La feria de exportaciones de Santa Cruz, versión 2004, que se cumple este mes de setiembre, tiene su propio Maradona, que pesa más de mil kilos y tiene sólo 36 meses, y no está previsto que meta goles, precisamente. Pero este toro semental se lo puede ver como un símbolo de la pujanza y ganas de progresar de este departamento (provincia) en una nación muy pobre y recargada de problemas sociales, pero con toda la potencialidad para formar parte de la economia global.

Maradona es un toro semental de la hacienda ganadera La Caldera y es representativo del gran progreso agropecuario que está produciendo esta progresista región tropical boliviana, que constituye geopolíticamente el mero corazón del continente suramericano.

La región de Santa Cruz, departamento de tierras cálidas en una nación conocida por sus montañas y el árido altiplano, está planteando desafíos que pueden determinar rápidos cambios en esta nación, que realmente los necesita.

A esta Feria cruceña acuden más de 20 naciones, desde Estados Unidos y China Popular a Uruguay y Ecuador, pasando por Brasil o Venezuela, hoy por hoy naciones líderes del continente. Sus organizadores calculaban que en los 10 días de su duración, la feria sería visitada por cerca de medio millón de personas y que en su transcurso se negociarían más de 130 millones en exportaciones de la region, lo que, en terminos de la crítica economía boliviana, representa una buena inyección.

Los otros ocho departamentos de Bolivia, harían bien en seguir el ejemplo de Santa Cruz y archivar sus obsoletos criterios regionalistas y banderas racistas basadas en cuestionables “purezas” indígenas.

En Santa Cruz también existen algunos retrógrados agitadores del regionalismo, las diferencias raciales y hasta el sececionismo, pero esos sectores son contenidos, por una mayoría pensante.

El problema, anotaba recientemente el columnista Humberto Vacaflor desde La Paz , es que los cruceños no han producido líderes de visión nacional, para todo Bolivia. Es probable. Es, en parte, consecuencia del centralismo de La Paz, que es la sede de gobierno, pero no la capital, que es la histórica ciudad de Sucre, muy bonita pero un tanto adormecida y es sede de la Corte Suprema de Justicia.

Si bien las observaciones de Vacaflor son ciertas, la verdad es que en Santa Cruz hoy existen figuras de dimensión nacional, como el actual presidente del Senado, Hormando Vaca Diez, a quien casualmente le tocaría la sucesión presidencial, si al actual presidente Carlos Mesa cayera en la abismal tentación de renunciar. Una tentacion que equivale a un vértigo de los abismos políticos andinos, que en dos décadas de vida democrática difícilmente lograda, ya influyó en varios presidentes civiles libremente elegidos que, ante caóticas circunstancias, optaron por renunciar antes de terminar su periodo: Siles Zuazo en los 80, Banzer en los 90 y en octubre 2003, Sánchez de Lozada.

Aunque los partidos políticos bolivianos están en necesario receso, en Santa Cruz mantienen latente actividad. Por ejemplo, el partido MNR, el más importante de la reciente historia boliviana, puede resucitar bajo el liderazgo de distinguidos políticos cruceños, como Juan Carlos Durán o el ex alcalde Percy Fernández, uno de los intelectuales mejor interesados sobre los aspectos modernos de la globalización, desde los avance tecnológicos en las comunicaciones, hasta las teorías siderales del físico británico Stephen Hawking. Otras personalidades, como el médico Joaquín Monasterios, el empresario Jorge Valdés o el abogado y ex-canciller Mario Velarde Dorado y el influyente periodista Mario Rueda Peña, se encuentran en la reserva del liderazgo cruceño, listos para intervenir cuando la patria boliviana los llame.

Como explicó el principal experto en geopolítica boliviano, el también cruceño Agustín Saavedra Weisse, Santa Cruz, por su importancia económica, ya es el punto de equilibrio de Bolivia. Mas tarde, si a la importancia económica se suma la política, vendrán otros destinos para la cálida y amable tierra de los llanos amazónicos bolivianos. Mientras, mantiene el peso específico, la presencia y el ímpetu del simbólico toro Maradona./BIP