BID aprueba 135 millones de dólares para proyecto de gas natural de Camisea de Perú
El Directorio Ejecutivo del Banco Interamericano de Desarrollo aprobó hoy un financiamiento de 135 millones de dólares a Transportadora de Gas del Perú destinado a apoyar el componente de transporte del proyecto de Gas de Camisea, uno de los programas de inversiones de capital más significativos en la historia de Perú.
Durante su discusión del proyecto previa al voto de aprobación, varios directores expresaron su satisfacción por la decisión del gobierno peruano de crear una Comisión para el Desarrollo Sostenible de la Bahía de Paracas, para restaurar y mejorar la calidad ambiental de la bahía, llevar a cabo planes de gestión para la Reserva Nacional de Paracas y asegurar el desarrollo sostenible de largo plazo para la área de la Bahía de Paracas.
Los directores también dieron la bienvenida a una decisión de la Administración del BID de ampliar el control y la supervisión ambiental a la porción de explotación (upstream) del proyecto, además del componente de transporte (downstream).
Se espera que el proyecto, declarado por Perú como una prioridad de interés nacional, traiga al país importantes beneficios económicos, reduzca el costo de energía y disminuya la contaminación atmosférica, substituyendo otros combustibles por gas natural, el más limpio de los hidrocarburos.
El financiamiento del BID consistirá en un préstamo de 75 millones de dólares, del capital ordinario (préstamo A) por un plazo de hasta 14 años, y un préstamo sindicado de hasta 60 millones de dólares (préstamo B) por un plazo de hasta 12 años, cuyos recursos provienen de instituciones financieras que suscriben acuerdos de participación con el BID. La tasa de interés en ambos préstamos será equivalente a las tasas del mercado del sector privado.
El proyecto total -que incluye la producción de gas natural y su procesamiento, transporte y distribución- costará 1.6 mil millones de dólares y contribuirá sustancialmente al crecimiento económico y a la productividad del país, además de producir ingresos por la exportación de líquidos de gas natural.
Cálculos preliminares indican que se ahorrarán aproximadamente 4.100 millones de dólares de costo energético durante el período 2004-2033 por el uso de electricidad generada por gas natural, que tiene menor costo marginal, en substitución de otros combustibles fósiles menos eficientes y de mayor contaminación. Se espera además que el proyecto agregue 0,8 por ciento al producto interno bruto de Perú por cada año de vida del proyecto, mejorando así la calidad de vida de sus ciudadanos y aliviando la pobreza.
Entre las ventajas que el proyecto brindará a Perú se incluyen el mejoramiento de la balanza comercial, una industria más competitiva, mayores ingresos de impuestos y aranceles, un mayor ingreso nacional producto de regalías, mayores oportunidades de empleo y la consolidación de la capacidad institucional del gobierno para supervisar y hacer cumplir regulaciones ambientales y para incrementar inversiones sociales en forma permanente.
El BID apoyará el componente de transporte del proyecto financiando parte del costo de 811 millones de dólares para la construcción de dos gasoductos que llevarán gas natural y líquidos de gas natural (NGL) desde la Cuenca del Ucayali hasta la costa. Ambos gasoductos correrán paralelamente desde los campos de Camisea, ubicados a 431 km al este de Lima, hasta el puerto de Pisco, 200 km al sur de Lima, donde el ducto de NGL terminará en una planta con instalaciones para exportar el producto. El gasoducto de gas natural seguirá paralelo a la costa hasta la capital peruana.
El gasoducto de gas natural, que cubrirá 714 km hasta el City Gate en Lurín, al sur de Lima, tendrá una capacidad inicial de 285 millones de pies cúbicos diarios, cantidad que se podría ampliar a 450 millones de pies cúbicos diarios antes del año 2015. En la parte de la ruta en la Selva, el diámetro del ducto será de 32 pulgadas. Será de 24 pulgadas en la sección andina y 18 pulgadas en el tramo costero.
El diámetro del gasoducto de líquidos, que cubrirá 540 km desde el campo Las Malvinas hasta el área de Pisco, tendrá un diámetro de 14 pulgadas en las montañas y de 10 pulgadas en la costa, y una capacidad inicial de hasta 50.000 barriles diarios.
El proyecto total incluye la construcción de una red de distribución de gas natural en Lima y reducirá la contaminación ambiental en la capital.
La participación del BID en el análisis previo y en otras actividades durante los últimos 18 meses ha contribuido al establecimiento de medidas y sistemas necesarios para atenuar correctamente los impactos directos, indirectos y acumulativos en las áreas de medio ambiente, social, de salud y de seguridad asociados al proyecto de Camisea.
El Banco aprobó un préstamo de 5 millones de dólares al gobierno peruano en diciembre de 2002 para fortalecer la capacidad institucional de las agencias directamente encargadas de la inspección, supervisión y seguimiento de las medidas de mitigación ambiental y social y los impactos del proyecto de Camisea y de hacer cumplir las leyes y regulaciones. El préstamo también ayudará a establecer un fondo de desarrollo económico, ambiental y social para atenuar los impactos y mejorar las condiciones de vida en las regiones de influencia del proyecto.
Durante el proceso de análisis previo el BID organizó y participó en numerosas audiencias públicas y visitas a la zona del proyecto para asegurar la amplia consulta y participación de la sociedad civil, antes y durante y después de finalizada la construcción.
Junto con el gobierno de Perú y el sector privado, el BID impulsó diversas medidas para mejorar la protección ambiental y social incluyendo, entre muchas otras acciones, la creación de nuevas áreas de protección del medio ambiente, mayor protección para el área indígena de Nahua-Kugapakori, iniciativas para mejorar las condiciones ambientales de la Bahía de Paracas, medidas para asegurar los beneficios económicos y sociales a las comunidades a lo largo de la ruta del gasoducto y reducción del tamaño del área de exploración sísmica en el Valle del Urubamba.
El BID también promovió y ayudó a financiar el despliegue de monitores para examinar las condiciones ambientales y sociales asociadas al proyecto. El Banco cuenta con una carta de compromiso del gobierno peruano que promete atenuar las consecuencias para el medio ambiente y aumentar la participación de la sociedad civil en el proyecto.
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