La relación entre el cumplimiento de los objetivos de una administración gubernamental y los de la dinámica del concepto de resistencia es inherente a estas estructuras y correlativos con el de cooperación. Sin embargo no le es una propiedad intrínseca, como sí lo es estructuralmente el de resistencia, una de cuyas propiedades manifiestas dentro del sistema es el concepto de desafío. Sin él, la consecuente acción administrativa para el factum de un programa o plan de acción, no sería necesaria, como tampoco el complejo juego simultáneo de presión de la acción gubernamental en busca del cumplimiento de los objetivos.

Es interesante que en este proceso (al que se puede sumar eventualmente una situación de impasse) las partes contribuyan a despertar el de resistencia política interna y externa en defensa de sus propios objetivos (*). Esta es una relación simbólica en que se maneja el riesgo calculado al forzar cumplimiento a expensas de que el disidente caiga en ofensa (ser culpable) cuando no participa en el juego. Es necesaria la participación, la aceptación forzada o velada en los resultados: si no, la victoria sería vacua. Observando la actual situación mundial es evidente que hay "transformación" o deformación de símbolos (¿?), ya anunciada cuando se invocó una chata dicotomía del bien y del mal cuyo efecto inmediato fue la presencia de fuerzas desprovistas de generalizaciones virtuosas en el orden social.

El desafío que significa el asomo de cualquier resistencia o desviación crítica se ha transformado en una herejía. Y esta implícita transformación anuncia el repulsivo rostro del dogma que ya puso a prueba Herta Daeubler-Gmelin, y que seguirá experimentando Gerhard Schroeder, su país, o cualquier hijo de vecino.

Se está del lado del bien o del mal. "Nuestras fuerzas serán lo suficientemente fuertes como para disuadir a potenciales adversarios de mantener avance militar con la esperanza de sobrepasar o igualar el poder de los Estados Unidos" (en "The National Security Strategy of the United States", 33pp. 2002). Se intenta establecer la idea de que al anularse el desafío de la competencia militar se hace posible la cooperación en otras áreas. Pero este peculiar multilateralismo sería factible sólo mientras no se intente frustrar la voluntad del dominador, y no se entre en conflicto con los intereses estadounidenses, que parecen irse desdoblando como un fractal. El concepto aparentemente contradictorio de "actuar solos...actuar pre-emptyvely" (método similar al aborto) pierde sentido hasta en su absurdo cuando invoca "la responsabilidad de los estados de aceptar sus responsabilidades soberanas...".

¿Existe aún alguna soberanía? Se quedaron en el tintero nuestros deseos de discutir sobre Estado, soberanía, consenso. La diplomacia queda en desuso, ya Bush indicó que el Tratado de Westphalia (1648) está demodé y creo que es en lo único en que estoy de acuerdo. Reinventar otro sistema de relaciones internacionales no será posible, sin embargo, hasta cuando este paroxismo de poder haya mengüado, cuando repensemos el nuevo lenguaje desde lo que en el pasado (es decir, hasta el siglo XX) eran conceptos sobre uso de la fuerza y de la guerra como defensa. En la secuencia de sospechosos de "cualquier anhelo militar de superar o igualar el poder de Estados Unidos" están Irán, Irak, Corea del Norte. Hay que proceder al aborto preventivo. Según este concepto se procedería al desmantelamiento de los arsenales atómicos de otros países ("la contraproliferación", se la llama). Pakistán, India: pongan las barbas en remojo. Aunque en Patagonia, en América del Sur, también hay base nuclear.

El documento sobre la seguridad nacional de Estados Unidos, urge a otras naciones a adoptar la filosofía económica de Bush. También agrega que sus ciudadanos no estarán nunca sujetos a la Corte Internacional de Justicia, y se desconoce su jurisdicción. De manera unilateral y voluntaria ofrece cortar las emisiones de gas que afectan el medio ambiente del mundo, "por unidad de actividad económica en un 18% los próximos 10 años."

Y la fachada inoperante que en gran parte fue la ONU recibe las bofetadas, porque EEUU -según se les dijo- no necesita de su aprobación e iría contra Irak a defender sus propios intereses. Sin embargo, Francia y Rusia reciben presión, y el 20 de septiembre, en el despacho oval de Washington, los ministros de Defensa y del Exterior rusos discutieron el tema.

Inglaterra preparó un informe de 50 páginas para su pueblo y para el resto del mundo en el que no existe información que justifique acción militar inmediata. Y Blair habla de algo que ya no existe, la diplomacia respaldada por la amenaza de guerra, como deterrent. Dijo: "nuestro propósito es el desarme. Nadie quiere la guerra" (sic). En cuanto a Alemania, se ha vuelto disidente y es objeto del desdén del secretario de Defensa de Estados Unidos, Donald Rumsfeld.

Ante este panorama la intelligentzia estadounidense se repliega en la relativa protección de sus centros de trabajo o investigación, pero no está silente.

El crimen de la disidencia interna de los intelectuales no es vicio sino virtud; este tipo de protesta es penalizado por el sistema de cualquier país, por lo general con otras reglas del juego, la praxis de la violencia directa cuando se justifica las acciones "extirpadoras"y la intimidación como necesarias, justas. El resultado es más resistencia/represión, cercanas ya a la patología. Parte del destino de las ideas cuando se convierten en amenaza es que se intente arrancarlas de raíz, porque implican herejía y demandan una ritualística que puede desencadenar según el tiempo histórico una reexaminación, despertar confusión, ambivalencia, sobre los fundamentos con que la mente y la inteligencia pretenden analizar las características que van definiendo nuestro tiempo.

(*) Puedo citar aquí alguna reacción temprana en el Congreso estadounidense:
El líder de la Mayoría del Senado Tom Daschle, D.S.D. recomienda obtener alguna autorización de la ONU para el uso de fuerza.

El líder del Comité de Servicios Armados del Senado, Carlo Levin, D-Mich. dijo que "ir solos conlleva significantes riesgos."

El representante Lloyd Doggett,D-Austin, indicó que la propuesta de Bush era más amplia que la resolución que autorizó la guerra contra Vietnam. "La Resolución del Golfo de Tonkin, limitaba al presidente a repeler un ataque armado y a prevenir futura agresión y nos comprometía a ayudar a ciertos miembros del tratado, si solicitaban defensa...la actual propuesta adolece de imponer dichas limitaciones y esencialmente autorizaría al presidente a hacer lo que le venga en gana."

El senador Russ Feingold, D-Wis: "Parece autorizar a hacer virtualmente cualquier cosa en cualquier parte del Medio Oriente."

Rep. Ron Paul, R-Surfside: "Muchos demis constituyentes dicen: ¿quién sabe? Esto puede terminar en la Tercera Guerra Mundial”.

Senador Paul Leahy,D: "no podemos emprender una guerra en defensa de nuestros valores y renunciar, al mismo tiempo, renunciar a ellos...".