Si Ud. deja las castañas al fuego demasiado tiempo, la candela se las quema. Y eso parece ser lo que le pasó al Presidente mejicano Vicente Foz con su Canciller Jorge Castañeda. El ex radical de izquierda que en sus tiempos juveniles era un "cuadro" del maestro de los espías cubanos, el legendario Manuel Piñeiro Losada, ha renunciado a su posición de Ministro de Relaciones Exteriores de la República Mejicana. Ya era hora.

Castañeda es el caso típico de tránsfuga intelectual que con tal de estar en los primeros planos para satisfacer su ego personal de protagonismo desmedido, es capaz de dar un salto desde la más radical extrema izquierda a la más obediente posición de derecha. A esa derecha bochornosa que tiene en Washington su punto de referencia y de abyecta genuflexión.

Jorge Castañeda anuncio en la capital mejicana ayer miércoles que renunciaba a su cargo sin dar ni siquiera explicaciones a la prensa. Su conducta errática durante su paso por el Ministerio de Relaciones Exteriores de su país estuvo marcada por dos bien definidas posiciones: Su animosidad contra Cuba y su inclinación hacia Washington. Tanto la una como la otra significaron un rompimiento de la política exterior de esa nación que desde el triunfo de la revolución Mejicana a través de todos los gobiernos de ese país, venía sosteniendo una línea de independencia de la voluntad de Estados Unidos y de amistad con Cuba, que le servía de polo para el equilibrio.

Castañeda renuncia porque sabe que ha fracasado. Fracasó en su intento por distanciar al pueblo de Méjico con el pueblo de Cuba, como fracasó también en su empeño por convencer a los mejicanos que la mejor manera de obtener ventajas en sus relaciones con Washington era colocar a su país a las órdenes incondicionales de La Casa Blanca.

En el caso de Cuba, no vamos a repetir los acontecimientos. Basta decir que desde que Castañeda llegó a la cancillería de su país dedicó todo su tiempo y esfuerzo en buscar contradicciones para llevar al Presidente Vicente Fox a un enfrentamiento con Fidel Castro. Y en parte lo logró cuando la Conferencia de Presidentes de Guadalajara. El propio Castañeda provocó con sus intrigas maquiavélicas el incidente que colocó a las relaciones entre Méjico y Cuba en su punto mas bajo de toda la historia.

En cuanto a su posición con respecto a Estados Unidos, más abyecta no podía haber sido. ¿Y qué logró? !Absolutamente nada!

Castañeda traicionó una sabia política de equilibrio con respecto a Norteamérica que llegó a convertirse en toda una escuela de las mas refinada habilidad diplomática. Los mejicanos eran libres e independientes de Washington y precisamente por esa independencia era que Washington respetaba a los mejicanos. ¿Y ahora qué?

Porque de ahora en lo adelante el gobierno mejicano, este o el que venga después de Fox, que quiera recuperar el prestigio perdido con relación a Estados Unidos, ya no será igual. Es como la señorita respetada en la sociedad que da un mal paso, seducida por un rico y poderoso caballero, pretenda después de sentirse engañada, volver a ser de nuevo señorita de castidad. Castañeda se entregó como una prostituta al mejor postor. Y ya sabemos donde está el poderoso "Caballero Don Dinero".

Lo que Castañeda quería obtener de parte de Estados Unidos era la firma de un Tratado Migratorio como pago por su política exterior de sumisión e incondicionalidad. Los acontecimientos del once de septiembre con el acto terrorista de las torres de New York dictaron otra prioridad para el Presidente Bush. Su guerra contra Irak y su agenda contra el terrorismo eran más importantes que Méjico, que los mejicanos y que el tratado migratorio con el vecino del sur del Río Grande. Y como eso es así, los planes de Castañeda se fueron al Diablo. Y con ello su loca ambición por la presidencia de Méjico.

Castañeda en definitiva ha resultado ser un "maquiavelista" que no siguió al pie de la letra a su maestro, que dice en uno de sus consejos a El Príncipe "El Ministro que persigue mas sus fines propios que los de su Príncipe no por mucho tiempo conserva su cargo".

Castañeda mas que un Maquiavelo ha resultado ser un "Chacumbele". El que el mismito se mató.