Venezuela se convirtió, en la norteña ciudad argentina de Puerto Iguazú, en el más nuevo asociado del Mercado Común del Sur (Mercosur), lo que sin duda representa un paso significativo en la propuesta de integración latinoamericana.
"Venezuela llega al Mercosur en un momento de profundos cambios, que apuntan a una integración de un nuevo tipo, no a una integración neoliberal que se preconizaba en este continente hasta hace poco tiempo”, dijo el presidente Hugo Chávez. Para efectivizar la asociación el cuarto exportador mundial de petróleo, firmará un acuerdo de libre comercio e la sede de la Asociación Latinoamericana de Integración (Aladi), en su sede de Montevideo, el 7 de agosto.
Los países asociados, como son los casos de Bolivia, Chile y Peru, deben mantener relaciones comerciales libres con los países fundadores del bloque (Argentina, Brasil, Paraguay e Uruguay), pero no tienen derecho a voto en las cuestiones económicas y tampoco pueden incidir en las cuestiones políticas y/o institucionales del Mercosur.
En el caso venezolano, la asociación, que demoró cinco años en cristalizarse, puede generar frutos políticos y económicos. Entre los primeros, el gobierno recibió el apoyo del grupo para el referendo, que incluyó un llamado del mandatario chileno Ricardo Lagos a la oposición para que reconozca los resultados de la consulta, sea cual fuera.
Para Chávez, el Mercosur se está transformando en el “epicentro de un nuevo esquema de integración política, social e econonómico-productiva. Estamos llamados a unirnos de verdad para liberarnos de la pobreza", dijo el presidente venezolano.
Néstor Kirchner, siguió en la misma línea. Dijo que el organismo se está convirtiendo en el "principal instrumento para disminuir la vulnerabilidad externa y obtener ventajas de la globalización, que nos permita reducir la pobreza y la exclusión social”.
El presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva lucía una amplia sonrisa. Una larga y exitosa reunión sostenida entre ambos mandatarios y los respectivos embajadores había analizado el tema y también la necesidad de una mayor integración entre el norte y nordeste brasileño y Venezuela. Y el tema de una refinería binacional saltó nuevamente a la palestra. Brasil ya anunció que incrementará la producción de plataformas petroleras para abastecer a Venezuela, en vez de importarlas de Estados Unidos y otras grandes potencias. Además, las ruedas de negocio se sucederán este semestre y en el primer semestre del año próximo.
Chávez se entrevistó con casi todos los mandatarios presentes: con Lagos, con Vicente Fox, que clamaba la incorporación mexicana al Mercosur, para lo que deberá, primero, ponerse a tono con las exigencias de un grupo que tienen sus reservas sobre este paso, ya que muchos expertos consideran al actual gobierno azteca como portavoz de las grandes trasnacionales estadounidenses.
El presidente paraguayo, Nicanor Duarte, también hizo elogios al gobierno de Chávez, y a su política externa de integración de los pueblos, y resaltó, al igual que el chileno Ricardo Lagos, que Venezuela está siendo observada. "Quien ha pretendido aislarla y distanciarla de nuestros países hermanos ha fracaso otra vez. Allí está el resultado de una política internacional seria. Es importante reconocerlo, hemos retomado el camino que habíamos perdido”, señaló.
Kirchner, al término de la reunión, invitó a Chávez para seguir hasta Ensenada, cerca de la ciudad de La Plata, 60 kilómetros al sur de Buenos Aires, donde más un millar de obreros de los astilleros de Río Santiago los esperaba, con abrigos y bufandas y desafiando una temperatura de casi cero grado, con mirada de esperanza. Ahí la integración comenzó a tomar visos de realidad: Venezuela reparará allí sus tanqueros y, posiblemente, en un futuro cercano, construirá los transportadores de petróleo.
Se concretaba, así, la iniciativa para generar más de seis mil empleos en una fábrica que actualmente mantiene apenas parte de los trabajadores que las privatizaciones y el desmantelamiento de la capacidad productiva del país, dejaron en activo. "Ojalá podamos concretizar ese acuerdo", resaltó el presidente argentino. La firma de ésta y otras sociedades quedó prevista para el próximo dia 23, en la macrorrueda binacional a realizarse en la isla Margarita.
