Fermín Toro

Venezuela se opuso hoy aquí a crear un nuevo órgano de la ONU para derechos humanos en una de las más fuertes críticas a un paquete de cambios presentado por su secretario general, Kofi Annan.

El embajador de la República Bolivariana, Fermín Toro, sostuvo en un debate en plenaria que el principal problema de la actual Comisión de Derechos Humanos (CDH) radica en que las grandes potencias la utilizan en detrimento de los países en desarrollo.

Puntualizó que su país censura una concepción perversa de la política que atenta contra la soberanía de los estados y más bien se inclinó por la universalización de la membresía de la CDH.

Toro transmitió la percepción de que burócratas y expertos de la secretaría general de la ONU dejaron la huella profunda de las potencias interesadas en mantener el injusto orden mundial en el documento sometido a consulta.

Se trata del informe presentado por Annan, bajo el título “Un concepto más amplio de la libertad: desarrollo, seguridad y respeto a los derechos del hombre en todas partes”.

El diplomático dijo que le había defraudado porque, a su juicio, está concebido desde la óptica excluyente de los poderosos y que significa desprecio y desinterés para los países y pueblos del sur.

Lo interpretó como un imperativo de ultimátum, al momento de ofrecer sus recomendaciones, “para tomarlas o dejarlas, con arrogancia y desconsideración”.

Añadió que se está ante un intento de imponer, en nombre del multilateralismo, la línea de acción del unilateralismo.
En particular criticó el concepto de “responsabilidad de proteger” como punto de partida para una acción punitiva contra el genocidio, la depuración étnica y los crímenes de lesa humanidad, un pretexto para la injerencia en los asuntos internos de los estados.

También se opuso a crear una comisión de consolidación de la paz, a cargo de la reconstrucción de la economía y de las instituciones políticas en un estado considerado “fallido”.

Según reveló existe una lista secreta de 25 países calificados de débiles, desfallecientes o colapsados, eventuales destinatarios de intervenciones.

En otra parte de su discurso tildó de “caballo de Troya” para dividir al movimiento de no alienados y el Grupo 77, una denominada comunidad de las democracias, a la que el secretario general de la ONU le concede su beneplácito.

Advirtió que el caucus de ese grupo determinaría cuales estados califican como democráticos según el modelo que se concibe en Estados Unidos.

El representante venezolano consideró compulsivo e injustificado un calendario establecido para adoptar cambios de estructura del Consejo de Seguridad antes de la cumbre de alto nivel en septiembre próximo.

“Podrá ser una emboscada en el camino, presentada bajo una atractiva apariencia”, opinó.