos en Europa, y advirtió que si no recibía garantías jurídicas de cumplimiento obligatorio de que no apuntaba contra Moscú daría una respuesta adecuada.

La ausencia de esa respuesta y la continuidad de la expansión de las Fuerzas de la OTAN hacia el Este europeo estimularon el diseño de un plan de modernización de las Fuerzas Armadas hasta 2020.

Como parte de ese programa, Rusia ya igualó a Estados Unidos en la creación de armamento hipersónico, según aseguró en entrevista televisada el viceprimer ministro Dmitry Rogozin, supervisor gubernamental de la industria nacional de defensa.

El incremento de las amenazas noratlánticas en el Mar Negro y el Mar Báltico, y la presencia en Ucrania de Petró Poroshenko como presidente, quien insiste en establecer una nueva alianza castrense con Estados Unidos y la OTAN, evidencian el camino que se le impone al Kremlin.

El programa estadunidense de ataque global rápido y el desarrollo de armas hipersónicas convencionales resaltan como amenazas reales en la doctrina militar rusa actualizada, publicada recientemente por el periódico oficial Rossiskaya Gazeta.

Promulgado en un decreto por el presidente Vladimir Putin, el documento señala como otros peligros para la seguridad del Estado euroasiático el despliegue de efectivos de la OTAN con arsenales de alta precisión en las proximidades de sus fronteras.

En el texto publicado por el diario del gobierno ruso sobresale la referencia explícita a formas de guerra no convencionales, como estimular y aprovechar las protestas de la población y la manipulación mediática.

Al abordar esta temática recientemente, Putin advirtió que la situación en torno a Rusia no es simple, porque Washington está emplazando un sistema antimisiles escalonado y han aumentado las operaciones de la OTAN en toda Europa, y en particular en el Este del Continente.

Recalcó el líder ruso que Moscú siempre defenderá consecuentemente sus intereses y soberanía, contribuirá a reforzar la estabilidad internacional y abogará por una seguridad igual para todos los países y pueblos.

Nuestra doctrina militar no cambia, sigue siendo estrictamente defensiva, pero protegeremos de manera consecuente y firme nuestra seguridad, advirtió el jefe del Kremlin en una reunión con jerarcas del Ministerio de Defensa.

El documento publicado por Rossiskaya Gazeta refleja ese punto de vista en su referencia a cómo contrarrestar las amenazas cuando orienta “el uso de la Fuerza militar sólo después del agotamiento de todas las medidas no violentas”.

Sin embargo, los principios del uso combativo de las Fuerzas Armadas y especialmente del arsenal atómico en caso de agresión contra Moscú o sus aliados permanecen invariables, pero ahora añaden la noción de “disuasión no nuclear”.

Este último concepto implica un alto grado de disposición combativa de las tropas de propósito general para estar en capacidad de prevenir incidentes castrenses sin necesidad de utilizar el arma atómica.

La doctrina actualizada, comenta el diario oficial, encomienda por primera vez a las Fuerzas Armadas la misión de garantizar los intereses nacionales en el Ártico.

El Mando Unido Estratégico Norte, quinto Distrito Militar ruso dotado con sus propias Fuerzas terrestres, navales y aéreas, y emplazado más allá del Círculo Polar Ártico, quedó oficializado a inicios de diciembre.

Como núcleo para esta nueva estructura combativa servirá a Rusia la Flota del Norte, cuyos buques integrarán las unidades marítimas de este cuerpo armado, concluyó Rossiyskaya Gazeta.

Una cadena para el oso

El presidente ruso aseguró que es inevitable el crecimiento económico de Moscú y su salida de las dificultades actuales, provocadas por la baja de los precios del petróleo y las sanciones impuestas por Occidente.

Durante su décima rueda de prensa anual, esta vez ante 1 mil 259 periodistas según los organizadores, el estadista estimó que demorará un bienio remontar este panorama, de acuerdo con las circunstancias actuales.

Nuevamente criticó a los líderes occidentales porque creen que son vencedores y los demás, sus vasallos, y deploró la expansión de la OTAN hacia el Este tras la caída del muro de Berlín, pese a que la alianza declaró lo contrario.

Al ampliar sobre las relaciones de Moscú con la contraparte occidental y sus intenciones de doblegar al Estado eurasiático, el jefe del Kremlin expresó que “al oso siempre tratarán de ponerle una cadena”.

La tradicional rueda de prensa anual del mandatario transcurrió en circunstancias económicas y políticas sin precedentes, matizada por la depreciación del rublo, bajos precios del petróleo y una oleada de sanciones impuestas por Washington y sus aliados.

Putin reiteró que Estados Unidos representa una amenaza para Rusia con el despliegue de sus escudos antimisiles y el emplazamiento de bases militares en todo el planeta.