En la ocasión, también será firmada el acta de creación de Petrosur, creada el dia 8, durante un encuentro paralelo entre Chávez y Kirchner en Puerto Iguazú, cerquita de unas cataratas que se escondieron bajo la lluvia y la niebla para no competir con la luminosidad del encuentro integrador. Inicialmente la empresa tendrá como socias a Petróleos de Venezuela S.A (Pdvsa) y a Energia Argentina Sociedad Anónima (Enarsa). La incorporación de las estatales brasileñas Petrobras, Ecopetrol (Colombia) y PetroEcuador, que daría pie a la ampliación de la empresa, en el marco de la mega Petroamérica, será definida en un próximo encuentro entre los ministros de Energía de esos países.
Chávez calificó a Petrosur como un "anillo energético" sudamericano, donde su país es punta de vanguardia gracias al potencial petrolero que posee, pero que puede ganar en fuerza con la incorporación de otros Estados, dijo. Tanto ante autoridades brasileñas como ante los mismos obreros de los astilleros de la provincia de Buenos Aires, recordó que Venezuela importa cerca de cuatro mil millones de dólares anuales en accesorios, bienes y equipos para la industria petrolera “y perfectamente esos fondos pudieran quedarse en América del Sur”, generando recursos para Argentina y Brasil y trabajo para miles de desempleados.
Además de la petrolera, la alianza Argentina-Venezuela, concretizará el primer espacio para la integración de una red de televisoras del sur, propuesta en la última reunión del G15 en Caracas. "Es un paso para la libertad comunicacional. Tenemos que romper con la hegemonia de las grandes cadenas mundiales de televisión. La consolidación de una televisión sudamericana es vital para informar a nuestros pueblos sobre nuestras realidades", dijo Chávez.
"Venezuela ya está en el Mercosur", fueron las palabras que pronunció Chávez con toda emoción y satisfacción. “Ahora, pudiéramos decir el gran día de la América del Sur está llegando”.
Pasaron cinco años, período durante el cual las negociaciones se congelaron a causa del golpe de Estado de 2002 y el paro petrolero de 2002-2003. En ese tiempo hubo también cambios políticos en Argentina y Brasil y recién ahora, cuando están “maduras las condiciones” y son “favorables”, se aprueba su incorporación. Hoy, nuevos vientos soplan desde América Latina, hay buenos aires soplando en este continente, "Mercosur va dirigido a convertirse en un instrumento para luchar contra la pobreza, contra la desigualdad".
Una nueva etapa del Mercosur
Modesto Emilio Guerrero
Aparentemente, el 13 es el número de suerte para el Mercosur. Los días 7 y 8 de julio de 2004, realizó en la ciudad argentina de Puerto Iguazú su Cumbre Presidencial número 13, cónclave que marcó el inicio de una nueva etapa. Primero, porque demostró que sobrevivió a sus varias muertes. Segundo, porque pasó de cuatro estados a nueve, incluyendo a la segunda economía del continente, México, y al principal productor, reservorio y exportador de petróleo, Venezuela. Juntas, estas nueve economías constituyen el 87% del PBI latinoamericano y caribeño.
Tercero, porque el Mercosur tiende a adoptar una estrategia defensiva para acomodarse, aunque sea parcialmente, frente a la agresiva política mundial del imperialismo norteamericano desde 2001. Es defensiva en lo político y en lo comercial. Eso explica la aceptación del ingreso de Venezuela como asociado y las inmediatas negociaciones con México para que se integre. Excepto los gobiernos de Paraguay y Perú, más proyanquis y pro ALCA, los otros siete países tratan de convertir al G-20 como un refugio gremial ante los imperios.
Si el Mercosur ha sobrevivido a tres crisis mortales en 14 años, y aún le quedan fuerzas para seducir, no se debe a algo misterioso. La explicación hay que buscarla en la nueva realidad internacional, abierta con la semiderrota del ALCA, la urgencia del gobierno venezolano de recostarse en el sur para alejarse del norte, la necesidad mexicana de respirar aires distintos al Nafta, el copamiento yanqui de Centroamérica mediante el Cafta (el “pequeño ALCA”) y la mansedumbre genuflexa de la Comunidad Andina.
