Las autoridades venezolanas arrestaron el 9 de mayo 2004 a un grupo de 55 paramilitares colombianos que estaban entrenándose en una granja en las cercanías de Caracas. Según el propio presidente Chávez, que comentó este asunto en su programa semanal radio-televisual «Aló Presidente», aseguró que las personas arrestadas preparaban un golpe de Estado para derrocarlo. Esta iniciativa hay que vincularla a las otras recientes tentativas llevadas a cabo por Washington para volver a tomar el control del país. Efectivamente, los paramilitares colombianos han contado desde hace tiempo con el apoyo de los Estados Unidos en su lucha contra la guerrilla marxista de las FARC y podrían ser utilizadas hoy contra Venezuela. Recientemente, Bogotá acusó a Caracas de «pasividad» en la lucha contra la guerrilla, mientras que Tarek William, Vice-presidente de la comisión venezolana de Relaciones Exteriores, [no excluía] «una agresión armada de Colombia con la ayuda de los Estados Unidos». La idea no ha sido abandonada ni olvidada en Washington: John Kerry repitió el Miércoles 5 de mayo 2004, que la «democracia está en peligro» en Venezuela, país en donde el presidente Hugo Chávez, elegido democráticamente, se transforma en dictador en la boca de los dirigentes estadounidenses.