Al responder a la British Broadcasting Corporation (BBC), el estadista preguntó si es el Estado eurasiático el que lleva a cabo una política agresiva con sólo dos cuarteles castrenses en el extranjero, mientras que “Estados Unidos tiene bases por todo el planeta”.

Denunció Putin que Washington está instalando sistemas antimisiles en Rumania y reiteró la interrogante: “¿Me dice que somos nosotros los que realizamos una política agresiva?”

Aclaró el jefe del Kremlin a su interlocutor que la contribución de Moscú a las tensiones que hoy vive el mundo se limita a la defensa “de una manera más y más dura” de los intereses nacionales.

“No atacamos en el sentido político, no asaltamos a nadie, sólo defendemos nuestros intereses”, recalcó.

Putin observó a continuación que mientras el presupuesto del Ministerio de Defensa de Rusia equivale a 50 mil millones de dólares, el del Pentágono es superior a los 500 mil millones de esa moneda.

Destacó el líder ruso que la insatisfacción de Occidente, especialmente de Estados Unidos, con relación a la federación euroasiática se debe a que justamente Moscú defiende intereses nacionales y no al hecho de que en la esfera de la seguridad provoque tensiones.
El oso muestra músculos

Pese a las dificultades económicas, en el terreno castrense el Kremlin demostró recientemente de manera práctica que el contenido de su doctrina militar no es sólo teoría.

La incorporación de avanzados radares, un sistema de guerra electrónica y el próximo equipamiento con motores del tipo NK-32 incrementan significativamente el potencial del bombardero supersónico estratégico ruso Tu-160, según publicaron medios periodísticos.

Esta nave de 275 toneladas de peso en despegue con una velocidad máxima de hasta 2 mil kilómetros por hora, volará a 2 mil 400 kilómetros por hora con su carga útil de hasta 40 toneladas, informó la televisora global RT.

Conocido en Rusia como Cisne Blanco y como Blackjack en la nomenclatura de la OTAN, la remotorización del Tu-160 le permitirá superar las prestaciones de su rival estadunidense B-1 Lancer, comenta la fuente al citar el sitio en internet Inquisitr.

Diseñado por Rockwell International, el modelo estadunidense tiene un peso de despegue de 216 toneladas y una velocidad máxima de 2 mil 300 kilómetros por hora.

Los Tu-160 ingresaron en la aviación rusa de alcance remoto en 1981, y actualmente incluyen en su arsenal bombas de caída libre o guiadas de diverso calibre (incluidas ojivas nucleares), misiles estratégicos de crucero X-55 o aerobalísticos X-15.

Subraya la literatura rusa especializada que con su carga máxima de combate esta fortaleza posee una autonomía de vuelo de 10 mil kilómetros, mientras que con la reducida esa distancia oscila entre los 14 mil y 16 mil kilómetros.

Otro ejemplo del potencial defensivo ruso fue el disparo de prueba exitoso el 26 de diciembre de 2014 de un cohete balístico intercontinental RS-24 Yars, que destruyó los blancos previstos a miles de kilómetros en el polígono de Kura, en Kamchatka.

Un comunicado del Ministerio de Defensa precisó que el lanzamiento del proyectil cargado con una ojiva de reentrada múltiple fue realizado desde el cosmódromo de Plesetsk, al Norte del Estado euroasiático.

Según la fuente, el ejercicio cumplió el objetivo de probar la fiabilidad de los cohetes de este tipo fabricados en 2013-2014 y sus características técnicas.

A fines de 2013, el presidente Putin informó en una reunión con altos cargos militares que este tipo de armamento más moderno, capaz de impactar hasta cuatro blancos con una ojiva, reemplazará gradualmente a los RS-12M2 Topol-M.

Presente ya en la dotación de algunas unidades y diseñado por el Instituto de Termotecnia de Moscú, el primer disparo de un Yars-M se realizó el 27 de mayo de 2007, y 2 años después fueron puestos en servicio operacional.

La cartera de Defensa rusa mantiene en secreto la mayoría de las características de este proyectil, clasificado con la denominación RS-24 Yars (SS-X-29 en los códigos de la OTAN).

Emplazado en plataforma móvil, esta versión modernizada del RS-12M2 Topol-M se diferencia sobre todo de su antecesor porque puede portar cabezas nucleares separables de guiado autónomo.

Con una altura de 43 metros y un grosor de 2, como mínimo transporta ojivas con potencia de entre 150 y 300 kilotones y posee un alcance cercano a los 10 mil kilómetros.

De tres etapas consta el vuelo de estos cohetes, alimentados por combustible líquido, característica que multiplica sus posibilidades con relación a la defensa antimisil del enemigo.

Las Fuerzas rusas de Misiles Estratégicos llevan a cabo un rearme activo con los sistemas Yars que, junto a los cohetes pesados Sarmat, constituirán la columna vertebral de la disuasión nuclear terrestre de Rusia en la primera mitad del siglo XXI.

Fuente
Contralínea (México)