Desde agosto de 2018, los grandes medios de la prensa internacional “reportan” la existencia de ‎un éxodo masivo de venezolanos, que supuestamente huyen del hambre y de la “dictadura” del ‎presidente constitucional Nicolás Maduro, dirigente del chavismo. ‎

También según esa prensa, la cantidad de venezolanos que cruzaban diariamente la frontera ‎se elevaba a 18 000. La ONU afirmaba entonces que a finales de 2019 habría 5,3 millones de ‎migrantes y refugiados venezolanos dispersos por toda Latinoamérica y se hablaba de una grave ‎‎«crisis migratoria» causada por el «régimen chavista». ‎

Sin embargo, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) acaba de ‎publicar sus estadísticas oficiales, contabilizadas hasta el 31 de diciembre de 2018, y resulta que:‎
 el 57% de los refugiados a nivel mundial provenían de Siria (6,7 millones), de Afganistán ‎‎(2,7 millones) y de Sudán (2,3 millones);
 en todo el mundo sólo se registraron 341 800 refugiados más que (incluyendo a los ‎venezolanos) [1].‎

La campaña mediática de propaganda contra Venezuela, fielmente repetida en todos los países ‎aliados de Estados Unidos, fue lanzada para preparar la operación de desestabilización contra el ‎Estado venezolano, operación iniciada en diciembre de 2018. El objetivo de esa ‎campaña era convencer a los venezolanos de que no había futuro para ellos en su propio país y ‎convencer a la vez a la opinión pública internacional de la “ilegitimidad” del presidente Nicolás ‎Maduro. ‎

El caso de Venezuela es un claro ejemplo de la aplicación de la teoría de las «migraciones como ‎arma de guerra» [2].‎

«Estados Unidos anuncia asistencia humanitaria adicional en respuesta a la crisis regional venezolana», Red Voltaire , 4 de septiembre de 2019.

NOTA – Esta información fue corregida el 15 de septiembre de 2019. ‎

[1«Aperçu statistique de l’année 2018», Haut Commissariat aux réfugiés, septiembre de 2019. El Alto Comisionado de ‎las Naciones Unidas para los Refugiados reconoce que hay 3,4 millones de venezolanos viviendo ‎fuera de su país pero esas personas no son refugiados y nunca han solicitado ser registrados ‎como refugiados.

[2“Strategic Engineered Migration as a Weapon of War”, Kelly M. Greenhill, ‎‎Civil War Journal, Volume 10, Issue 1, julio de 2008. Understanding the Coercive Power of ‎Mass Migrations” in Weapons of Mass Migration: Forced Displacement, Coercion and Foreign ‎Policy, Kelly M. Greenhill, Ithaca, 2010. “Migration as a Coercive Weapon: New Evidence from ‎the Middle East”, in Coercion: The Power to Hurt in International Politics, Kelly M. Greenhill, ‎Oxford University Press, 2018.