No obstante si la victoria es para la segunda opción, el escenario político toma un rumbo diferente. La Constitución Bolivariana establece en el artículo 233 como falta absoluta, entre otros aspectos, la revocatoria popular de su mandato, en cuyo caso se procederá a una nueva elección directa, popular y secreta en los 30 días siguientes.

Mientras esto ocurre se encargará el Vicepresidente Ejecutivo José Vicente Rangel y quien resulte electo gobernará los dos años restantes del periodo.

De ganar el Sí, queda entendido, que la reconciliación y reconstrucción nacional de la que habla la oposición se encuentra atada al orden legal existente.

Al respecto Eduardo Fernández, constitucionalista y ex candidato presidencial socialcristiano, sostuvo al diario zuliano Panorama que "yo sumaría un tercer escenario, que es el más preocupante a mi juicio, una indefinición por un resultado eventualmente muy apretado".

Se refiere a la posibilidad de desconocimiento de los resultados que emita el ente comicial por alguno de los dos actores del proceso
Afirma que en este caso se pone a prueba el espíritu democrático de los factores que compiten, es decir, el gobierno y la oposición, cada uno con sus defectos y virtudes.

Si triunfa el Sí, dijo Fernández, el gobierno presentaría su candidato y la oposición haría lo mismo. Para Fernández, "sería muy difícil de explicar que un Presidente revocado vuelva como candidato, eso deberá definirlo el Tribunal Supremo de Justicia, (aunque) políticamente es conveniente que sea candidato para que la nación demuestre si efectivamente quiere salir de Chávez".

Escarrá acota "el Presidente, en un supuesto negado que pierda, aceptará la derrota. Tomamos una tesis fundamentalista de los derechos humanos, según la cual a nadie le pueden negar algo que no está prohibido expresamente en la Ley, pues nada le impide postularse de nuevo".

Para la oposición no será suficiente haber alcanzado el eventual triunfo, les toca el eslabón más crítico como lo es elegir un candidato de consenso ante la variedad de aspirantes que sueñan con retomar el poder, aunque sea por dos años. Recuerda que se ha convenido en hacer una elección democrática, primaria, muy transparente, abierta a la participación de todos los inscritos en el Registro Electoral.

A su juicio se trata de una prueba de fuego para la oposición. "Tendrán que demostrar que son capaces de trabajar unidos, si no son capaces de trabajar de esa manera no merecen ser gobierno, deben demostrar madurez, tener un candidato de unidad y un compromiso de un gobierno de unidad".

Sobre el tema, Escarrá indica que "del otro lado de la acera no hay un rostro, no hay un liderazgo consolidado y Chávez se postularía y volvería a ganar. Por ejemplo Henrique Salas Römer no se puede ver con Enrique Mendoza, éste a su vez no tolera a Julio Borges, tampoco se llevan con Antonio Ledezma, no hay cosa que profundice más las diferencias que las ambiciones y aquí se van a desatar las ambiciones y a quien lancen por el chavismo para esa transición ganará, no creo que haya cambios en el hilo conductual del proceso".

En este caso a la oposición le tocaría comenzar a convivir, cogobernar y a sembrar la tolerancia para los chavistas. Pero hay quienes aseguran que el desquite y la violación a la Constitución será el norte de la oposición, como lo afirma el constitucionalista William Simancas. "Para mí ellos van a desconocer violentamente la Constitución, porque en el documento Consenso País expresan que conformarán de inmediato un gobierno de transición y coalición para poner en práctica el neoliberalismo y la privatización, ellos no han hablado de elecciones después de 30 días".

"Queda claro que en ninguna norma se establece un supuesto gobierno de transición, sólo existe en la mente de los oposicionistas que pretenden desconocer la Constitución". Incluso, detalló, hablan de privatizar la energía eléctrica, las hidrológicas, Pdvsa, "eso no lo digo yo, sino que está contenido en el llamado Consenso País".