Según el Tribunal de Cuentas de Chipre, la Comisaria de Salud de la Unión Europea, Stella ‎Kyriakidou, no logra justificar una serie de depósitos en una cuenta bancaria perteneciente a ‎su esposo, Kyriakos Kyriakidou, a nombre de la firma Maralo Ltd.‎

En su declaración de intereses financieros, la señora Kyriakidou omitió precisar que su esposo ‎preside Maralo Ltd.‎

Después de haber estudiado los movimientos bancarios de la familia Kyriakidou en el marco de las ‎reglas establecidas para las «Personas bajo exposición política», el Tribunal de Cuentas de Chipre ‎estima que el monto de depósitos injustificados es de alrededor de 4 millones de euros. ‎

En su calidad de Comisaria de Salud y Política de Consumidores de la Unión Europea, la señora ‎Kyriakidou desempeñó un papel central en las negociaciones para la compra de vacunas contra el ‎Covid-19 para los países miembros de la UE. Los jefes de Estado y/o de gobierno confiaron a la ‎señora Kyriakidou la adquisición de esas vacunas para sus países, mediante una compra conjunta, a pesar ‎de que tal función no está prevista en los Tratados que rigen el funcionamiento de la Unión ‎Europea. ‎

Aunque nadie ha expresado dudas sobre las sumas de dinero implicadas en esa operación, ahora ‎se sabe que la Comisaria Kyriakidou disimuló ciertas cláusulas de los contratos firmados, que ella ‎considera confidenciales. Extrañamente, esos contratos no imponían un calendario de entregas a ‎la firma AstraZeneca. ‎

Según el periodista húngaro Miklós Ómolnár, en Chipre la señora Kyriakidou ya estaba implicada ‎en un gran caso de corrupción relacionado con la nacionalización de todos los centros chipriotas ‎para el tratamiento del cáncer. ‎

El eurodiputado alemán Sven Giegold (Alianza 90-Los Verdes) ha exigido explicaciones a la ‎Comisión Europea. ‎