Stanley Hilton, ex-jefe de equipo de Bob Dole (¡) ha acusado al gobierno estadounidense de haber estado involucrado en los ataques del 11 de septiembre. Hilton depuso a un grupo de militares de alto rango que afirman que miembros del gobierno estuvieron implicados en los ataques.
Lo más interesante que he visto en los últimos días ha sido lo hechos relacionados con Stanley Hilton. Precisamentee publiqué una nota al respecto. Pero como este caso merece un poco más de atención, veámoslo más de cerca. Esta es la nota publicada:
Stanley Hilton, ex-jefe de equipo de Bob Dole (¡!) ha acusado al gobierno estadounidense de haber estado involucrado en los ataques del 11 de septiembre. Hilton depuso a un grupo de militares de alto rango que afirman que miembros del gobierno estuvieron implicados en los ataques. De acuerdo con Alex Jones, (Hilton) era ayudante principal de Bob Dole, su consejero y el de otros en el Partido Republicano. Es un experto en terrorismo de estado y ha escrito un libro sobre el tema a través de la historia y ahora hace revelaciones nunca antes expuestas.
El representa legalmente a más de 400 familiares de las víctimas del 11 de septiembre y apenas se le ha prestado atención. Hágase un favor, intente leer esto. Use más su imaginación. Pruebe si es capaz de leer lo y si no lo es, pregúntese ¿por qué?. Escuche la entrevista que le hace Alex Jones en Prison Planet. Aquí se encuentra disponible en MP3. El texto de otra entrevista hecha el 11 de marzo del 2003 está en Prison Planet, mientras que otra del 10 de septiembre del 2004 está disponible en Incunabula.org. También puede visitar el sitio de Stanley Hilton.
Que extraño resulta este mundo al adentramos en el 2004.
De acuerdo con Zogby poll, la mitad de la población de Nueva York cree que la administración Bush sabía de antemano que los ataques habían sido planeados para que ocurrieran el 11 de septiembre del 2001 o alrededor de ese día, y que concientemente abandonaron toda iniciativa a la acción. «Son ya muchas las personas que aseguran algo que los políticos del establishment y los medios persisten en negar».
El gobierno de Bush ya ha empujado al mundo más allá de los límites a que nunca antes se llegó; eso es innegable. Han llevado a extremos y de la manera más acelerada lo que es posible hacer en materia de relaciones entre los hombres, incluso más alla de lo que hayan hecho otros tiempos atrás en la historia del planeta.
Son inevitables las comparaciones con Adolfo Hitler. Disculpe quien se sienta ofendido por la comparación, pero es realmente exacta en aspectos muy específicos y tangibles. Quien quiera comprenderlo necesitará recurrir a Educación Cívica I y estudiar un poco antes de reincorporarse a la raza humana.
Lo que puede llevar a algún desacuerdo es si el cambio radical ha sido bueno o malo y a quien afecta. Para la gran mayoría, este ha sido extremadamente negativo. Recordemos que muchos pensaron que el Nazismo era una gran cosa y hay muchos que en realidad tratan de emular con aquel sistema. Los gobiernos autoritarios se han impuesto como tendencia dominante en la política moderna en el mundo.
Dígase de los chinos, los estadounidenses, los rusos, los árabes, los latinoamericanos, los del sudeste asiático y las dictaduras militares que han seguido esa tendencia en la política mundial desde que el gobierno neoconservador de Bush tomó el poder en los Estados Unidos y sometió al mundo de la post guerra fría bajo la visión neoconservadora expresada en el nuevo orden mundial.
Esta historia puede no tener fin, pero veamos ahora al personaje Stanely Hilton. Fue abogado y consejero de Bob Dole, antecedentes que no son los que forman a hombres de izquiera. Independientemente de lo que ello signifique - me enoja tanto como hipnotizan a las personas y las dividen sobre la base de conceptos ilusorios como ese. Ya no compartimos la dialéctica partidista republicana y demócrata. Hemos emergido del cascarón cósmico hacia un orden del ser mucho mas amplio.
Los retos ahora son mayores. Permanecer en un estado de hipnosis y de alucinaciones que nos hacen ver un mundo que ya no existe es jugar en las propias manos de quienes nos destruirían. Ya no se trata de demócratas y republicanos, o más aun, esos términos o conceptos tienen que ser redefinidos y los distritos electorales necesitan ser claramente identificados.
Los Bush han destruido tanto los valores liberales como los conservadores en los Estados Unidos, han perjudicado a casi todos los distritos. Sus políticas han sido encaminadas por el pragmatismo sobre la base de la capacidad de la superpotencia. Sus políticas han sido diseñadas para beneficiar ciertos distritos elites que les pagan sus favores - pura y simplemente así. No se trata de un proceso oculto, sino de cómo se define. Es el soborno del tipo más vulgar, aunque no se describe como tal en los círculos educados de la cultura de los medios.
