El ejército pakistaní reanudó en mayo sus operaciones contra el Frente de Liberación de Baluchistán aumentando así la cantidad de víctimas civiles colaterales ante la total indiferencia de la «comunidad internacional». Sin embargo, la India parece haber puesto fin a su ayuda a los rebeldes mientras que el ejército estadounidense estaría absteniéndose de participar en las operaciones militares pakistaníes.

Y es que los baluches se dividen en dos grupos: uno es propiamente nacionalista y el otro constituye una facción panislámica que goza del apoyo de Washington, donde esperan que ese grupo desestabilice la región china de Xingchiang. Suceda lo que suceda, la confusión impide la estabilización de Afganistán y no se podrá llevar a cabo ningún proyecto de construcción de oleoducto en la región.