Las expectativas que despertó el gobierno de Álvaro Uribe se agotan. La crisis del país se ahonda. En variados sectores, una vez constatado que por la vía militar muy poco se podrá lograr, se abren puertas futuristas. El pasado 13 de octubre, en el foro público titulado "¿El poder para qué?", rememorando las posiciones e ideas políticas del "Maestro Darío Echandía", el Alcalde de Bogotá "Lucho" Garzón sorprendió al auditorio. Su propuesta: conformar, a nivel nacional, un "gobierno en transición"
El Alcalde Lucho presentó su propuesta ante "la inviabilidad política y financiera del país...". La agenda para este gobierno en transición dice Garzón, "no es solo con un sector político (de izquierda o de derecha), ni tampoco es solo con los ricos o con los pobres", ya que el propósito es la "búsqueda desde la reconciliación y no desde la confrontación", es la lucha "por un país diferente, en paz y reconciliado".
Múltiples preguntas nos surgen de inmediato:
¿Cuál es la diferencia de esta propuesta con otras que hemos escuchado en los últimos meses como por ejemplo la de Convención Nacional del Eln?, o ¿el Gobierno de Reconstrucción Popular propuesto por las Farc?, o ¿los nuevos vientos sobre otra Asamblea Constituyente?, u ¿otras voces que claman por una Asamblea Legislativa?
Lo que sí es claro es que el país político real, el que no deambula por los corredores del Congreso de la República, está en búsqueda permanente y crítica de salidas por demás creativas, ante la crisis del país y la propuesta perversa de la continuidad autoritaria del Gobierno de Uribe por el mecanismo antidemocrático de la reelección a la medida.
La salida militarista y autoritaria del gobierno de la "seguridad democrática", que tanto ha costado al país en vidas y dignidad, pone nuevamente sobre la mesa la necesidad de buscar alternativas de negociación política y social al conflicto armado y por tanto, actualiza las tesis de sectores progresistas de izquierda que buscan dichas salidas negociadas.
Soy de izquierda
En el foro, igualmente Lucho se reafirma en sus posiciones políticas cuando declara "soy un izquierdista en permanente discusión con la izquierda", ya que "la izquierda no puede quedarse en su preparación para el futuro mientras el presente lo disfruta la derecha".
¿Será que el Alcalde está en la encrucijada de "ser gobierno, pero no ser poder"? y por tanto ¿abocado a la búsqueda de alternativas políticas amplias y concertadas que reactiven al país y lo coloquen en la tarea de asumir el presente con todas sus consecuencias?.
Queda abierto el debate y con él la tarea de continuar, con mayor vehemencia, nuestro ejercicio de interlocutores críticos de este Alcalde que por voluntad y decisión de miles de bogotanos, llegó a la dirección de los destinos de la ciudad de Bogotá.
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