La guarnición de Santiago de Cuba no se rindió hasta el Primero de Enero, por lo que parecía que el tiempo estaba contra el Ejército Rebelde y su Comandante en Jefe Fidel Castro, quien se encontraba aparentemente lejos de donde se definiría la situación en esos decisivos días.

Pero al conocer la noticia de la componenda, Fidel indicó en el oriente del país por Radio Rebelde al pueblo y a las fuerzas revolucionarias iniciar una huelga general, denunció la maniobra y ordenó a Camilo y al Che, en la antigua provincia de Las Villas que habían liberado, iniciar su avance sobre la capital.

El avance de los dos jefes guerrilleros fue rápido y en las primeras jornadas de enero cumplieron la misión. Camilo entró en Columbia y el Che en la Cabaña, sin oposición alguna y el golpe de estado resultó frustrado.

Entonces, Fidel, al frente de la Columna 1 José Martí, y otras fuerzas rebeldes de alrededor de mil combatientes, junto a un contingente de soldados del ejército, tanques y transportes ocupados a la dictadura, empezó el dos de enero su marcha triunfal sobre la capital.

Durante el trayecto, el joven abogado habló en numerosos pueblos, ciudades y a su paso consolida el carácter inequívoco del triunfo dea gesta emancipadora de la Sierra y el llano, y de la firmeza del poder revolucionario.

Da instrucciones para garantizar la paz y la aplicación de las leyes del nuevo poder y sobre todo explica los planes de la Revolución y su diferencia con movimientos políticos corruptos del pasado.

Además, alertó de los peligros del exceso de optimismo y de las tendencias oportunistas y divisionistas de elementos inescrupulosos que quieren sacar provecho de la situación

La marcha fue conocida como la Caravana de la Libertad y además de convertirse en una acción militar para consolidar y establecer los mandos militares rebeldes en todas las unidades militares y cuarteles del país, constituyó también el inicio de una histórica batalla de ideas, cuando por primera vez el líder Fidel Castro se dio a conocer directamente a las masas, ya que para muchos era conocido solo por fotos de prensa o sus escritos y discursos.

El ocho de enero arribó Fidel y su caravana al Cotorro y los dueños de la cervecería autorizaron el consumo gratuito de cerveza a los miembros de la caravana y el líder revolucionario rechazó la propuesta y solo aceptó bebidas sin alcohol como la malta, ya que en toda la capital se había cuidado de prohibir la venta de bebidas alcohólicas para preservar el orden de cualquier provocación.

En ese lugar Camilo se incorporó a la caravana y permanecieron juntos durante toda la histórica jornada. Era jueves día de fiesta espontánea, y todo el pueblo estaba en la calle, el entusiasmo era desbordante y nunca antes en su historia La Habana fue escenario de una muestra tan multitudinaria de júbilo popular.

Un mar de pueblo se situó a ambos lados del recorrido desde su entrada por la carretera central, Avenida del Puerto, Malecón, Calle 23, Avenida 31, que dejó de llamarse Batista, y que sería el último recorrido hasta la fortaleza de Columbia donde llegó Fidel pasadas las ocho de la noche.

Fue el último orador del acto organizado en la explanada de la fortaleza y dijo: “…este es un momento decisivo de nuestra historia. La tiranía ha sido derrocada. La alegría es inmensa. Sin embargo, queda mucho por hacer todavía. No nos engañemos creyendo que en lo adelante todo será fácil, quizás en lo adelante todo será más difícil… "

Sus palabras prefiguraría el rumbo de los próximos 50 años de la historia cubana y que muy pocos podrían vaticinar esa noche de aquel lejano jueves ocho de enero de 1959.

Fuente
Agencia Cubana de Noticias
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