Las políticas benefician a unos pocos deliberadamente. Las corporaciones poderosas y ricas compran a los políticos, como no van a conseguir lo que quieren? Claro que lo consiguen. Pero una política basada en la unión del poder y del dinero conlleva en última instancia al caos masivo. Aquí nos encontramos ahora. Si pueden al menos contener exitosamente las dimensiones de la catástrofe por dos meses más podrán asegurar el poder por un periodo de tiempo indefinido. Por supuesto que la «ley» estipula cuatro años, pero ¿cuándo la familia Bush ha permitido que algo tan insignificante como la ley se interponga ante sus deseos de mayor poder?
Nos encontramos en el borde de la catástrofe, nadie hace por aparentar que comprende o que puede anticipar algo. El 11 de septiembre solo muestra cuan mayor puede tornarse la catástrofe. Lo que sucede en Iraq ya ha dejado muy pequeñas la consecuencias del 11 de septiembre, en perdidas humanas y destrucción. Es como comparar un frijol con un melon. Sin embargo, muy pocos están dispuestos a comprender que el mundo ha cambiado radicalmente, y que los que detuvieron el escrutinio en el 2000 para asegurase de que no los sacaran del poder no permitirán que las leyes y las tradiciones de los Estados Unidos despeñen el papel que le corresponde.
A estas alturas, estos gangsters están desesperados. Han estado involucrados en tantas actividades ilegales por tanto tiempo y a tantos niveles que les resulta absolutamente imposible someterse al poder de una sociedad civil legal. Si se permitiera el ejercicio de la ley, estos hombres terminarían en la cárcel, tal como hubiera terminado Nixon si Ford no lo hubiera perdonado y no hubiera detenido aquellos procesos legales. Ellos son como asesinos fugitivos; no aceptan la derrota ni la rendición, sino que tienen que prevalecer o terminan derribando el templo sobre las cabezas de los demás.
Entonces, en un momento en que muchísima gente ha tomado una decisión política en su vida y pide la salida de Bush, observamos un ex-miembro del equipo de Dole aparecer con la más radical de las acusaciones hechas jamás a alguien del gobierno de Bush.
La mayoría de las teorías sobre el 11 de septiembre que han recibido la gran atención de la prensa se basan en la versión oficial (una ultrajante conspiración de un puñado de árabes con armas blancas) y en algunos compromisos entre esa idea y el presentimiento de que los malvados podrían ser en realidad quienes aparentaban ser: los que ostentan el poder con motivos expresos y los mas probables autores de los impresionantes y estremecedores ataques del 11 de septiembre.
Aunque esa lógica bien evidente nos llevara a la verdad-y esos, en los que depositamos nuestra confianza para que nos protejan y sean nuestros lideres se convirten en los que nos dominan y nos destruyen si desafiamos sus deseos-implica demasiado, incluso para que nos limitemos a considerarla.
Y es entonces cuando se bloquea mortalmente el pensamiento. Si en realidad este es uno de los momentos aberrantes en la historia, en que un monstruo como Hitler aparece con el recurso que necesitan aquellos que quieren invocar las antiguas tiranías que no tienen comienzo ni quizá final en la historia, entonces nos convertimos en su objetivo, en victimas involuntarias de tal traición en la historia humana.
Después de haber estudiado sobre los Bush durante años y haber conocido a John Judge cuando Bush padre aun era el perro rabioso en el poder, ambos fueron lo primeros que vinieron a mi mente cuando vi arder las torres gemelas desde la ventana de mi oficina. No podía desterrar la idea de quienes habían sido los autores más posibles del hecho, pero al principio me dediqué a leer las noticias.
Como casi todo el mundo, estaba atolondrado y necesitaba la solidaridad en el más amplio sentido, estaba dispuesto a dar el beneficio de la duda con quienes-por las razones ilegítimas que sean-son los líderes designados. Pero las evidencias de complicidad de altos funcionarios del gobierno en la catástrofe comenzaron a aparecer muy rápido y ya es imposible ocultarlas.
Sin embargo preferimos seguir siendo educados, incluso cuando tratamos con los violentos y salvajes. Quizá, talvez, ellos no hayan hecho algo tan malo, por favor Señor, dinos que no lo hicieron...y queremos ser aceptados por nuestros coetáneos, a quienes percibimos como más racionales que nosotros e incapaces de albergar tales pensamientos radicalmente paranoicos. De manera que no nos atrevemos a afirmar como posibilidad real que el presidente de los Estados Unidos (que llegó al poder por medio de los mecanismos mas anti-éticos e ilegales que jamás se hayan visto) pudiera se capaz de sacrificar las vidas de ciudadanos estadounidenses para fortalecer su poder.
