La “Marcha por la victoria”, tomó las principales calles y accesos de la Avenida Bolívar con una marea roja reflejada en las franelas, gorras y carteles que traían el “No” a la pregunta que los seguidores del presidente deben responder el día del comicio: si desean revocar el mandato del presidente.

Los muros de la ciudad, con graffitis y carteles de apoyo a las misiones sociales de alfabetización, vivienda y salud, cuentan la historia del actual gobierno. “Hoy nos sentimos parte de este país. Esto significa una etapa más de nuestra lucha histórica de 500 años por la libertad”, afirma el profesor universitario Antonio Cigiliberto, que no contiene las lágrimas al contar las conquistas del pueblo en estos cinco años. “Ver a la gente aprendiendo a leer, con acceso a la salud y tomando conciencia de su papel como ciudadano, no tiene precio. Por eso esta multitud sale a las calles y vota por Chávez”, comenta.

Al ritmo de los gritos de “Uh, ah, Chávez no se va” los manifestantes se encontraron con un numeroso efectivo de soldados de la Guardia Nacional. A diferencia de lo que sucede en toda manifestación popular, en que la policía y el ejército son vistos como enemigos, estos soldados, que se enfrentaban a la marcha con nítida simpatía, eran aclamados por el pueblo. Uno de los soldados fue “condecorado” con un botón del “No” y quiso posar para una foto con el recuerdo en su mano. Nadie más esconde de que lado está, tampoco las fuerzas armadas, que junto con el pueblo son la base de Chávez en el poder.

“No” al trinfalismo

La marcha sigue con la alegría de quien ya logró la victoria. Estos venezolanos cantan y bailan con la bandera del país en sus manos y con la certeza de los que hoy, se sienten mayoría. “Basta mirar para darse cuenta. Vamos a ganar” afirma Eladia Monsorro, jubilada de 63 años, que participa en la misión de alfabetización promovida por el gobierno.

“Esta gente siempre nos humilló, y ahora que aquí estamos, que todos pueden escuchar nuestra voz, quieren volver al poder”, afirma la señora que se dice conciente de que todavía hay mucho por hacer para mejorar el país. “La vida no es fácil. Es preciso tener más empleos y más seguridad, pero queremos hacer estos cambios junto a nuestro presidente, que gobierna de cerca, no de lejos como hacían los otros.”

Así como Eladia, millares de venezolanos estan confiados en la victoria. Despues de entonar el himno nacional, seguido en coro por los manifestantes, Chávez pidió a sus electores que no caigan en el “triunfalismo”, que todavía quedan “siete días de trabajo”.

Vamos a ganar, pero todavía no ganamos. Faltan varios días. No podemos cometer ningún error. Debemos estar alertas día y noche porque ustedes saben que el diablo (como llama a la oposición), tiene un dueño allá en el Norte (referencia al presidente George W. Bush). El gobierno teme que la oposición recurra a actos de violencia para provocar miedo e intentar cambiar las preferencias del electorado.

Desde lo alto de la tribuna desde dónde se veían banderas de diversos países latinoamericanos, el presidente venezolano dijo que el “No” significa la liberación de América Latina del imperialismo y el neoliberalismo. “Es un No de mucha sangre, de mucho dolor, de esperanzas adormecidas”, dijo Chávez .

En tanto escuchaba al presidente, el joven vendedor ambulante Wolfang de Jesús Carpio, de 20 años concuerda y complementa: “Es el No de nuestra libertad, de la democracia que ahora estamos conquistando. Antes no podíamos manifestar sin ser reprimidos por la policía, ahora nadie queda callado”, comenta el joven que participa de la misión Ribas (educación secundaria) y recibe cerca de 80 dólares al mes para seguir estudiando.

Política y show

Entanto Chávez hablaba de la importancia de los próximos días para lo que llama la batalla final contra la oligarquía, la oposición en una tentativa de disminuír la manifestación chavista, organizó un show con artistas populares sin mucho éxito, en el cual logró reunir algunos miles de personas.

Esta fue su tercera tentativa en tres días de intentar aglutinar a sus seguidores. En dos manifestaciones en los días 6 y 7 no consiguieron reunir más de quinientas personas. Aún así, Enrique Mendoza, uno de los principales líderes de la Coordinadora Democrática afirmó que la oposición vencerá por “amplia mayoría”.

De acuerdo a los últimos sondeos de opinión realizados en el país, Chavez ganará el referendo con un mínimo de 10% de ventaja sobre sus adversarios. En la encuesta de la North American Opinion Research del mes de agosto, la única en que Chávez excede este margen, el presidente vence por 63% de votos contra 32% que pretenden terminar su mandato, y 5% que no votarán.

En la consulta en que más de 14 millones de venezolanos decidirán el futuro de Venezuela, en la que el índice histórico de abstención ha estado siempre por encima del 30%, el rector principal del Consejo Nacional Electoral, Oscar Battaglini opina que debido a la polarización política, el referendo del próximo domingo será el acto electoral de mayor participación de toda la historia. “Nadie se va a quedar en su casa ese día, todos van a salir a votar”, afirma.

Para sacar a Chávez del palacio de Miraflores, la oposición deberá sumar más de 3,8 millones de votos, y más de los votos que apoyen al presidente el día del comicio. En caso que consiguieran esta mayoría, nuevas elecciones deberán ser convocadas en treinta días, en las que Chávez podrá presentarse nuevamente como candidato.

Traducción de Miguel Guaglianone