Desde luego, la realidad al final ha triunfado, y las iniciales víctimas de la doblez imperial, han logrado establecer mecanismos internacionales que resultan más equitativos y justos en un tema de tanta sensibilidad.

Pero siempre es interesante e importante conocer todo análisis serio y responsable que ponga las cosas en su lugar.

Hablamos en este caso de las consideraciones del escritor, profesor y periodista Salim Lamrani, publicadas este agosto en Canadá.

Experto en las relaciones Cuba-Estados Unidos, aborda Lamrani el debate sobre los derechos humanos en torno a la ínsula por medio de los informes de organismos especializados, y concluye que en ese terreno “La Habana no tiene que recibir ninguna lección”.

La controvertida entidad Amnistía Internacional afirma, según el estudioso, que, paradójicamente, 23 de las 25 naciones que en 2003 votaron contra Cuba en materia de garantía a las prerrogativas ciudadanas, presentaban una situación interna desastrosa en relación con el respeto a los derechos humanos.

Si en la Isla, agrega, ningún organismo reportó el caso de asesinatos políticos, por ejemplo, tal delito resultaba evidente en Gran Bretaña.

Si en Cuba no aparecía un caso de tortura o tratamiento inhumano, en Bélgica, Francia e Italia, eran crecientes las denuncias contra las autoridades locales por semejante práctica.

La Habana no pudo ser acusada por el secuestro o la desaparición de personas, ejecuciones extrajudiciales, prácticas racistas, utilización de pruebas obtenidas bajo tortura y presión, esterilización forzosa de mujeres pertenecientes a diferentes etnias, e incitación oficial a la violencia de raza y género.

Sin embargo, destaca, esos expedientes sí pesaron sobre pretendidos “modelos de civilización” como Francia, Alemania, Italia, República Checa, Eslovaquia, Letonia y otros países de la rancia Europa, sin contar a los Estados Unidos, la madre de todas las iniquidades.

Sencillamente que de vez en cuando algún monstruo mediático debía escuchar y divulgar materiales como el de Salim Lamrani por aquello de la práctica de la libertad de prensa.

Agencia Cubana de Noticias