Pero la verdad no se ajusta a lo que deseamos, a lo que es más reconfortante, más lógico, más justo ya que prevalece la teoría de que lo que pruebe ser lógico no necesariamente es cierto. La vedad radica tan solo en lo que sucedió, no en lo que sea más lógico o preferible. ¿Quién podría jamás defender el hecho de que lo más lógico es lo que sucede, o que sólo lo que tiene sentido acontece. Aferrarse a tan rígidos conceptos en tiempos turbulentos es cometer suicidio.
La verdad no radica en el compromiso civilizado entre lo que dicen que sucedió y en lo que aparece haber sucedido. Los que piensan que la versión oficial dada por el gobierno es falsa, tienden aún a utilizarla como su punto de partida y sólo la abandona mucho después, comprometiéndose así con el punto de vista dominante. Entonces concluyen con un compromiso lógico entre dos posiciones, que no tiene necesariamente que ver con lo que sucedió en realidad.
Hilton no transige, sólo afirma un punto de vista que, ha sido raramente escuchado pero ampliamente apoyado. «Nuestro punto - dijo el 10 de septiembre del 2004, ver entrevista en Incunabula.org- radica en alegar que Bush y sus títeres, Rice y Cheney, y Mueller y Rumsfield y los demás como Tenet, estuvieron todos involucrados, no solamente en apoyar y permitir que sucedieran los acontecimientos del 11 de septiembre sino realmente en ordenarlos».
Esto es característico de la lógica legal rigurosa. El concepto de la Mejor Evidencia radica en usar la evidencia más confiable sin comprometerse con la opuesta. Hilton es un hombre de tomarlo todo o dejarlo todo. La cosa no es: bueno, tratémoslo suavemente porque, bueno, el es el presidente después de todo, y no se puede decir así de simple que es un criminal...Como debe ser es: «esta es la evidencia, esta la conclusión que saco de ella». Puede que no te guste ni a mi tampoco, pero esta es la que es y punto. Hilton dijo que estudió junto con Paul Wolfowitz: «estuvimos juntos en la Universidad de Chicago al final de los 60, Wolfowitz y Feith y varios otros-explicó-y los conozco personalmente. Hablábamos de este tipo de cosas todo el tiempo. Y yo hice mi tesis sobre ese tema-como convertir a los Estados Unidos en una dictadura, creando un falso Peal Harbor. Por tanto, técnicamente hablando, el hecho fue planeado al menos durante 35 años.»
Se dice que vivimos en un momento en que las comunicaciones son más dominantes y poderosas que nunca y que eso nos da el potencial que jamás existió. Pero la habilidad para controlar y desorientar a millones de personas nunca ha sido tan compleja como es ahora. Imaginemos por un momento que, si en realidad estamos en uno de esos momentos en que alguien ha cometido un gran fraude y ha usado la mentira para obtener el poder y arremeter contra un gran numero de personas para imponer planes radicales, entonces los historiadores podrán decir — como dice delicadamente Bush— cuando todos habremos muertos.
Mas, ¿no sería mejor si pudiéramos usar los tremendamente acelerados y poderosos medios de comunicación para contar la sórdida realidad ahora cuando aun importa, cuando el conocimiento puede marcar una diferencia y salvar a algunos de la muerte en medio de lo que con rapidez puede convertirse en una gran catástrofe mundial?
El hecho, la realidad, está frente a nosotros. La mayoría rehúsa a contemplar la idea de que los que están en el poder puede que no compartan su sentido de la ética y puede que no actúen con la responsabilidad que les exige ese poder. Este es un momento existencial de una magnitud no excedida en la historia humana. Si los estadounidenses, en cierto sentido los lideres del mundo, le dan a Bush el poder después de todas las mentiras que ha dicho, de la gente que ha matado y del daño que ha causado, entonces el pueblo mismo habrá heredado el desprecio que la administración Bush merece a diario. Y que Dios nos ayude entonces, cualquiera que sea el Dios que adoramos. Pues las palabras de «Anonimous» que supuestamente es el especialista de terrorismo CIA Michael Scheuer se tornan mortalmente escalofriantes: «La guerra durará más que las vidas de nuestros hijos y tendrá lugar mayormente en suelo norteamericano». Ver en inglés: Toronto Sun’s Eric Margolis for more on Michael Scheuer.)
Hilton dice que los militares se preparaban en el propio escenario donde ocurrieron los hechos: aviones estrellados contra el World Trade Center . por eso las fuerzas armadas se quedaron inactivas, pensaban que era sólo un ejercicio más. Sin embargo Condi Rice y Cheney dijeron «nadie» había pensado antes en hombres que pudieran estrellaran aviones contra un edificio. ¿Porqué tal mentira en particular? Es tan evidentemente falso ahora cuando ha habido tiempo para comprobarlo.
Hilton ha llevado a cabo deposiciones de muchos militares para apoyar su caso, dice. Es hora de escucharlo.
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