Para algunos la política es un juego. Que todo vale y que se juega con todo. Hasta con la justicia. Eso es lo que está ocurriendo en La Florida donde el Gobernador Jeb Bush tiene ante su mesa el nombramiento de un nuevo miembro de la Corte Suprema del Estado, posición para la cual se dice que va a nombrar al abogado de origen cubano Raúl García Cantero.

Independientemente de que tenga o no méritos personales para ser designado para tan importante posición, el hecho de que García Cantero sea nieto del ex-dictador Fulgencio Batista, obliga al comentario. Y aquí viene lo de que con la justicia no se juega. Aparte de ser un hombre muy vinculado a la Fundación Cubano-americana- y abogado de Jorge Mas Canosa, ¿García Cantero merece realmente el cargo, o se trata de un nombramiento político con el objetivo de ganar el apoyo electoral de la derecha de Miami, tan vinculada al pasado cubano de los tiempos de Batista?

No somos de los que andamos detrás del árbol genealógico de las personas para señalar que alguien es bueno o es malo de acuerdo con su apellido. Los hay en la historia que llevando en sus venas sangre de honorables patriotas, resultaron ser bandidos de primera categoría como es el caso en Cuba de José Manuel Alemán, el Ministro de educación del gobierno Auténtico de Grau San Martín, que fue hombre-símbolo de la corrupción administrativa mas rapante de la historia cubana. Ese corrupto Alemán era el hijo del venerable patriota de la independencia general José Braulio Alemán.

De manera contraria, hay hijos de padres abominables que han pasado por la vida siendo honorables ciudadanos, sin que la carga del apellido les hayan desviado del camino del bien común. El mejor ejemplo es el caso de Martín Borman, el nazi ayudante de Adolfo Hitler - un criminal de guerra - cuyo hijo vivió toda una vida de humildad como sacerdote jesuita dedicado a la caridad cristiana.
No vamos pues a juzgar al señor Cantero por su historia familiar. El no tiene la culpa de lo que carga su linaje. Pero con la justicia no se juega a la política, señor Gobernador. Y eso es lo que estaría haciendo Jeb Bush en el caso, de que se decidiera a nombrar, nada menos que para Juez de la Corte Suprema del Estado de la Florida, basado en el oportunismo electorero, a un nieto de Batista. Todo para ganar el apoyo de la extrema derecha de Miami, en gran medida conformada por los herederos de aquel pasado cubano de tan triste historia.

Nada personal tenemos contra el señor Cantero. Sus vinculos con la Fundación Cubano-americana son bien conocidos y definen de manera clara su manera de pensar en el tema de Cuba.
El no escogió ni su apellido ni a su abuelo. Sin embargo el que lo escoge a él para el cargo de Juez de la Corte Suprema del Estado es el Gobernador Jeb Bush. Y eso es lo que no está bien señor Gobernador. Porque con la justicia no se juega el trajín sucio de la política barata.