Un escenario de “guerra relámpago” se ha instaurado en el noreste de Siria desde el lunes 14 de octubre.
Gran cantidad de informaciones, que a veces se contradicen entre sí, se suceden rápidamente sin que sea realmente posible verificarlas todas. Sólo los Estados que disponen de medios de vigilancia aérea o satelital pueden hacerlo en tiempo real.
El ejército de Turquía y sus milicias turcomanas –designadas indistintamente como «Ejército Sirio Libre» o «Ejército Nacional Sirio»– tratan de invadir no sólo la franja fronteriza de 32 kilómetros a partir de la frontera turco-siria sino de extender su control sobre el resto de la zona que estaba bajo control de los grupos armados kurdos –casi un tercio del territorio nacional de Siria. Las tropas de Turquía parecen haber expulsado a los grupos armados kurdos de las localidades de Tal Abyad y Ras al-Ain (en la franja de suelo sirio antes mencionada) pero los turcomanos parecen haberse enfrentado a las tropas del gobierno sirio en la localidad de Manbij –fuera de la franja fronteriza.
El Ejército Árabe Sirio (el ejército regular de la República Árabe Siria) avanzó a una velocidad sorprendente a través de los territorios que se hallaban bajo control de los grupos armados kurdos y se posicionó rápidamente en las principales ciudades –como Raqqa y Hassaka. Un comando sirio aerotransportado se encuentra ya en la ciudad siria de Qamishli, que dividirá en dos la franja fronteriza, según el esquema negociado antes del inicio de la operación militar turca.
Después de regresar a su cuartel general, los representantes kurdos que aceptaron el acuerdo de Hmeimim [1] han declarado que su mandato no les permitía renunciar el proyecto de creación de un «Kurdistán» en suelo sirio, la llamada «Rojava». Según esa precisión, el acuerdo de Hmeimim tendría que ser interpretado como una alianza táctica entre dos fuerzas “soberanas”. Esta contradicción muestra la existencia de una crisis en el seno de los grupos armados kurdos.
Todas las fuerzas militares estadounidenses ilegalmente presentes en Siria están replegándose, con excepción de los 150 militares de Estados Unidos de la base de Al-Tanf, en la autopista Damasco-Bagdad, cerca de la frontera entre Siria y Jordania.
Estados Unidos se está haciendo eco de la acusación emitida por Turquía, según la cual la fuga masiva de 785 personas recluidas en un campo kurdo de prisioneros yihadistas, en Ain Issa, fue deliberadamente permitida o incluso organizada por las YPG kurdas para hacer presión sobre los diferentes actores del conflicto sirio.
[1] «El acuerdo de Hmeimim entre las milicias kurdas y Siria», Red Voltaire, 15 de octubre de 2019.
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