¿Quién ordenó, nada menos que el 31 de diciembre del 2003, que fueran recepcionados los insumos para 30 mil licencias de conducir del consorcio Celayr-Napatek en el Ministerio de Transportes y Comunicaciones? Esta empresa ya había sido descalificada por no haber acreditado múltiples requisitos que las bases de la adjudicación exigían. Por tanto ¿qué mano larga o uña exquisita o mafia encubre esta manifiesta irregularidad? En diciembre habíamos adelantado signos de que en el MTC se cocinaba un tremendo fraude.

En carta dirigida a la doctora María Lila Iwawaki Cauti, secretaria general del MTC, el 18-12-2003 y en referencia a la Adjudicación de menor cuantía No. 001-2003-MTC/15, se denuncia que el Consorcio Celayr-Napatek no acreditó: Ser representante oficial del fabricante de los insumos; carecía de constancias o certificaciones relacionadas con brevetes; había mentido en torno a la certificación ISO 9000 del proveedor internacional. Es decir, había incurrido en falta grave prevista en las bases que dice a la letra: "La información que proporcione el postor en su propuesta, tiene el carácter de Declaración Jurada y por tanto, deberá ajustarse a la verdad, reservándose el Ministerio el derecho de revisar y verificar dicha documentación, todo incumplimiento acarreará la descalificación del postor, sin perjuicio de las sanciones de carácter administrativo y judicial que se puedan derivar". La misiva es suscrita por el representante de Thomas Greg & Sons, Rafael Piedra Dulanto, ganadora de la Buena Pro de la Licitación Pública Internacional No 001-2003-MTC/15 sobre licencias de conducir.

El Perú se encuentra al borde de una injustificada carencia de brevetes. Por eso se convocó a una adjudicación de urgencia y precisamente el consorcio Celayr-Napatek fue descalificado por carecer de varias de las exigencias estipuladas en las bases. Sin embargo, como hemos dicho líneas arriba, ya habrían sido recibidos los insumos de esta misma empresa el día 31/12, cuando toda la burocracia estatal estaba de vacaciones y por orden, según dicen algunos empleados honestos, "de la más alta dirección del MTC". ¿Quién está metido en este embrollo tan raro?

No es todo. La empresa Thomas Greg & Sons comunica a la economista Carlota Huaroto, directora de OGA del MTC, el 22/12 que "teniendo conocimiento que el Ministerio va a realizar una compra de dichos insumos (para brevetes) por situación de urgencia, estamos en condiciones de entregar en un plazo de 5 días los referidos insumos........Cabe mencionar que el reajuste del precio con relación a nuestra oferta del 17 de noviembre pasado, se debe a que habiendo resultado ganadores de la Licitación Pública Internacional-Segunda Convocatoria, nuestros costos indudablemente serán menores a los que consideráramos en aquella oportunidad".

Es decir, alguien por "órdenes de arriba", recibe los suministros de Celayr-Napatek, empresa descalificada y con costos más caros y la señora Huaroto ni siquiera responde a la mejor oferta por menor precio que ofrece Thomas Greg & Sons que se encargará de hacer un lote de más de 400 mil licencias. ¿No es una contradicción flagrante en contra del Estado?

Se especula que alguna mafia ya habría traído los hologramas en alguna cajita y por valija, sin haberlos declarado en Aduanas ni pagado los impuestos correspondientes. Los brevetes ostentan estos hologramas por medidas de seguridad, pero hay hologramas y hologramas. ¿Quién o quiénes habrían incurrido en este delito aparentemente combinado con órdenes de "la alta dirección?

¿Qué dice el ministro Eduardo Iriarte sobre este espinoso asunto?

Hay que romper el pacto infame y tácito de hablar a media voz.