El presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, inauguró personalmente –el 12 de abril de 2021– un ‎museo de trofeos de guerra que cultiva el odio contra los armenios. ‎

Se trata de un gran parque situado en Bakú, la capital azerbaiyana, donde se exponen al público ‎más de 300 blindados y piezas de artillería de la República de Armenia destruidos en combate o ‎capturados. ‎

El museo incluye una tienda donde se exponen (ver foto) los cascos de soldados armenios. ‎Después de haber anunciado que los cascos expuestos habían pertenecido a soldados armenios ‎muertos en el Alto Karabaj, el gobierno azerbaiyano modificó el anuncio, afirmando que ‎pertenecían a soldados armenios capturados durante los combates. ‎

Los maniquíes expuestos para representar a los soldados armenios muestran rostros bestiales, ‎sugiriendo que los armenios son subhumanos, lo cual permite concluir que se trata del primer ‎museo estatal racista del mundo. ‎

La reciente victoria de Azerbaiyán en el Alto Karabaj se debió a la ayuda de Turquía y del Reino ‎Unido [1]. ‎

No está de más recordar que Azerbaiyán es miembro del Consejo de Europa desde 2001, ya que ‎parte de su territorio está efectivamente en Europa.

También es importante recordar que la Asamblea General de la ONU ha denunciado ‎repetidamente las teorías racistas como causantes de guerras y ha exhortado a todos los Estados ‎miembros de las Naciones Unidas a luchar contra esas teorías.‎

[1«Victoria de Londres y Ankara en el Alto Karabaj, derrota para Soros y los armenios», por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 24 de noviembre de 2020.