La ciudadanía común y corriente ha aplaudido la eliminación de la renta básica de la telefonía más no así un cierto grupo de empresarios por lo que el tema se encuentra dividido. Sería hipócrita decir que no estamos conformes con la desaparición de esta renta básica, especialmente si en nuestro país aparte de la misma debemos pagar por los minutos utilizados en la conexión, minutos que no siempre son completos pero nos los cobran como si así lo fueran, sean estos en horario normal o en horario reducido. En fin tenemos un problema por dilucidar, por una parte una empresa que realmente se ha aprovechado del contrato inicial que le permite una serie de gollerías y que le ha rendido más de 4,700 millones de dólares en estos 12 años de usufructuó y una población de usuarios que no les queda otra que pagar lo que se les impone. Si la empresa telefónica hubiera realizado cuantiosas inversiones para realizar el tendido de redes telefónicas por todo el país a fin de coadyuvar a la integración del país, pues las comunicaciones son el eje principal de cualquier integración, en hora buena, creo que no tendríamos mucho que decir, pero lamentablemente esto no ha sido así. La empresa utilizó las redes de telefonía ya instaladas y no hizo mayor inversión a niveles de integración territorial. Por otro lado tenemos el problema del “contrato Ley” que les permite la inmovilidad o “estabilidad tributaria” por lo que la nueva Ley dispuesta por el congreso encontrará dificultades para ser implementada.

Probablemente esto permita al ejecutivo sentarse a negociar con la telefónica los términos del actual contrato. Negociación en la que no solo se deberá tratar el tema de la renta básica prevista por la nueva ley sino que además los otros puntos principales que todavía no han sido abordados como son el que las compañías de telefonía no se queden con el dinero de los que han comprado tarjetas de pre pago o que compran determinada cantidad en soles y que transcurrido el mes aún y cuando no hayan realizado el consumo total la empresa se queda con su dinero y despojan al cliente de su saldo favorable. Eso en cualquier parte del mundo tiene otro nombre. Pero ese no es el único problema por resolver, creemos que el tema esta en el “factor productividad”. Este es un punto crucial que deberá ser puesto en la mesa de negociación. Los organismos de regulación hasta la fecha no se han definido sobre este particular porque se trata de la madre del cordero y nadie quiere tocarlo. Ahora es cuando corresponde realizar una revisión completa