La jueza encargada del caso, Kathleen Cardone, no fue, sin embargo, clemente a la hora de indicar su adelantado veredicto. Culpó de lo sucedido a la administración y a la Fiscalía porque han hecho lo indecible por no asumir la única actitud consecuente en este asunto: encauzar a Posada Carriles como terrorista.

"Este tribunal, indicó la magistrada, "no ignorará la mala conducta del gobierno solo porque el acusado sea una papa caliente en términos políticos".

Desde luego, si bien el asesino ya está en la calle, igual a lo sucedido en los años noventa con su compinche Orlando Bosch, la estela que deja la Casa Blanca en este asunto no es nada agradable.

George W. Bush ha manipulado a su antojo al sacrosanto sistema judicial norteamericano, y a la vez demostró que su trato con Posada Carriles y sus amigotes es propio de la más encumbrada mafia.

Ante la posibilidad del juicio ahora anulado en El Paso, Washington solicitó con especial fuerza que los vínculos ancestrales del asesino con la CIA no fuesen sacados a la luz, mientras el criminal alegó que hablar de esa "historia" le era indispensable para conocerse de su "entrega" a la causa norteamericana y se le otorgara el beneficio de la protección oficial pública. Sin dudas, toda una operación de sórdido chantaje.

Si a eso se suma que nunca en la Oficina Oval existió el interés real por hacer verdadera justicia, el resultado no po-día ser otro que la liberación del terrorista.

Desde luego, existe otra arista mucho más ancha en este asunto, y es la confirmación generalizada de que no hay diferencias entre el clan Bush y los matarifes de Miami. Los texanos adictos al petróleo y al alcohol que un día negociaron con Hitler, dieron benévolo asilo a Orlando Bosch, remitieron cómodamente a Arabia Saudita a sus amigos, los Bin Laden residentes en los Estados Unidos, pocas horas después de los sucesos del 11 de septiembre de 2001, y ahora sacan a la calle a Posada Carriles, no son otra cosa que otros redomados criminales.

A estas alturas, la Casa Blanca clasifica perfecta y clara-mente en la "memorable" definición de W. Bush en torno a quienes merecen el llevado y traído calificativo de terroristas.

Agencia Cubana de Noticias