Este renovado interés por el accidentado Mercosur está determinado por el descomunal peso de la economía y el Estado de Brasil, verdadero eje de los negocios y la geopolítica hemisférica de los últimos años.
Entre crisis y crisis, el bloque ha firmado pactos, acuerdos y convenios con más de 20 países, celebrado negociaciones con economías tan importantes como India, la Unión Europea, la Comunidad Andina, Estados Unidos, Rusia y China. Todo eso entre 2002 y el primer trimestre del año 2004.
Como si quisiera mostrar la vitalidad de sus poderes seductivos, cinco Estados le han guiñado el ojo y se han integrado en calidad de socios no plenos, u observadores. Nos referimos a Bolivia y Chile, que acordaron sumarse en la fórmula “4+1” (Acuerdo de Complementación Económica), en 1995 y 1996 respectivamente. Perú se integró por la misma vía en noviembre del año 2003. Venezuela se sumó el 7 de julio de 2004 como nuevo asociado 4+1 y México ocupará un asiento rotulado con esta enseña: “Miembro Observador”.
No vamos a dejar que muera la CAN
A juicio del Presidente Hugo Chávez, “a la Comunidad Andina de Naciones la necesitamos y todos los que estamos aquí estoy seguro estamos dispuestos a fortalecerla”. Al término del XV Consejo Presidencial Andino, en Quito, CVhávez respondió a la pregunta de que si el hecho de que los miembros de la CAN realizan acuerdos unilaterales con EE.UU. para ingresar al ALCA, significaría el deceso del grupo.
"Evidentemente que aquí hay una diferencia de enfoques. Si nosotros no llegamos a creer y lo hemos dicho, no creemos, que el tratado de Libre Comercio que se negocia con Estados Unidos, no tiene que ser la muerte de la Comunidad Andina. A la Comunidad Andina no la vamos a dejar morir, la necesitamos viva y vamos a fortalecerla. Como nosotros lo estamos haciendo lo vemos con altura, no es para nosotros ningún conflicto, vamos a debatir, irnos a lo pragmático", señaló.
Chávez expresó que “nosotros deseamos que ése tratado de libre comercio sea exitoso para nuestros hermanos. Ojalá logren eso que el Presidente (Álvaro) Uribe explicaba, un tratamiento diferenciado, con base a las economías más débiles, pudieran ustedes estar, así como las tropas que van a la vanguardia, abriéndonos el camino a nosotros para ingresar más adelante a un tratado de libre comercio logrado por ustedes en condiciones de equidad”.
Añadió que "negociado con esa orientación y perfil no tiene porque ser la muerte de la CAN. En la Unión Europea hemos propuesto que tomemos esto como referencia para la propuesta ALCA o como la llamemos, es decir, un Fondo de compensación como el que tienen los europeos para ayudar a las naciones más pequeñas".
Chávez enfatizó los beneficios de este mecanismo para otorgar, por ejemplo, asignaciones monetarias no reembolsables, donaciones a los países más débiles, como la Unión Europea lo ha hecho con Portugal y España, “Es decir, una asociación para que todos más o menos nos equilibremos, no para que salga beneficiado el más fuerte y los más débiles se hundan aún más."
Sin embargo, enfatizó que es importante “el que los estados nuestros conserven la potestad para tomar decisiones sobre sus políticas económicas. No podemos subordinar nuestros Bancos Centrales a la Reserva Federal, porque nos amarraría, nos quitarían toda libertad de acción”.
El Acta de San Francisco de Quito, suscrita por los mandatarios de Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela 35 años después de suscribirse el Acuerdo de Cartagena, antecedente de la CAN creada como tal en 1990, destaca la voluntad de los miembros de preservar el ideal político de la integración andina.
Numerosas decisiones están contenidas en ese documento, las cuales crean nuevos entes de la Comunidad y establecen pautas a seguir en el futuro por la agrupación.
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