Mientras el Consejo de Seguridad de la ONU discutía sobre un hipotético programa nuclear iraní de carácter militar, Arabia Saudita adquirió la bomba atómica.
Traducción íntegra del video
Thierry Meyssan: Hola. Al terminar la guerra que Irak desató contra Irán, el imam Khomeiny prohibió la continuación de los planes para la fabricación de la bomba atómica iniciados por el anterior régimen del shah de Irán.
Hubo entonces negociaciones entre Irán y los europeos para que Irán pudiera retirarse del programa nuclear. Y los europeos, que querían a toda costa tener garantías de que aquello no pudiera reiniciarse, exigían que Irán desmantelara su sistema de formación de físicos nucleares. Aquellas negociaciones prosiguieron hasta 2005, bajo la dirección de un jeque llamado Hassan Rohani –el actual presidente [de Irán]. Pero, en 2005, con la elección de Mahmud Ahmadinejad, se interrumpió aquel proceso.
El presidente Ahmadinejad reinició la formación de físicos nucleares. El propio Ahmadinejad es él mismo un científico y un Guardián de la Revolución y reactivó la investigación con intenciones de hallar un sistema basado en la fusión nuclear –completamente distinto al sistema de los occidentales– para producir electricidad.
La oposición de Occidente al presidente Ahmadinejad y su política de reactivación de la Revolución Islámica bloquearon por completo las negociaciones. Así que, a partir de aquel momento, hubo una sucesión de sanciones contra Irán, que fue acusado, injustificadamente, de estar fabricando una bomba atómica.
En 2013, cuando el Guía de la Revolución, el ayatola Khamenei, aceptó conversar en secreto con Estados Unidos en Omán, los negociadores estadounidenses volvieron a la Casa Blanca diciendo que no había problema: el grupo de Ahmadinejad sería puesto al margen de la vida política y se haría posible discutir seriamente con Irán.
Eso fue, efectivamente, lo que sucedió ya que el señor Meshayé –el candidato del grupo de Ahmadinejad– fue descartado, se le prohibió presentarse a la elección presidencial y fue electo el jeque Hassan Rohani. Este último aceptó firmar un acuerdo con los occidentales. Ese acuerdo tendría que haber desmantelado las sanciones. Pero, de los 150 000 millones de dólares bloqueados por los occidentales sólo se ha restituido hasta ahora una cantidad mínima a Irán.
Mientras tanto, los israelíes se pronunciaban en contra de que Irán pudiera fabricar la bomba atómica. Pero lo más importante es que los sauditas dijeron el año pasado [2015], en una entrevista a The Independent, que si Irán llegaba a tener la bomba atómica, ellos también la conseguirían. Y ahora, hace unos días, una personalidad saudita cercana al rey Salman reveló que ya tenían la bomba atómica.
Entrevistado: El ejército saudita no se quedará cruzado de brazos. El ejército nos representa a nosotros, los sauditas.
¿Para qué creen ustedes que compramos todos esos misiles y aviones?
¡Tenemos la bomba atómica desde hace más de 2 años! Se puede hacer un ensayo dentro de unas semanas.
Thierry Meyssan: Ya se había visto, en Yemen, que los sauditas habían utilizado un arma atómica, aunque no se sabía si eran ellos los propietarios de aquella bomba o si se la habían entregado los israelíes, y es evidente que se trata de una bomba atómica táctica, no de tipo estratégico.
En todo caso, la situación actual modifica por completo la geopolítica de la región en la medida en que es evidente que nadie tiene intenciones de atacar Arabia Saudita. Lo único que podría imaginarse, cuando más, es que alguien tratara de organizar una revolución dentro del país. Pero es impensable que se produzca una agresión exterior contra el reino.
Tenemos que reflexionar seriamente sobre cómo proteger esta región de la bomba atómica ya que ahora hay dos Estados –el Estado de Israel y Arabia Saudita– que disponen de armamento nuclear frente a todos los demás.
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