Esto es como si nos preguntáramos ¿quién le pone el cascabel al gato? Pues la pregunta por si sola respecto a la situación de los seguros médicos en el Perú (privados) no tiene una respuesta firme y segura. En realidad los usuarios de estos sistemas estamos, no en las manos de Dios, que quién sabe sería mejor, sino en las de unas cuantas empresas privadas que actúan como un monopolio u oligopolio. No existe en realidad ninguna institución que los controle o fiscalice en función del bienestar de los usuarios. No estamos hablando aquí del Seguro Social, ese es un tema aparte. Hablamos de las compañías privadas de seguro que actúan a su libre criterio y no en el de una función social. Quién requiere de este servicio se encuentra en realidad sujeto a lo que estas empresas decidan. Por ejemplo una persona que haya sufrido una enfermedad, que una vez recuperado requiere un control durante unos cinco años para estar seguro que se supero la situación y por lo tanto le es necesario realizarse análisis clínicos (de carga viral en la sangre, por ejemplo) y va a la clínica donde ha recibido su tratamiento y su médico especialista tratante receta dicho evaluación, resulta que la compañía de seguros se niega a pagar el costo correspondiente del mismo y le refiere al nosocomio que el paciente debe pagar la diferencia, a parte de su deducible. Entonces para que la Cía. de seguros acepte, se inicia un trámite de la de nunca acabar y el pobre paciente termina peloteado de uno a otro lugar. Por supuesto que el paciente puede solicitar la intervención de su “broker”, si en ese caso lo tuviera, y quién sabe la suerte le mejore. Pero eso no es lo justo. Lo que el médico tratante receta es lo que la empresa de seguros debiera estar obligada a aceptar. ¿Cuántos de estos casos se presentan a diario? Por otro lado, estas aseguradoras obligan a los pacientes que siguen un tratamiento largo a tener que pagar visita médica cada 30 días, sino lo hacen así entonces el seguro no les cubre los medicamentos. No permiten que los médicos tratantes puedan recetar medicamentos por más de los 30 días mencionados, originándose con ello un mayor gasto innecesario para el usuario. El sistema debería ser más elástico, pero claro si nadie los supervisa y el Colegio Médico no le interesa comprarse el pleito el usuario se encuentra a la deriva. Podríamos citar muchos ejemplos pero creemos que con estos se tiene una visión clara del panorama. Por supuesto si existiera un Seguro Social eficiente en todo el sentido de la palabra, no se tendría que recurrir al sistema de seguros médicos privados.