Muchas gracias primer ministro, gracias a usted y a su gobierno por el decisivo esfuerzo de liderazgo que ha demostrado en nuestro esfuerzo común. Gracias también a Francia, que ha estado al frente de esta misión, inclusive al acoger a muchos de nosotros la semana pasada en París, y realmente gracias a todos alrededor de esta mesa. Hemos prevenido una posible masacre, hemos establecido una zona de exclusión aérea, hemos frenado a un ejército a que avanzaba, hemos agregado más socios a esta coalición, y hemos transferido el comando del esfuerzo militar a la OTAN. Esto no está mal para una semana de trabajo, en un momento de grande e intensa preocupación internacional.

Estados Unidos ha estado orgulloso de apoyar a nuestros socios en la OTAN, árabes y europeos. Hemos venido respondiendo a los ruegos del pueblo libio y al llamado de acción urgente de la Liga Árabe. Nos hemos unido con países del todo el mundo, inclusive con los tres países que representan al África en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, para aprobar dos resoluciones enérgicas. Así que éste es sinceramente un esfuerzo internacional y un reflejo de nuestra preocupación compartida por la seguridad de los civiles y nuestro apoyo a las aspiraciones legítimas del pueblo libio.

Ahora bien, nos reunimos ahora en Londres en un momento decisivo. La OTAN ha asumido el mando para imponer el embargo de armas y la zona de exclusión aérea. El domingo, acordó asumir la responsabilidad adicional de proteger a los civiles. Anoche, el presidente Obama expresó su plena confianza en que esta coalición mantendrá la presión sobre las restantes fuerzas de Gadafi. Yo apoyo esa confianza. Esta coalición para la acción militar continuará hasta que Gadafi cumpla completamente con los términos de la resolución 1973, cese sus ataques contra los civiles, saque a sus tropas de los lugares a donde han entrado a la fuerza, y permita que los servicios principales y la ayuda humanitaria lleguen a todos los libios.

Pero más allá de nuestros esfuerzos militares, se nos pide continuar trabajando juntos en tres vías: Primero, entregando la ayuda humanitaria que se necesita desesperadamente; segundo, presionando y aislando el régimen de Gadafi con sanciones enérgicas y otras medidas; tercero, apoyando los esfuerzos de los libios para lograr sus aspiraciones de cambio político. En el frente humanitario, bajo el liderazgo de las Naciones Unidas, trabajaremos con la OTAN, la UE y otras organizaciones internacionales y socios regionales para entregar la ayuda.

La campaña militar de la coalición ha hecho posible que llegue más ayuda. Por ejemplo, un convoy organizado por el Programa Mundial de Alimentos pudo llegar a Benghazi este fin de semana con 18 toneladas de suministros, inclusive alimentos y cobijas. Pero se necesita mucha más ayuda y tenemos que trabajar cooperativa y rápidamente para evaluar y responder. Más allá de la crisis humanitaria, sabemos que el progreso a largo plazo en Libia no se logrará militarmente.

Todos nosotros tenemos que continuar ejerciendo presión profundizando el aislamiento del régimen de Gadafi. Esto incluye un frente unificado de presión política y diplomática que deje bien claro a Gadafi que debe irse, que envíe un mensaje enérgico de rendición de cuentas, y que agudice la opción para quienes lo rodean. Incluye y también presión financiera mediante la aplicación vigorosa de las sanciones autorizadas por las resoluciones 1970 y 1973 del Consejo de Seguridad.

Como el presidente Obama dijo anoche, si bien nuestra misión militar se enfoca en salvar vidas, debemos continuar siguiendo el objetivo más amplio de una Libia que no le pertenezca a un dictador, sino al pueblo de libio. No podemos ni debemos tratar de imponer nuestra voluntad en el pueblo de Libia, pero podemos y debemos apoyarlos a medida que determinan su propio destino. Y tenemos que hablar con una voz a favor de una transición que lleve a ese momento. Coincidimos con la Liga Árabe en que Gadafi ha perdido la legitimidad para dirigir. Coincidimos con la Unión Africana en la necesidad de un proceso democrático de transición. Y apoyamos el planeado viaje del enviado especial de la ONU Khatib a Libia, luego de esta conferencia, para evaluar las condiciones e informar a la comunidad internacional.

Creemos que la transición de Libia debe ocurrir mediante un proceso ampliamente inclusivo que refleje la voluntad y proteja los derechos del pueblo libio. El Consejo Nacional de Transición y una sección amplia de la sociedad civil de Libia y otras partes interesadas tienen contribuciones importantes que hacer. Hoy temprano, tuve la oportunidad de reunirme con los principales representantes del consejo y hablar acerca del camino a seguir. La ONU, la Unión Africana, la Liga Árabe, el OIC y la UE todos tienen papeles importantes que desempeñar. Y mediante esto, Estados Unidos se unirá a la comunidad internacional en nuestro compromiso con la soberanía, la integridad territorial y la unidad nacional de Libia.

Este es un momento de gran cambio para Libia, para sus vecinos en toda la región y para todo el mundo. Bajo gobiernos diferentes, bajo circunstancias diferentes, la gente expresa las mismas aspiraciones básicas – una voz en su gobierno, el fin de la corrupción, librarse de la violencia y el temor, la oportunidad de vivir en dignidad, y aprovechar al máximo los talentos que Dios les ha dado

Sabemos que estas metas no se logran fácilmente, pero indudablemente cale la pena tratar de lograrlas juntos. Estoy muy orgullosa de que esta coalición haya venido a este lugar en este momento para tratar de logar esas metas.

Muchas gracias.